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sábado, 2 de agosto de 2014

Que veinte años no es nada, Marta Rivera de la Cruz








Booket, 2.009
Premios:  III premio Ateneo de Sevilla.
Precio: 8,95 € (en formato bolsillo)
Adquisición: biblioteca







La autora

Ya presenté a la autora, Marta Rivera de la Cruz, en la reseña de 'La importancia de las cosas'.

Sinopsis

El famoso escritor argentino Cósimo Herrera, víctima de una crisis creativa y de la obsesión por la llegada del Premio Nobel, decide pasar un tiempo retirado en Ribanova, una pequeña ciudad de provincias apartada y brumosa. Allí conocerá a Marcial de Soto, un simpático librero que se convertirá en su amigo y confidente, A Macarena Altuna, una anciana aristócrata cuya vida cambió por culpa de un amor contrariado, y a la joven Luisa del Amo, que se convertirá en su alumna. Luisa, en quien Cósimo Herrera ha despertado una pasión secreta, emprenderá de mano del escritor un particular camino que le llevará a descubrir el amor por los libros y por la literatura. Desanimada por los más de veinte años y las circunstancias que le separan de Cósimo Herrera, Luisa se contentará con vivir sus sentimientos en secreto. Y mientras Luisa del Amo despierta a la vida intelectual, Cósimo Herrera encontrará alicientes insospechados en la existencia provinciana de Ribanova, hará nuevos amigos y hallará espacios cuya existencia ignoraba desde su cosmopolitismo.

Mi crítica

Me gusta mucho el estilo de Marta Rivera de la Cruz. Me enfrenté, escéptica, lo reconozco, a 'En tiempo de prodigios' en su día. Desconfiaba de esa etiqueta que la distinguía por ser finalista del premio Planeta. El argumento era atractivo y la verdad es que superó todas mis expectativas, convirtiéndose en uno de los libros que más disfruté aquel año.

Por eso quise leerme algo suyo de nuevo: para comprobar si se había tratado de un espejismo, de una mera casualidad, o si por el contrario esta escritora era capaz de volverme a encandilar con otra historia. Entonces encontré en la biblioteca 'Que veinte años no es nada', una de las primeras novelas de Marta Rivera de la Cruz, además galardonada con el III premio Ateneo de Sevilla. No lo dudé esta vez, y comencé a leerla con ciertas expectativas.

'Que veinte años no es nada' está protagonizado por un famoso escritor, Cósimo Herrera, eterno candidato a un Nobel que no llega nunca. Por consejo de un amigo decide retirarse a Ribanova, una pequeña ciudad de provincias apartada y brumosa. (Que por cierto aparece recurrentemente en muchas novelas de Marta Rivera de la Cruz). Allí conocerá a Luisa, una muchacha veinte años más joven, que desde el primer momento sentirá por el forastero un amor tan apasionado como imposible.
En algunas reseñas de 'Que veinte años no es nada' he podido llegar a leer he leído que cada personaje secundario merecería su propia novela. Creo que esto es exagerar un poco, pero tampoco estoy en total desacuerdo con esta afirmación. A Marta Rivera de la Cruz le gusta salpicar la trama central de pequeñas historias. Todas ellas están relacionadas con la columna vertebral de la novela y algunas más interesantes que otras. En realidad, unas quedan incompletas (hecho que particularmente a mi no me gustó), mientras que otras compiten, incluso, en atractivo y en calidad con la trama principal. Por tanto, en mi opinión, el interés que me despertaba la novela iba variando a medida que avanzaba en la lectura. 

La atmósfera que la autora crea en el pueblecito de Ribanova es irreal por completo, y me ha encantado que haya sido así. La época en que se desarrolla la acción es indeterminada. La autora ha sido muy cuidadosa en este detalle, tanto que a veces se echa en falta conocer algún dato sobre esta cuestión porque los saltos en el tiempo son más que constantes. Se puede deducir por la narración que la trama no se desarrolla mucho más atrás de la década de 1.960 o 1.950 como mucho.

