domingo, 8 de abril de 2012

El poder de las tinieblas, John Connolly








Tusquets, 2.004 (primera edición 2.000)
Premios: ninguno.
Precio: 9,95 €
Adquisición: regalo








"-Nunca ha sido fácil llevarse bien contigo, Charlie. Eres demasiado listo, demasiado propenso a perder los estribos. Todos tenemos nuestros demonios, pero tú los llevas a flor de piel. Creo que pones nerviosa a la gente, y si algo no le gusta a un policía es que lo pongan nervioso. Va contra su propia naturaleza".

El autor

John Connolly nació en 1.968 en Dublín, Irlanda y es espacialmente conocido por su serie de novelas protagonizada por el detective Charlie Parker.
Tras licenciarse y obtener un máster en periodismo pasó algunos años trabajando como reportero. Pronto se cansó de la profesión y decidió comenzar a escribir ficción.
La primera novela de John Connolly fue titulada 'Todo lo que muere' (1.999), y tuvo muy buena acogida entre el público y la crítica. Su ópera prima fue nominada al Premio Bram Stoker a la mejor primera novela. En ella el autor presentaba por primera vez a su detective, el antihéroe Charlie Parker, un ex-policía obsesionado con encontrar al asesino de su mujer y su hija.
'El poder de las tinieblas' es la segunda novela de la serie, publicada por primera vez en el año 2.000.
Desde 'Todo lo que muere' y hasta la fecha, John Connolly ha publicado un total de diez novelas protagonizadas por Charlie Parker.
Sus obras contienen tintes sobrenaturales, además de explorar temas como la compasión, la moralidad, la expiación o la salvación. Ha sido comparado con Stephen King porque, además, todas sus novelas están ubicadas en Maine. Sin embargo, sus estilos son muy diferentes. 

Sinópsis

Una fría noche de invierno, la paz de Maine se ve perturbada por dos hechos en principio inconexos: un sangriento tiroteo durante el cobro de un rescate y el suicidio de una anciana en pleno bosque. Contra todo pronóstico, todas las pistas apuntan a un mismo hombre. Y Charlie Parker deberá actuar con rapidez porque los acontecimientos se suceden a un ritmo vertiginoso, los cadáveres se multiplican y la violencia se extiende como un rastro de sangre por los bosques nevados de Maine.

Mi crítica

Lo que me ha sucedido con 'El poder de las tinieblas' no me había pasado con ninguna novela negra hasta la fecha: leer las primeras páginas, en las que se desarrolla la acción prometida en la sinópsis y que constituyen la base de un nuevo caso para el detective Parker, me ha resultado un engorro


De hecho, hace meses traté de adentrarme en el universo creado por John Connolly con esta misma novela y fui incapaz de pasar de la página veinte. No me resultó para nada atractiva la historia del suicidio de una anciana en el bosque ni el tiroteo que se produce al mismo tiempo en un lugar cercano y que, a priori, nada tienen que ver. 

Eso sí, una vez dejé esa fase de la novela detrás, la lectura se me hizo muchísimo más amena. El protagonista, Charlie Parker, que aparece tras esta introducción, me gustó desde el principio. Es sin duda alguna un anti-héroe con el que pese a todo, no puedes evitar congeniar. Bird, como le apodan algunos, es un tipo duro, curtido en las calles, experimentado, portador de cicatrices invisibles que de vez en cuando sangran de dolor

Los demonios que lleva dentro que le acompañan y atormentan permanentemente son tan atroces que a veces se apoderan de su voluntad, impidiéndole ser lo que solía ser: un excelente detective. Ha hecho cosas de las que no se siente orgulloso, pero trata de aceptarlas, superarlas y seguir adelante, aunque sin demasiadas ganas. 
Desde mi experiencia lectora, puedo asegurar que me sorprendió poder sentir tan cercano un personaje así y seguramente esta sea la clave del éxito de la serie del detective Parker: un protagonista muy poco común.

