Martínez Roca, 2.011
Premios: ninguno
Precio: 21 €
Adquisición: a través de libroscompartidos.com
"En Nueva York los locales se remodelaban cada cierto tiempo, se acicalaban para atraer al público, pero allí, en mi Puerto Príncipe del alma, todo seguía igual, nadie había dado una mano de pintura a aquel reducto, y la fachada, con ese aire colonial francés de las mejores casas, seguía siendo blanca, o amarillenta, pero yo quise verla blanca".
El autor
Miguel Ruiz Montañez es un escritor español nacido en Málaga en 1.962. El desempeño de su profesión le permitió conocer una buena parte del globo terráqueo antes de dedicarse a contar historias. Desde hace más de diez años es profesor asociado en la Universidad de Santo Domingo, República Dominicana. Aquel país y su cultura le sirvieron como fuente de inspiración de su primera novela, 'La Tumba de Colón', un éxito en toda Iberoamérica.
Su segunda novela, 'El Papa Mago', vendió más de cien mil ejemplares y fue traducida a once idiomas. En 2.011 publicó 'El País de los Espíritus', una obra localizada en Haití.
Sinopsis
Un espíritu en Haití es mucho más que un espíritu. Es un alma libre. El vudú, donde el dios, el loa, se monta en el creyente, lo toma, lo maneja, lo mima y si el espíritu quiere, le trae el bien. O el mal… El cielo de Haití se abrió sobre los tres protagonistas de esta novela, arrastrándolos hacia un destino insólito.
Mi crítica
Mi crítica
Confieso que tenía grandes esperanzas puestas en esta novela. Me atraía de ella tanto las buenas críticas que había leído como el argumento, que prometía grandes aventuras en tierras caribeñas; concretamente en Haití, país del que poco sé y del que quería conocer más. Sin embargo, y como me sucede bastante a menudo de lo que me gustaría, terminé dándome el batacazo también con este libro.
Para empezar, con 'El país de los espíritus', encontré algo distinto a lo que me esperaba. Me ha sorprendido y me ha parecido una novela bizarra en diferentes sentidos. Por ejemplo, en cuanto a su estructura. Desde el comienzo hasta la página cien aproximadamente, el narrador es un personaje de la obra. Después, el testigo de representar esa figura pasa a otro de los protagonistas y así, cada vez que una de las partes de la novela queda atrás, comienza una nueva con un narrador diferente. Todo cambia con estas modificaciones: el punto de vista, el discurrir de la historia... es como si el lector se tuviera que enfrentar a un libro nuevo cada vez que sucede y descoloca bastante, sobre todo las primeras veces.
Además, 'El país de los espíritus' es una novela dura y triste, algo difícil de leer. Está protagonizada por jóvenes cuyo destino está truncado (bien antes de nacer, o bien a raíz de acontecimientos terribles que jamás podrían haber evitado). Cada uno de ellos sufre lo inimaginable y como lector no es agradable enfrentarse a todo ello. Pobreza, opresión, corrupción de la autoridad, injusticia, tratos vejatorios, abusos sexuales...
También pensé que la época en la que estaría ambientada la novela de Miguel Ruiz Montáñez sería anterior. Me imaginé el siglo XVIII o el XIX, pero cuál fue mi sorpresa cuando descubrí que transcurre, en realidad, en la actualidad. A través de la magia y del vudú, el lector tendrá la oportunidad de viajar al pasado, pero a un tiempo anterior al que me figuré: a la época de la conquista de América, antes de que los indígenas fueran liquidados.
Sí, la magia juega un papel importantísimo. El autor cuenta anécdotas bastante curiosas de su presencia en la vida cotidiana del país caribeño. Este elemento es constante a lo largo de la obra y es lo único que realmente se ha cumplido de las ideas preconcebidas que me había hecho con respecto a esta novela. La acción transcurre a ritmo lento y el estilo narrativo de Miguel Ruiz Montáñez es bastante detallista, lo que frena el devenir de los acontecimientos. Lo positivo que encontré en la lectura de esta novela es que el desarrollo no es predecible en prácticamente ningún momento. Aparte de esto y de unos personajes principales bastante bien desarrollados, no hallé, para mi desgracia, mucho más.
Al llegar a la mitad de la novela (más o menos comenzando la tercera parte) comprendí que me resultaría difícil terminarla. Cada vez se me estaba haciendo más cuesta arriba y me costaba engancharme a la lectura según qué pasajes. A medida que los protagonistas van contando con toda clase de pormenores su versión de la historia, algunos puntos coinciden y se solapan en el tiempo sin apenas referencias de que aquella parte ya había sido introducida por otro personaje anteriormente. Esto hace que el lector tenga que estar el doble de atento al discurso narrativo y resulta un tanto cansado para ser sincera. Es fácil perderse en la narración.
La sensación que tuve era de estar dando vueltas en torno al argumento. Como si Miguel Ruiz Montáñez guiara al lector en círculos, en lugar de avanzar linealmente. Como si no avanzara en la lectura, sino como si todo fuese enrevesándose cada vez más y más sin vislumbrar el final. La línea argumental se desdibuja, o al menos esa fue mi impresión, a medida que la novela va avanzando.
El tercer tercio de la novela es el más interesante a mi juicio. La acción pasa verdaderamente a un primer plano: no dejan de suceder cosas. A medida que el final se acerca la magia se vuelve más importante y determinante si cabe: profecías, maleficios, hechizos, sueños premonitorios y encantamientos deciden circunstancias muy importantes en la obra, sellando los destinos de los personajes.
El final es esperanzador y muy optimista para con Haití y sus habitantes y eso me ha gustado. Tras numerosas páginas en las que el autor muestra la miseria humana del país, considero que es un buen movimiento haber terminado con un mensaje de buena voluntad de cara al futuro de sus gentes.
Tras este cierre, el lector encuentra uno de los epílogos más largos que jamás he visto (más de cincuenta páginas).
Conclusión
'El país de los espíritus' es una novela que no está mal, pero que no es para todo tipo de lectores. Comencé con mal pie, teniendo ideas preconcebidas de lo que me iba a encontrar y no me fue bien. Además, por el camino me fui encontrando con elementos que no fueron del todo de mi agrado. No creo que vuelva a leer algo de Miguel Ruiz Montáñez. Al menos, en un futuro cercano. Estaba deseando terminar esta lectura para dedicar mi tiempo a otras.
El resultado no es demasiado positivo, y por mi experiencia no lo puedo recomendar, aunque estoy segura de que otro tipo de lectores podrán disfrutar con esta obra. Por tanto, ni aconsejo su lectura ni la dejo de aconsejar.
Valoración: 6,5/10