Espasa, 2.015
Premios: ninguno.
Precio: 19,90 €
Adquisición: préstamo.
El autor
Carlos del Amor es un periodista nacido en Murcia en 1.974. Su puesto de trabajo actualmente es Jefe Adjunto del Área de Cultura del Telediario de Televisión Española. Publicó en 2.013, en Editorial Espasa su primer libro de cuentos, titulado 'La vida a veces', una colección de veinticinco textos que hacen hincapié en lo cotidiano. El tono del libro es ante todo emocional. Dos años después, en 2.015, publicó con la misma editorial 'El año sin verano', estrenándose así en el formato de novela.
Un periodista que sufre bloqueo creativo cuando está a punto de comenzar a escribir su primera novela se encuentra un día en su edificio un manojo de llaves. Pronto descubre que las llaves abren todas y cada una de las puertas de su inmueble. Es agosto no está ninguno de sus vecinos, Madrid está vacío y tiene tiempo y ganas de curiosear. Lo que en principio empieza como un pasatiempo, acaba por convertirse en su ocupación principal, cuando descubre las vidas ajenas de aquellos que tiene a su alrededor, conocidos y al mismo tiempo tan desconocidos, y, sobre todo, una historia de amor y una misteriosa muerte a la que se ve abocado, inevitablemente, a investigar.
Mi crítica
Me apetecía leer este libro porque me llamaron la atención tanto la portada como el título. Decidí darle una oportunidad aprovechando que me lo iban a prestar y que por tanto no perdería nada si no llegaba a convencerme. Y resulta que ha sido así: esta novela no encaja con mis gustos ni con mis estandartes, pero que perfectamente puede satisfacer las expectativas de otros lectores de gustos quizá no más simples pero sí menos exigentes.
A algunos lectores esto les ha gustado mucho, incluso algunos se han llegado a plantear seriamente si esta novela no es sino una crónica de algo que le ha sucedido al autor en algún punto de su vida. Esto me ha resultado chocante y supongo que le otorga puntos a Carlos del Amor por haber sembrado la duda entre sus adeptos. A mi sin embargo no me ha terminado de convencer esta especie de realidad fingida.
Ninguna de estas mini historias me han resultado, sinceramente, nada del otro mundo. No obstante, he de admitir que el ritmo ágil que presenta la novela hace que todo fluya de un modo bastante dinámico. Esto hace que se pierda, sin embargo, profundidad en la construcción y desarrollo de los distintos personajes que aparecen en la obra. A decir verdad, todos sin excepción se me han quedado cortos. Admito que no es fácil hallar un equilibrio entre agilidad narrativa y configuración de los personajes, y que en muchos casos los autores se decantan bien por uno o bien por otro elemento.
Conclusión
Quien busque una novela para pasar un rato agradable sin pedir mucho más que eso, algo totalmente factible y respetable por supuesto, tiene ante 'El año sin verano' a un buen candidato. Dudo que vuelva a leer algo de Carlos del Amor en un futuro, simplemente porque no nos entendemos en lo que a planteamientos literarios se refiere. A diferencia de lo que les ha sucedido a otros lectores, 'El año sin verano' ni me ha enganchado, ni me ha emocionado: se deja leer y uno termina hallando el final casi sin darse cuenta, algo que muchas veces busca en lecturas ligeras.
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