Tal vez uno de los recursos de los que se vale John Connolly para lograrlo sea utilizar la figura del detective Parker como un narrador excepcional de cuanto acontece
Lo que no me convence tanto es la precisión con la que el autor describe las localizaciones en las que se desarrolla la novela: Maine, Nueva York y alrededores. Da por hecho que el lector conoce esos lugares y los presenta dando referencias a otros de los que la mayoría no hemos oído hablar. Esto hace que uno tenga la sensación de haberse perdido en un lugar en el que nunca ha estado, pero que debería resultarle familiar

John Connolly es muy bueno creando y delimitando personajes: con tan sólo unos cuantos trazos el lector intuye que sabe todo lo que debe conocer sobre ellos. No dispone de más información, quizá inútil, ni nota una carencia de datos que podría llevarle a concluir hechos erróneos. Creo que este es el punto más fuerte del autor, y radica en que sabe cuidar de sus personajes. Quizá esta sea otra de las claves del éxito de su serie de libros, pero no el único: John Connolly se desenvuelve muy bien en los diálogos

Casi todas las conversaciones tienen un deje trascendental y profundo que descoloca un tanto, no sólo por el ambiente en el que se desarrollan los hechos, sino por los personajes que mencionan tales palabras. El lector finalmente se acaba acostumbrando a estas salidas un tanto poéticas de hombres duros y tipos malos, y puede apreciar estas conversaciones como si de joyas se tratasen. 

Algo que no he visto en ninguna novela negra y que hace de 'El poder de las tinieblas' en particular, y de toda la saga del detective Parker en general, es la incorporación de elementos sobrenaturales (aparición de fantasmas, entes, visiones...) a la trama. Esto es consecuencia de los tormentos que ha debido soportar: la vía de escape de sus demonios interiores. Poco a poco, Charlie Parker comienza a ser incapaz de distinguir lo que es real de lo que no lo es.

John Connolly es muy detallista. Bajo mi punto de vista, en ocasiones, en exceso (cuando la acción se traslada de lugar, no duda en repasar sucesos históricos acontecidos en él que no guardan ninguna relación con el caso ni con el argumento). Hay aspectos que el lector agradece que estén detallados, pero otras veces resulta un poco pesado. 
Me ha agradado mucho conocer, por ejemplo, el por qué de las cosas en el contexto de una escena del crimen. John Connolly explica a sus lectores las causas desencadenantes del rigor mortis. Cómo se origina y qué elementos lo desencadenan. Esto es algo que personalmente desconocía y que muy pocas novelas negras tienen la bondad, digamos, de contar, y me parece fantástico que John Connolly lo haga.

La brutalidad de los hechos que se narran en 'El poder de las tinieblas' y la vida que llevan sus protagonistas contrasta con cierta dosis de sensibilidad de la que el autor hace gala en su prosa. Esto es algo que no he observado en ningún otro escritor de novela negra (salvo, quizás, Henning Mankell) y hace que John Connolly se desmarque de los cientos de autores de este género que existen.

El final me ha gustado. No ha sido todo lo trepidante que podría para este tipo de novelas, pero es más acorde al estilo del autor que otros a los que los lectores de este género estamos acostumbrados. John Connolly es fiel a sí mismo y al detective Parker hasta el final
Además, el autor deja todo preparado para la continuación de la saga del detective Parker, invitando al lector a proseguir la historia.

Conclusión

Pienso que 'El poder de las tinieblas' y, en general, la saga del detective Parker en caso de que sigan en la misma línea, son lecturas obligadas para los incondicionales de la novela negra

No descarto ni mucho menos seguir leyendo las aventuras de Bird. Lo recomiendo a todo aquel que busque algo diferente dentro del género, en el que, a veces, todo está demasiado manido y los argumentos son muy trillados y parecidos entre sí. Sin duda, un soplo de aire fresco dentro de la literatura de esta índole.

Valoración: 7,5/10
¿Recomendada?: .

jueves, 5 de abril de 2012

Tiempo de arena, Inma Chacón








Planeta, 2.011
Premios: Finalista Premio Planeta 2.011
Precio: 21 €
Adquisición: biblioteca








"Un vestido de novia o un hábito de novicia, en lugar de una profesión que la dignificase y la colocase al mismo nivel que los hombres (...) La obediencia frente a la inteligencia. El sometimiento frente a la libertad de pensamiento. El culto a la maternidad como máxima aspiración de la mujer (...) Munda no lo podía consentir".

