Anagrama, 2.003 (primera edición 1.959)
Adaptación cinematográfica de Nagisa Oshima en 1.961.
Premios: ninguno.
Precio: 11,50 €
Adquisición: a través de libroscompartidos.com
"—¿Qué pensáis hacer con él?
—Cebarlo hasta que se sepa qué deciden en la «ciudad».
—¡Cebarlo! ¿Cómo si fuera un animal? —exclamé, bastante sorprendido.
—Es una bestia, ni más ni menos que una bestia —dijo mi padre gravemente—. Apesta como un buey.
—Me gustaría mucho verle —suspiró mi hermano mirando a nuestro padre. Pero éste, taciturno, no volvió a abrir la boca y bajó por la escalera".
El autor
Kenzaburō Ōe es un escritor japonés nacido en 1.935. Es el segundo escritor de nacionalidad nipona en ganar el premio Nobel de literatura, en 1.994. En 1.954, se traslada a Tokio para iniciar la carrera de Filosofía y Letras. Finaliza su licenciatura cuatro años después, especializándose en literatura europea. En 1.958 recibe el Premio Akutagawa por su novela 'La Presa', en la que narra sus vivencias infantiles. Buena parte de su obra no se puede entender sin los efectos de la Segunda Guerra Mundial en Japón y la modernización de este.
Sinopsis
Durante la guerra del Pacífico un avión enemigo se estrella. Harán prisionero al único superviviente, un soldado negro. El prisionero se convertirá, para los niños, en una especie de animal domesticado al que adorar.
Mi crítica
Me habían advertido de que 'La presa' es una novela corta pero muy intensa y que es capaz de dejar huella. La elegí de entre las decenas de libros que tengo pendientes por leer en la estantería porque su extensión es corta y me apetecía una lectura de estas características. El argumento me pareció original y llamativo; la cuestión del “cazador cazado” abordada desde el punto de vista de un niño de corta edad.
Una vez alcancé el ecuador de la novela, todavía no sabía si me estaba gustando o no. Una vez finalizada la lectura, estaba en la misma disyuntiva. Pero si hay algo que realmente me ha gustado de la obra ha sido que el autor se las arregla para, de una manera muy convincente, ofrecer el punto de vista de un niño de corta edad bajo el cual el lector se empapa de lo que está sucediendo. Esa ingenuidad, esa inocencia, se transmite perfectamente y no pierde por el camino un ápice de fuerza, de pureza o de intensidad. No considero que esta característica deba ser tomada a la ligera: muchos otros escritores lo intentan, sin éxito. Merece ser reconocido el mérito.
No solo la perspectiva desde la que se aborda la narración es interesante, a mi parecer, sino que el tono en que está escrita la novela lo es. 'La presa' muestra una faceta del ser humano muy presente en todas las épocas: al ser humano le gusta explorarse a sí mismo, pero también se teme. La fascinación innata que siente por lo desconocido es inabarcable, y en esta tesitura, basta tan solo una pequeña chispa para que toda su fascinación quede eliminada de un plumazo. La desconfianza hacia lo desconocido desplaza la curiosidad, y en ese momento la situación se vuelve impredecible, la crueldad está deseando aflorar.
La descripción de los ambientes también ha logrado llamar mi atención y no sabría justificar esto con un motivo concreto. Creo que se debe a que el autor destaca unos elementos por encima de otros en la ambientación. Al verlo todo a través de los ojos de un niño, mucho de lo relevante es nuevo, excitante, llamativo, mientras que para un adulto resultaría cotidiano y baladí. Por eso mismo también me ha llamado la atención, como a muchos otros lectores de 'La presa', el modo en que se aborda el sexo en la obra. Solo está presente en un par de pasajes, pero lo que sucede en ellos tiene un efecto poco menos que brutal en el lector.
Me ha parecido asimismo curiosa esa animadversión que muestra el narrador con respecto a las gentes de ciudad. Él y su familia viven en una aldea remota, que está ubicada en Japón, pero podría estarlo en cualquier otra parte del mundo. Nunca se menciona su nombre, ni se desvela la verdadera identidad de ningún personaje en concreto. Tan solo se conoce el apodo de algunas figuras, como Morro de Liebre.
Continuando con el análisis de los personajes, considero que el soldado negro, a pesar de ser una figura importante en la trama, es un mero peón que contribuye a que la historia se desarrolle por los cauces que el autor desea llevar al lector. Los acontecimientos hubieran sido similares si en lugar de este personaje se hubiese introducido otro elemento novedoso y perturbador para los aldeanos.
Sí que me pareció relevante, y mucho, el modo en que los niños se relacionan con el soldado negro. Primero, con temor, luego, lo perciben como si fuese una bestia, un animal doméstico a medio amansar. Y es precisamente aquí, a mi juicio, donde se halla su error: si el combatiente americano hubiese sido una criatura, quizá habrían conseguido domarla. Sin embargo, olvidan que se trata de un ser humano cautivo. Esto es una simple reflexión.
Me dio la sensación de que Kenzaburo Oé transmite al lector que lo que acontece al final jamás podría haber sucedido de otro modo. Sin desvelar nada, y condensando lo que transmite la lectura en las últimas páginas, diré únicamente que el final es desgarrador.
Conclusión
'La presa' es una novela que está muy bien escrita (la prosa de Kenzaburo Oé me ha parecido excelente), y que se lee en una tarde. Su clímax y su final me han dejado ciertamente descolocada. No sabría especificar cuáles han sido mis impresiones con respecto a estos dos pasajes. Por todo lo que conlleva leer 'La presa', solo se lo recomendaría a un determinado y reducido grupo de lectores, y no precisamente a los que traten de evadirse. A aquellos que busquen libros que les hagan reflexionar, y que deseen leer algo que les impida ser los mismos que cuando comenzaron, les confirmo que están ante una lectura obligada.
No sé si volveré a leer algo de Kenzaburo Oé en un futuro. No lo descarto, pero tampoco lo pongo en mi lista de prioridades más absolutas. De nuevo he salido satisfecha de una lectura que escapa de mis límites de confort, y considero que me ha aportado algo leer esta novela. Solo por eso, creo que merece la pena acercarse a 'La presa'.