El estilo narrativo de Marta Rivera de la Cruz es bastante personal, y la verdad es que me encanta. En novelas posteriores considero que ha perdido gran parte de la chispa que me cautivó en sus primeras obras, lo cual es una pena. Quizá para algunos lectores esta forma de narrar pueda llegar a cargar a largo plazo. Es relativamente lenta y bastante descriptiva, pero contiene una pizca de musicalidad poética que me gusta mucho. Los diálogos prácticamente brillan por su ausencia. En ocasiones son sustituidos por el estilo indirecto, algo que me ha llamado la atención.
El final es muy peliculero, quizá demasiado. No digo que esté mal, pero tampoco me encandiló ni mucho menos. Además, para mi gusto, tarda un poco de más en llegar. Además, la autora deja casi todos los cabos sueltos, algo de lo que particularmente no soy muy amiga.
Conclusión

Se nota que es el primer libro de Marta Rivera de la Cruz, pero a la vez es obvio ya desde su debut que tiene un gusto exquisito en la elección de vocabulario, y que su estilo narrativo es digno de tener en cuenta. En mi opinión, aquí ya demostraba que era una gran promesa del panorama literario español. Una lástima que no haga últimamente gala su talento con novelas tan atractivas como esta. Las dos últimas que ha publicado me han dejado más bien tibia.

Creo que esta obra puede gustar a muchos tipos diferentes de lectores, y no me decantaría por ninguno en concreto. Aconsejaría a quien le tiente que se lance, aunque en mi opinión está mejor 'En tiempo de prodigios'.

Valoración: 8/10
¿Recomendada?: .

jueves, 22 de agosto de 2013

La importancia de las cosas, Marta Rivera de la Cruz







Planeta, 2.009
Premios: ninguno.
Precio: 19,90 €
Adquisición: a través de libroscompartidos.com









"Mario sonrió al detectar cierto entusiasmo en la voz de Beatriz. ¿Qué esperaría encontrar? A buen seguro, el cajón estaría lleno de papelotes sin valor o de alguna otra tontería inútil relacionada con la afición musical de su dueño".

La autora

Marta Rivera de la Cruz es una novelista nacida en 1.970. Comenzó su carrera literaria a finales de la década de los noventa, en la que obtuvo varios premios por sus obras como el Ateneo Joven de Sevilla de Novela. Además de todas estas publicaciones, la autora ha escrito numerosos relatos, incluidos en diversos volúmenes colectivos. Su novela 'En tiempo de prodigios' es la más famosa y resultó finalista del Premio Planeta de Novela del año 2.006. En 2.009 publicó su siguiente novela 'La importancia de las cosas', lo que suponía un reto ante el gran éxito de la novela anterior.
Además de escritora, Marta Rivera de la Cruz también ha desarrollado su actividad como editora. Es, además, profesora de escritura creativa en la escuela de creación literaria Hotel Kafka de Madrid

Sinopsis

La pacífica existencia de Mario Menkell, un tímido profesor universitario autor de una única y exitosa novela, cambia de golpe cuando tiene que hacerse cargo de los efectos personales de su inquilino, Fernando Montalvo, que acaba de suicidarse. El piso del que es propietario está abarrotado de los objetos más variopintos: una colección de vitolas de puros, un lote de gramolas antiguas, porcelanas, miniaturas, huchas de cerámica, soldados de plomo... Tras el desconcierto inicial, Menkell entenderá que las cosas de Montalvo pueden ser un generoso guiño del destino, que por una vez parece haberse puesto de su parte. Ayudado por Beatriz, la mujer a la que ama en secreto desde hace años, Mario Menkell será capaz de reconstruir la misteriosa existencia de Fernando Montalvo y encontrará así una historia excepcional que puede brindarle la gran oportunidad de su vida.

Mi crítica

Me gusta mucho cómo escribe Marta Rivera de la Cruz. Se podría decir que es una de mis autoras españolas favoritas, aunque todavía ella no ha escrito suficientes libros ni yo he leído suficientes autoras como para llegar a afirmar esa conclusión sin titubear. Me encantaron 'En tiempo de prodigios' y 'Que veinte años no es nada'. He leído, además, otras novelas suyas como 'Hotel Almirante', que también me gustó, aunque en menor medida. Estaba deseando comprobar si 'La importancia de las cosas' iba a seguir la estela de sus predecesoras, pero me temo que no ha sido así.