La autora

Inmaculada Chacón nació en 1.954 en Zafra, Badajoz. Es hermana gemela de la también escritora y tristemente fallecida Dulce Chacón. Su muerte, acaecida en 2.003, hace que Inma Chacón comience a urdir una historia sobre una princesa azteca entregada como regalo a uno de los capitanes de Hernán Cortés. Es la última voluntad de su hermana, ya que a ella no le dará tiempo a escribirla. 
Con esa premisa y ese encargo, Inma Chacón toma la decisión de abandonar en 2.004 su trabajo para dedicarse de lleno a la literatura y escribir la que será su primera novela, 'La princesa india' (2.005). La obra recibe alabanzas tanto por parte de la crítica como del público. Tras su ópera prima salen a la luz dos poemarios, 'Alas' (2.006) y 'Urdimbres' (2.007). Ese mismo año publica, con aún mejor acogida, su segunda novela 'Las filipinianas', una historia ambientada en Filipinas en el siglo XIX.
En 2.011 Inma Chacón quedó finalista del premio Planeta de novela con 'Tiempo de arena'. También publicó ese mismo año una novela juvenil con las redes sociales como telón de fondo.

Sinópsis

En el lecho de muerte, María Francisca, miembro de una noble familia de Toledo, clama desesperadamente por sus hijos. La sorpresa es mayúscula: nadie de los presentes conocía que la joven hubiera tenido descendencia. La madre de María Francisca niega sus palabras, pero sus tías no dejarán de preguntarse qué hayde verdad en ellas. 
Con este misterio arranca una apasionante inmersión en la historia de las mujeres Camp de la Cruz, Mariana, Munda y Alejandra, herederas de un hacendado español a finales del siglo XIX, y de sus irreconciliables diferencias vitales en la búsqueda de la felicidad

Mi crítica


A pesar de que me ha gustado, y mucho, esta novela, al principio no podía decir lo mismo. No paraba de hacerme líos con los personajes, con sus nombres, y me costaba recordar la relación que guardaban entre ellos. En el primer capítulo Inma Chacón presenta a todos los miembros femeninos del clan Camp de la Cruz a la vez  y he de reconocer que no me hice con quién era quién a la primera.

Lo que más me ha agradado de 'Tiempo de arena', con diferencia, son las protagonistas. Inma Chacón construye una tela de araña que atrapa a Munda y Mariana, sin duda uno de los pilares más importantes en los que descansa la novela. Dos hermanas que poco tienen en común, separadas no sólo por ideas políticas, sino por caracteres opuestos y formas de ver la vida radicalmente distintas. Esta rivalidad, ese "odio fraternal", anticipa una trama repleta de conflictos, de intrigas y de dramáticas traiciones. Inma Chacón no defrauda: la relación entre hermanas da mucho juego.

El ritmo es ágil, y así se mantiene a lo largo de toda la novela. Ni muy lento ni muy rápido.
Esto es algo que no sucede en casi ninguna obra, ya que a muchos autores les cuesta mantenerlo. 
Quizá si se hubiera acelerado, la intriga que logra crear Inma Chacón se hubiese ido al traste. 
Si, por el contrario, la historia hubiera transcurrido más lenta, sin lugar a dudas esta novela me hubiese resultado muy pesada de leer

La autora sabe cómo jugar con el misterio que crea alrededor de la familia Camp de la Cruz, tensando y destensando la cuerda no tanto a placer sino cuando las necesidades del argumento así lo indican. Me ha agradado comprobar cómo el hilo conductor de la trama (los hijos secretos de María Francisca) se mantiene con coherencia durante toda la obra, no decae en ningún momento y es alternado con otra serie de vivencias que acontecen en la vida de las hermanas. 

Además, hay otros temas que trata 'Tiempo de arena' que me resultan de lo más interesante: la guerra que estalló en Filipinas cuando dejó de ser colonia española, la lucha de las mujeres por sus derechos, y en concreto por el sufragio universal, la difícil situación de los obreros en las fábricas a finales del siglo XIX... 

El trato que da Inma Chacón al asunto de la masonería, sin embargo, lo encontré un tanto forzado. 'Tiempo de arena' hubiera funcionado igual de bien si no se hubiera mencionado nunca.

