Planeta, 2.007 (primera edición 1.989)
Adaptación cinematográfica de Wayne Wang en 1.993
Premios: ninguno
Precio: 21,50 €
Adquisición: librería de segunda mano
"Vi por qué había estado luchando: era por mí, una niña asustada que huyó mucho tiempo atrás hacia un lugar que imaginaba más seguro. Y oculta en aquel lugar, detrás de mis barreras invisibles, sabía lo que había al otro lado: sus ataques laterales, sus armas secretas, su misteriosa habilidad para descubrir mis puntos más débiles. Pero en el breve instante en que me asomé por encima de las barreras, pude ver por fin lo que realmente había allí: una anciana con una freidora por armadura, una aguja de hacer punto por espada, gruñendo un poco mientras esperaba pacientemente a que su hija la invitara a pasar".
La autora
Amy Tan es una autora estadounidense de origen chino nacida el 19 de febrero de 1.952. Su literatura gira alrededor de lo que significa ser parte de la primera generación de asiáticos americanos. Su madre esperaba de ella que se convirtiera en una neurocirujana de negocios o en una pianista por hobby, pero en cambio eligió ser reportera y editora. Su primera historia, un relato corto, ganó un premio y consiguió atraer la atención de una agente literario que quedó impresionada y la animó para que terminara un volumen de historias. Estas historias fueron el principio de su primer libro 'El club de la buena estrella', publicado en 1.989. Pronto se convirtió en un bestseller, y a día de hoy se ha traducido a diecisiete idiomas, incluido el chino.
Su última novela publicada ha sido 'La Hija del Curandero', aunque es más reciente 'Un lugar llamado nada'.En 1.993, la adaptación cinematográfica de su trabajo más popular, 'El club de la buena estrella', llegó a ser un éxito comercial.
Sinópsis
Cuatro mujeres chinas se reúnen regularmente en San Francisco para jugar al Mah-jong, disfrutar de la comida china y contar historias. June Woo, a la muerte de su madre, debe ocupar su lugar en esos encuentros nostálgicos. Pero sólo sueña con independizarse y adaptarse a la vida moderna y norteamericana.
No obstante, acaba viéndose atraída por ese mundo ancestral, y empieza a escuchar las sorprendentes historias que le revelarán la naturaleza del vacío que se había abierto irremediablemente entre las dos.
Mi crítica
Amy Tan se expresa con un lenguaje sencillo y la trama, a pesar de ser bastante simple, encierra un mensaje bello que permanece a lo largo de las páginas de forma constante. La ruptura de lazos de unión antiguamente inquebrantables entre las generaciones, la pérdida de valores arraigados de manera tan profunda y la falta de comunicación patente en las familias, debido a cuestiones idiomáticas (las madres preguntan en chino; las hijas contestan en inglés) son sólo la punta del iceberg.
En esta novela el cambio cultural que sufren estas mujeres inmigrantes queda bien reflejado. Sin embargo, la primera parte de la obra no me enganchó demasiado.
Esta obra no está estructurada de forma digamos común, sino que cada capítulo se centra en contar en una pequeña pero importante parte de la vida de cada una de estas ocho mujeres (cuatro por cada generación). Debido a ello, más que una novela podría pasar por una serie de relatos conectados por sus personajes al estilo de 'Un largo silencio', de Ángeles Caso.
Esta forma de contar historias no es que sea del todo de mi agrado, la verdad. Pienso que 'El club de la buena estrella' me hubiera gustado muchísimo más si su formato fuese como el de una novela tradicional.
He echado en falta más profundidad, sobre todo al tratar los temas que aborda esta novela. Sé que esto es muy subjetivo y que otros lectores pensarán justo lo contrario, pero la manera en que la autora expresa sus ideas me ha parecido demasiado simple. Amy Tan podría haber contado la historia de manera diferente, más reflexiva. Creo que había potencial, y me fastidia cuando un novelista no es capaz de sacar todo lo que puede de dentro para crear una buena novela, quedándose en el camino.
Reconozco que la novela tiene un par de pasajes buenos, en los que el lector puede realmente maravillarse con la manera en que Amy Tan teje las relaciones entre madres e hijas, pero lo demás no merece demasiado la pena.
Sí, la lectura ha estado bien, pero no me ha enganchado lo más mínimo. No me tenía que obligar a mi misma a leer, pero no ha faltado mucho.
Escogí esta novela porque me llamó la atención la temática que trataba: un grupo de cuatro mujeres inmigrantes en un país tan distinto al de su procedencia. El choque de culturas es brutal, y las diferencias entre oriente y occidente son muy acusadas. Me gustó encontrar aquello en 'Viento del este, viento del oeste' de Pearl S. Buck y decidí probar con esta. Por otro lado, se encuentran sus hijas, la prole criada en Estados Unidos. Apenas se reconocen las unas en las otras y sus discrepancias son casi las mismas que las que comparten ambos países. Estas últimas son las que se llevan la peor parte, pues no respetan del todo las raíces que tanto desean preservar sus madres, y no saben si pertenecen allí o allá.
