Alevosía, 2.012
Premios: finalista del Premio São Paulo de Literatura.
Precio: 18,95 €
Adquisición: librería de segunda mano.
El autor
Ronaldo Wrobel es un abogado y escritor brasileño nacido en 1.968 en Río de Janeiro en una familia de origen judío. Ha escrito la novela 'Propósitos de la casualidad', de los cuentos reunidos en 'La raíz cuadrada' y otras historias de 'Nuestras fiestas. Celebraciones judaicas'. Además ha escrito guiones y tiene una columna mensual en la revista Menorah. Su novela 'Traduciendo a Hannah' ha cosechado un enorme éxito en Brasil, fue finalista del Premio São Paulo de Literatura en la categoría de Mejor Libro del Año y ha sido traducida a diversas lenguas.
Sinopsis
Mientras el mundo se dirige sin remedio hacia la Segunda Guerra Mundial, en Brasil acaba de fracasar una revuelta comunista, y existe además el temor a que los inmigrantes alemanes asentados en el sur se alineen con los nazis; con el país lleno de espías y confidentes, el régimen de Getúlio Vargas intenta controlar todas las comunicaciones y va a la caza de espías y subversivos.
Mi crítica
Tenía ganas de leer esta novela y esperanzas de que me gustase pues me habían hablado muy bien de este libro. Lo apunté en mi lista de deseos y pasó poco tiempo desde que me hice con él hasta que finalmente se convirtió en mi lectura. Lo que he hallado ha ido más allá de unas expectativas altas que no se han cumplido. No he conectado con ninguno de los elementos esenciales de una novela: ni con el estilo narrativo, ni con el modo en que el autor aborda la historia, ni con los personajes.
Realmente la sinopsis prometía y Ronaldo Wrobel es un autor brasileño: en mi afán por leer más literatura latinoamericana, 'Traduciendo a Hannah' parecía ser la opción perfecta. Bajo mi punto de vista, a pesar de que la novela se desarrolle en Brasil, podría haberse ambientado casi en cualquier otra parte del mundo, pues el contexto geográfico queda eclipsado por las circunstancias personales de los personajes principales.
La cultura judía, la religión y la comunidad de creyentes de esta fe llegados desde el este de Europa a Brasil y Argentina es en lo que hace hincapié Ronaldo Wrobel a lo largo de las páginas de este libro. No es la primera vez que leo un libro en que las creencias de los personajes sean un condicionante muy importante en la trama, pero en esta ocasión he de admitir que me ha aburrido bastante. No es que tenga nada en contra de la comunidad judía en concreto, es en sí el modo en que el autor presenta el contexto sociológico lo que me ha resultado tedioso: en mi opinión, la manera en que lo hace es muy poco atractiva. Casi lo mismo sucede con los personajes: ni uno solo me ha llegado a convencer y el que menos, el protagonista.
Supongo que Ronaldo Wrobel era plenamente consciente cuando decidió crear un personaje central tan gris, plano y obsesivo, pero bajo mi punto de vista arriesga demasiado. Un protagonista nunca puede llegar a resultarle indiferente al lector, ser poco llamativo, sin aportar algo extra que compense esa carencia, algo que por desgracia no existe. Max no merece el protagonismo que el autor le otorga. Hannah, mi gran esperanza, tampoco me ha llegado a convencer. Sí, es una mujer independiente y rodeada de misterio que trata de salir adelante y ser libre a su manera, pero al mismo tiempo es muy conservadora. Esta mezcla extraña no la terminé de ver con buenos ojos.
Tampoco me ha gustado el estilo narrativo del autor y cómo conduce la trama. A mi parecer, se detiene demasiado en los detalles superfluos, haciendo que la historia discurra a un ritmo lento que se me ha antojado antinatural. Una novela de espías, ambientada en los albores de la segunda Guerra Mundial debería tener una cadencia mucho más fluida. No ayudan nada los flashbacks que nos trasladan a la Europa del este, lugar de origen de Max y Hannah. Aunque al principio me pareció interesante este hilo que envuelve la madeja, eventualmente me di cuenta de que terminaba enredándose demasiado con la trama del presente en el libro, aportando poco valor a largo plazo.
Por último, considero que el punto fuerte de la novela reside en cómo el autor utiliza las casualidades para enlazar los destinos de Max y Hannah, acercándoles o alejándoles según la situación que atraviesen y las circunstancias que rodean al desarrollo de la trama. Sin embargo, aquí concluyen mis alabanzas a la novela. Dudo que vuelva a leer algo de Ronaldo Wrobel en un futuro: simplemente, su modo de hacer literatura no es para mi.
Conclusión
Me ha costado horrores terminar la novela, y eso que apenas supera las doscientas páginas. Siendo objetiva, confieso que quizá no he elegido el mejor momento para leer 'Traduciendo a Hannah', pero ya no puedo volver atrás y cambiar el resultado de la experiencia lectora. Además, dudo que el resultado hubiese sido radicalmente distinto. No recomiendo la novela porque no ha habido esa conexión que se supone siempre debería haber entre lector y libro, pero al igual que mi crítica no es entusiasta, las hay que sí lo son, por lo que aconsejo que no os dejéis llevar únicamente por una opinión, ya sea favorable o desfavorable.
¿Recomendada?: No.
No me sonaba. Y por lo que cuentas, creo que voy a dejarla pasar.
ResponderEliminarBesotes!!!
Era una novela que también tenía ganas de leer, no es que la descarte pero no tengo tan claro que me vaya a gustar así que bajaré las expectativas
ResponderEliminarBesos
Ya de primeras no me llamaba demasiado.
ResponderEliminarVaya, cuando empecé a leer la sinopsis de tu reseña pensé que podría estar bien pero despuñes de todo lo que has comentado creo que la dejo pasar.
ResponderEliminarUn beso.
Pues habrá que buscar otra opción =)
ResponderEliminarBesotes
Definitivamente no. Gracias. Besos.
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