Sé que las comparaciones resultan odiosas, pero no puedo resistirme a esta: la escritura de Inma Chacón es parecida, pero menos poética que la de su hermana Dulce. La autora de 'Tiempo de arena' es más descriptiva, menos soñadora, aunque lo cierto es que son más las semejanzas que encontré que las diferencias.

Inma Chacón sabe conducir muy bien a sus personajes, no sólo en cada capítulo, sino en el conjunto, a través de los años que pasan: sus caracteres van cambiando, se van moldeando con lógica según los acontecimientos que les ha tocado vivir. Todas pasan por malos momentos, y, cada una a su manera, saben finalmente superar todos los reveses que les da la vida. Ser testigo de ello me ha parecido muy interesante. Me ha gustado muchísimo ver la transformación de Alejandra. Sin embargo, la de Mariana no me ha convencido tanto ya que es mucho menos gradual y sutil, quizás demasiado acusada como para parecer verosímil. 

Mariana, una de las hermanas, es el personaje que más asperezas levanta en 'Tiempo de arena'. Pocos "antagonistas" (no sé si atreverme a calificarla como tal) me han sacado tanto de mis casillas como ella. Creo que cuanto mejor construido esté un personaje, más fácil será que logre influir en nuestros sentimientos. Todos los que intervienen en 'Tiempo de arena' son destacables, pero Mariana levanta ampollas.

Por lo tanto, se podría decir que 'Tiempo de arena' es una novela de personajes, y que Inma Chacón es una gran creadora de historias. La novela engancha a pesar de que la trama no sea alegre ni tan atractiva como lo puedan ser otras. Entre las páginas de esta obra nada es lo que parece. 

Al pensar en el modo en que se iban desarrollando los acontecimientos, me vienen a la mente las figuras de esas muñecas rusas que tienen distintos tamaños. Dentro de la grande hay una más pequeña, y así sucesivamente. No puede darse nada por sentado en 'Tiempo de arena' ya que, al igual que sucede en la vida, nada es blanco ni negro, sino gris, y los prejuicios que tenemos sólo sirven, en ocasiones, para demostrarnos a nosotros mismos que estábamos equivocados.

El título, 'Tiempo de arena', está magníficamente escogido. En esta novela el tiempo es un elemento que no tiene apenas peso. No significa nada, es engullido por la magnitud del conflicto existente entre las dos hermanas. La historia no tiene fin ni principio, es tan sólo un retazo de las vidas de unas mujeres valientes y extraordinarias, que están solas frente a la adversidad. Las figuras masculinas se encuentran siempre ausentes, aparecen y desaparecen a lo largo de la trama como fantasmas que nunca se materializan

El final me ha gustado. Lo que más me agradó fue comprobar que todo guardaba una lógica, que nada era casual, que todo estaba sustentado en hechos justificados. No quiero escribir más acerca de las últimas páginas, pues si no desvelaría su contenido y no deseo hacerlo.

Conclusión

'Tiempo de arena' es una novela muy recomendable. Sin embargo, tengo la sensación de que no va a gustar a todo tipo de lectores. Es especial, tiene un encanto que dudo que llegue a todo el mundo. En general, pienso que será del agrado de aquellos que disfruten con historias de familia y secretos guardados durante años que están a punto de ser desvelados. 

No me importaría volver a leer algo de Inma Chacón. Estaré atenta a lo que publique a partir de ahora y si la sinópsis me atrae lo suficiente, me sumergeré de nuevo en el universo de buenos personajes que tan bien sabe crear. Un placer contar con otra Chacón, aunque no sea Dulce.

Valoración: 8/10
¿Recomendada?: .

lunes, 2 de abril de 2012

Un árbol crece en Brooklyn, Betty Smith







Lumen, 2.008 (primera edición 1.943)
Premios: ninguno.
Adaptación cinematográfica de Elia Kazan en 1.945
Precio: 21,90 € 
Adquisición: biblioteca







"Crecer echaba a perder muchas cosas. Arruinó el juego que inventaban cuando no tenían en casa comida para alimentarse. Los días que se terminaba el dinero y faltaban los alimentos, Katie y sus dos hijos simulaban ser exploradores en busca del Polo Norte y decían que los había sorprendido un huracán en una cueva, con pocos víveres. Tenían que hacerlos durar hasta que llegase ayuda".