Amy Tan se expresa con un lenguaje sencillo y la trama, a pesar de ser bastante simple, encierra un mensaje bello que permanece a lo largo de las páginas de forma constante. La ruptura de lazos de unión antiguamente inquebrantables entre las generaciones, la pérdida de valores arraigados de manera tan profunda y la falta de comunicación patente en las familias, debido a cuestiones idiomáticas (las madres preguntan en chino; las hijas contestan en inglés) son sólo la punta del iceberg.
El lector tiene la oportunidad leyendo 'El club de la buena estrella' de conocer de la mano de las madres chinas un poco de esa cultura milenaria, de sus tradiciones y rituales. Esos de los que sus hijas no quieren ni oír hablar.
Esa americanización tan acusada en sus hijas es una pena, pues pierden gran parte de su identidad con el objeto de encajar, de no ser diferentes ante los miembros no chinos de su comunidad.
En esta novela el cambio cultural que sufren estas mujeres inmigrantes queda bien reflejado. Sin embargo, la primera parte de la obra no me enganchó demasiado.
La segunda parte de 'El club de la buena estrella' habla de las vivencias de la segunda generación, de las hijas.
Ellas han sabido adaptarse muchísimo mejor que sus madres a la cultura del país que les ha acogido, y su infancia transcurre en el mundo que sus progenitoras se empeñan en preservar y el que existe fuera de los muros de sus casas.
Ellas han sabido adaptarse muchísimo mejor que sus madres a la cultura del país que les ha acogido, y su infancia transcurre en el mundo que sus progenitoras se empeñan en preservar y el que existe fuera de los muros de sus casas.
Esta obra no está estructurada de forma digamos común, sino que cada capítulo se centra en contar en una pequeña pero importante parte de la vida de cada una de estas ocho mujeres (cuatro por cada generación). Debido a ello, más que una novela podría pasar por una serie de relatos conectados por sus personajes al estilo de 'Un largo silencio', de Ángeles Caso.
Esta forma de contar historias no es que sea del todo de mi agrado, la verdad. Pienso que 'El club de la buena estrella' me hubiera gustado muchísimo más si su formato fuese como el de una novela tradicional.
No todos los capítulos se encuentran al mismo nivel, lógicamente. Hay algunos más interesantes que otros, y algunos guardan un pequeño tesoro que es digno de ser relatado. La novela tiene altibajos, pero nunca llega a aburrir, cosa digna de agradecer. A veces, el lector se topa con cuentos y leyendas chinos que hacen las veces de pausa en la trama. Además, se lee bastante rápido debido a que los capítulos son cortos y a que en total, 'El club de la buena estrella' no supera las trescientas páginas. Todo ello trae consigo que el ritmo de la obra parezca más ágil de lo que realmente es.
Quizá si no hubiese leído opiniones acerca de ella antes de leerla, mi valoración sería diferente. Creo que a 'El club de la buena estrella' le falta cohesión, y que el hilo conductor que une toda la trama es demasiado endeble y está mal hilvanado. Cada capítulo es demasiado independiente de los demás; cada personaje va prácticamente por libre, salvo las parejas madre-hija. Algo que me ha parecido interesante ha sido cómo ha planteado Amy Tan la vida de las hijas: todas han fracasado en alguna faceta de sus existencias, aun cuando son mujeres inteligentes y con talento.
Esto se debe fundamentalmente a que se encuentran perdidas, atrapadas entre dos mundos, entre Oriente y Occidente. ¿A cuál pertenecen? ¿Es que acaso hubieran sido más felices si hubiesen seguido el consejo de sus madres?
He echado en falta más profundidad, sobre todo al tratar los temas que aborda esta novela. Sé que esto es muy subjetivo y que otros lectores pensarán justo lo contrario, pero la manera en que la autora expresa sus ideas me ha parecido demasiado simple. Amy Tan podría haber contado la historia de manera diferente, más reflexiva. Creo que había potencial, y me fastidia cuando un novelista no es capaz de sacar todo lo que puede de dentro para crear una buena novela, quedándose en el camino.
El final no está mal. Cierra un círculo, completa un ciclo que enseña al lector una lección: en el fondo, madres e hijas no son tan distintas como creen.
ConclusiónLa verdad es que no me ha terminado de convencer esta novela. No sé qué le ven algunos lectores a esta obra ni a esta escritora. Me esperaba mucho más y siento decir que me ha decepcionado un poco. Para mí, 'El club de la buena estrella' es otro libro más, sin demasiados elementos que hagan de él algo único o especial.
Reconozco que la novela tiene un par de pasajes buenos, en los que el lector puede realmente maravillarse con la manera en que Amy Tan teje las relaciones entre madres e hijas, pero lo demás no merece demasiado la pena.
Sí, la lectura ha estado bien, pero no me ha enganchado lo más mínimo. No me tenía que obligar a mi misma a leer, pero no ha faltado mucho.
No la recomiendo. Quien desee leer sobre choques culturales, dispone de una novela infinitamente mejor: 'Viento del este, viento del oeste' de Pearl S. Buck.
Valoración: 6/10
¿Recomendada?: No.