'La importancia de las cosas' transcurre desde el principio a un ritmo muy lento. Algo que no recordaba como propio de la autora. Durante más de cien páginas apenas sucede nada relevante: Marta Rivera de la Cruz sitúa al lector en la acción, en el arranque de la historia, y poco más. Considero que en esta novela la autora contextualiza de más. Creo que a Marta Rivera de la Cruz se le da mejor relatar los aspectos menos cotidianos de la vida, más trascendentales y singulares de la vida que la normalidad, la monotonía, lo corriente. Si algo eché de menos en 'La importancia de las cosas' es ese toque único, esa marca que distingue bien a los personajes, bien a la historia. Ese sello que sí encontré en otras novelas y que en 'La importancia de las cosas' ha desaparecido.

A esta obra, sin duda, le falta algo y en mi opinión, es eso. Además, 'La importancia de las cosas' tiene impreso un tono bastante más informal e incluso cínico, me atrevería a decir, en comparación con otras novelas de la autora. Este cambio no me ha gustado nada. El lenguaje que Marta Rivera de la Cruz emplea para escribir esta novela destaca por su coloquialidad; una coloquialidad que sorprende, sobre todo en los diálogos: quizá están demasiado tomados a pie de calle, algo que no termina de encajar en una novela de estas características. En ocasiones, da la sensación de que es una obra insulsa, repleta de subtramas que no sirven más que para añadir páginas al libro, a modo de relleno.

Además, hay personajes que a nivel argumental apenas tienen peso en la historia, pero que sin embargo son protagonistas durante muchas páginas, siendo el eje central de pasajes que, realmente, son irrelevantes. Por ejemplo, el rector de la universidad en la que trabaja Mario Menkell, Claudio Salaña. En general, los personajes de 'La importancia de las cosas' carecen de ese algo que sí poseen otras figuras salidas de la pluma de Marta Rivera de la Cruz que les hace especiales. Les falta algo también, algo que no tiene nada que ver con el carácter pusilánime del protagonista, Mario Menkell, ni de su insulsa vida. Es algo que va más allá. Es como si la autora no les hubiera insuflado el cariño al crearlos que sí me han transmitido otros personajes en otras novelas.

Algunos lectores han criticado también 'La importancia de las cosas', señalando que el hecho de que sea predecible es su peor defecto. Estoy de acuerdo en que lo es, pero no en que sea su mayor fallo. Considero que la historia es simple, y que la autora ha añadido ciertos elementos para paliarlo que logran un efecto extraño. La lectura de esta novela me transmitió desgana. Como si Marta Rivera de la Cruz no pudiera (o no quisiera) en aquel momento poner todo su empeño en que la novela  fuera la mejor versión de sí misma.

El final de 'La importancia de las cosas' no está mal: las coincidencias que prepara el destino a través de la autora tiene impreso el sello personal de la misma. Por fin, algo característico de su escritura se deja ver, una lástima que el lector tenga que esperar al cierre de la novela para experimentarlo. Esta conclusión no deja de ser predecible y no sorprende, pero al menos es digno.

Conclusión

No todo en 'La importancia de las cosas' es negativo: se trata de una novela que entretiene y que es fácil de leer por su vocabulario sencillo y la escasa complicación de su trama. Se lee rápido y, aunque no puedo calificar la novela como mala, sí que podría haber sido mucho, mucho mejor. Para aquellos que no hayan leído nada anterior de la autora quizá sea una buena lectura, pero para los que sí sabemos de lo que es capaz Marta Rivera de la Cruz, no es suficiente. Quizá la reciente publicación, por aquel entonces, de su obra más famosa y mejor valorada, 'En tiempo de prodigios', haya influenciado a la autora en el peor sentido de la palabra. Para mi, 'La importancia de las cosas' es un quiero y no puedo con la que no deseo ser misericordiosa.

Por supuesto, volveré a leer algo de ella en un futuro, pues estoy deseando reconciliarme con su escritura. Quiero que su prosa me vuelva a cautivar de nuevo y que sus historias me mantengan bien atenta a la lectura. La recomiendo, pero tan sólo a aquellos que se acerquen por vez primera a las historias de la autora, y con ciertas reservas.

Valoración: 6,5/10
¿Recomendada?: .
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