La autora

Betty Smith, cuyo verdadero nombre es Lilian Elizabeth Wehner, nació en una familia humilde de emigrantes alemanes en 1.886. Tras una infancia difícil, estudió en la escuela de su barrio hasta los catorce años, momento en el que tuvo que ponerse a trabajar desempeñando diversos oficios. Más tarde se trasladó a Michigan, y ya siendo madre, estudió derecho en la universidad al tiempo que tomaba clases de teatro, y comenzaba a escribir obras dramáticas. Empezó a llamarse Betty en 1.938. Continuó escribiendo hasta 1.963. Su obra más conocida, 'Un árbol crece en Brooklyn' (1.943), fue llevada al cine por el prestigioso director Elia Kazan en 1.945 y más tarde, la obra fue estrenada también como comedia musical.

Sinópsis

'Un árbol crece en Brooklyn' retrata la infancia y juventud de Francie Nolan, hija de inmigrantes en el Brooklyn de la década de 1.920. Francie Nolan adora leer, es su vía de escape. Lo hace siempre que puede, sentada en las escaleras de emergencia de su casa, a la sombra de un árbol. Así cuenta la historia de su vida y la de los Nolan en general, una familia pobre, de raíces irlandesas y austriacas, que llegó a América buscando prosperidad. Francie Nolan crece con un padre dulce pero débil y demasiado pegado a la botella, de manera que la verdadera "cabeza de familia" es su madre, que trabaja limpiando las escaleras de la vecindad. Queda así pues claro desde el principio que son las mujeres Nolan las que de verdad sacan adelante a la familia. Como aquel árbol que le da sombra mientras lee, y que crece en el cemento, la ingeniosa Francie Nolan lucha contra toda clase de obstáculos para sobrevivir y salir adelante.

Mi crítica

Esto es algo que puedo afirmar con plena convicción: 'Un árbol crece en Brooklyn' es un libro con el que he disfrutado durante horas, y que he terminado encantada, con esa sensación que sólo te dan algunas novelas de las que te despides con pena al llegar a su fin.
He de reconocer que 'Un árbol crece en Brooklyn' tiene todos los ingredientes que debe reunir una novela para engancharme: la historia de una familia que atraviesa dificultades, cuya protagonista es una niña apasionada por la lectura. El lector es testigo de lo que ocurre en las vidas de la familia Nolan a lo largo de los años: vemos crecer a Francie Nolan

Los personajes están construidos de una manera sublime, muy cuidada, con mucho cariño. Son muy interesantes y destacan por encima de otras cualidades que también tiene la novela. Lo mejor de 'Un árbol crece en Brooklyn', sin duda. El lector puede llegar a sentirse uno más de la familia Nolan 

Por este y otros motivos, vi cierto paralelismo entre 'Un árbol crece en Brooklyn' y 'Las cenizas de Ángela'. Ambas novelas son relatadas por niños que vemos crecer en un ambiente poco favorable, con la sombra de la pobreza extrema siempre acechando. Ambos padres son de ascendencia irlandesa, y ambos son alcohólicos; sin embargo el lector no puede dejar de sentir simpatía por ellos porque, en el fondo, adoran a sus hijos.
Me llamó mucho la atención una frase que venía en la contraportada de la novela, y es la siguiente: 
"Cuando los periodistas preguntaban a Betty Smith si 'Un árbol crece en Brooklyn' era una novela autobiográfica, ella siempre respondía que en ella contaba su vida del modo en que tendría que haber sido, no en el modo en que realmente fue". 
Al principio, sin embargo, cuesta meterse en la historia. Durante las primeras páginas tuve la sensación de que en realidad, lo que la protagonista contaba no eran más que unas cuantas anécdotas, algunas graciosas, otras curiosas, casi todas ellas dignas de mención, pero poco más. Es decir, que no veía que hubiera un hilo conductor claro que uniera la historia en orden, ni una cronología de los hechos que acontecían, ni siquiera que existiese un argumento detrás. El ritmo al que trascurre esta primera fase, digamos, deja un poco que desear.

Finalmente, cuando se supera esa parte de la novela, puedo garantizar desde mi experiencia que el libro es magnífico y se disfruta muchísimo con él. Merece la pena no rendirse, pues el resto de sus páginas te atrapan irremediablemente. 

La novela de Betty Smith va de menos a más, pero vuelve a haber otro pequeño bajón en las últimas páginas, incluyendo el final, que al menos a mí no me gustó demasiado. 
Primero, porque no es nada del otro mundo y segundo porque es demasiado abierto, y personalmente, prefiero que el autor deje tan sólo unos cuantos cabos sueltos.

Conclusión

Recomiendo esta novela a todo aquél que disfrute de las historias de familia. Pese a que hay bajones, merece muchísimo la pena. 
Creo que todo el mundo podría leerlo, sin tener en cuenta preferencias o gustos: si simplemente uno quiere disfrutar con una buena historia, 'Un árbol crece en Brooklyn' es una buena opción.

'Un árbol crece en Brooklyn' cuenta con adaptación cinematográfica: fue llevada al cine por Elia Kazan en 1.945. 

Valoración: 8,5/10
¿Recomendada?: .

viernes, 30 de marzo de 2012

Tras la colina, Robyn Carr





Harlequín Ibérica, 2.011
(primera edición 2.002)
Premios: ninguno.
Precio: 13,90 €
Adquisición: a través de BookMooch






"Demonios, pensó mientras le devolvía el beso. Algunas cosas nunca cambiaban, y los labios de Chris no habían cambiado.
- Lo siento - dijo -. (...) No quiero tener una aventura... sólo tenía curiosidad. Curiosidad, no interés.
Él sonrió, y ella se dio cuenta de que pensaba que se había marcado un tanto".

La autora

Robyn Carr es una escritora norteamericana que comenzó a publicar en 1.978. Treinta años y veinticinco libros después no sólo continúa en el mundillo, sino que ha logrado entrar en el puesto número uno de la prestigiosa lista de los más vendidos del New York Times
Se ha ganado un ejército de seguidores con su saga situada en los bosques del norte de California, Virgin River. En sus libros, no todo es romance situado en parajes bucólicos: introduce temas que no suelen ser muy comunes en este tipo de novelas, como la violencia doméstica, o personajes que sufren el síndrome de estrés post-traumático
No siempre tuvo claro que quisiera escribir. O, mejor dicho, que debiera hacerlo. Su marido viajaba mucho y ella se quedaba sola. Para no morir de aburrimiento, leía y redactaba. Al comienzo de su carrera se centró en la novela romántica con tintes históricos, pero después comenzó a situar sus narraciones en la actualidad. Lo que sí tienen en común todas sus creaciones son sus protagonistas: mujeres fuertes, con coraje, pero también sensibles y de buen corazón.

Sinópsis

En el tranquilo pueblo de Grace Valley, California, los vecinos se conocen de toda la vida y cuidan unos de otros. En una comunidad así es difícil guardar un secreto. Por ello, la doctora June Hudson ha conseguido lo imposible ocultando a todos las visitas, tan clandestinas como apasionadas, de su amante, el agente secreto Jim Post. Pero todo se trastoca el día en que regresa a Grace Valley Chris Forrest, su antiguo amor del instituto, después de veinte años, y divorciado. June Hudson se siente muy insegura en su presencia y agradece las constantes distracciones que le exige su profesión: médico rural. Sin embargo, más tarde o más temprano, el amor se abrirá paso en Grace Valley. Como siempre.

Mi crítica

Antes de leer 'Tras la colina' me esperaba encontrar algo totalmente distinto de lo que finalmente hallé. Pensaba en una historia de amor tipo chica-conoce-a-chico, algún enredo que otro de por medio, amantes atrapados en su propio juego, desengaños, la mejor amiga que parece perfecta pero que da puñaladas traicioneras... en fin, lo típico. 

Lo que no sabía era que June Hudson, la médico rural de Grace Valley, ha protagonizado varias historias aparte de 'Tras la colina'. Por lo tanto me encontré in media res, aunque supe ubicarme en seguida. La trama no es difícil de seguir para nada.

June Hudson está liada con un agente secreto que va de incógnito, y que debe dejar sola a la protagonista durante largas temporadas para cumplir con su deber: atrapar a los malos en misiones secretas y super peligrosasJune Hudson se lo toma con resignación y soporta sus ausencias gracias a lo absorbente que puede llegar a ser su trabajo como médico rural.

Sinceramente, esto me pareció irrisorio. No por la historia de amor en sí, sino por la manera en que está abordada, los diálogos tan absurdos que mantienen June Hudson y el agente de incógnito sobre sus misiones, sobre si volverán a verse. 
Si Robyn Carr hubiera querido hacer este affair verosímil, no tendría que haber hecho tan evidente a qué se dedica el novio de June Hudson, que parece que en todo momento alardea de su profesión hablando mucho más de la cuenta. En un primer momento no supe si la autora estaba gastando una broma macabra a su propia protagonista, arrastrándola a los brazos de un farsante cuyas mentiras no se sostenían por ningún lado, o si, por el contrario, Robyn Carr iba en serio con lo del James Bond a lo rural, lo cual me pareció mucho peor.
Eso de enrollarse con un policía secreto me parece típico de una fantasía de ama de casa aburrida y no de una novelista experimentada, con más de dos décadas a sus espaldas dedicándose a escribir novelas.

Esto que comento es sólo una anécdota. 'Tras la colina' está plagada de personajes, y la mayoría están un tanto estereotipados. Podrían estar mucho mejor elaborados, pero lo peor, sin duda, es la protagonista, June Hudson. En ocasiones actúa como si fuera una chica de diecisiete años, ya que algunas escenas que plantea Robyn Carr bien podrían estar sacadas de una novela juvenil ubicada en un instituto

A pesar de todo, he de admitir que he disfrutado de una historia que no requiere esfuerzo alguno a la hora de leer. 'Tras la colina' ofrece al lector una trama amena y sin demasiadas complicaciones. Lo único que Robyn Carr exige al lector es que se acuerde de todos los personajes que intervienen en su obra, que no son pocos.

Harlequin Ibérica debería tomar nota de ciertos errores tipográficos que he encontrado a lo largo de 'Tras la colina'. Hay palabras a las que les falta alguna letra, otras que están en desorden, e incluso una confusión entre personajes.

Por lo demás, el estilo de la autora es bastante normalito. No destaca en nada en absoluto. Hay mucho diálogo (que deja bastante que desear) y mucho discurso interior del personaje principal. El lector no se pierde ni uno de los pensamientos de June Hudson

También cabe destacar la importancia que Robyn Carr le otorga a las discusiones de pareja. Unos amigos de June Hudson, marido y mujer, discuten por algo que tiene su aquel, yo no digo que no, pero en el fondo es una chorrada que podría -y en la vida real debería- resolverse en seguida. Bien, pues dicha discusión se alarga a lo largo de toda la novela, creando así una línea argumental que desentona un tanto y que cae por su propio peso. Las subtramas no deben alargarse nunca tanto, sobre todo si no están bien construidas.

Conflictos más serios que también pueden encontrarse en esta novela son tratados de manera idéntica: superficial, trivial. Robyn Carr comete el error de abrir demasiados frentes en una novela planteada desde una perspectiva simple. En lugar de concentrarse en unos pocos, va añadiendo conflictos en los que me cuesta hallar la línea argumental, menguando de este modo la calidad total de la obra. Al menos, los sabe controlar y en ningún momento se le van de las manos, pero lo que logra con ello es perjudicar al conjunto. Quien mucho abarca, poco aprieta.

'Tras la colina' no se limita a contar la historia de una médico rural, June Hudson, y de sus amoríos. La novela narra las aventuras de un pueblo entero. Ella es, digamos, el cartel principal de la obra, pero su historia acaba siendo una más entre tantas otras. Parece mentira que Robyn Carr haya podido relatar tantas cosas de tantos personajes en poco más de trescientas páginas, pero así ha sido. 

Al final, una de las tramas que más juego parecía dar ha quedado sepultada por la trascendencia que en las últimas páginas han cobrado otros hilos de la historia. No me ha parecido un mal final. Ha sido predecible, pero correcto
He echado de menos poder conocer un poco más a los personajes, pero eran tantos que eso resultaba imposible. Es lo que menos me ha convencido de 'Tras la colina', junto con los diálogos.

Conclusión

A pesar de lo que pueda parecer, no ha estado mal el acercamiento a Grace Valley. Dudo que vuelva a leer algo de Robyn Carr de nuevo, pero nunca se sabe. No considero que el pueblo tenga conflictos tan interesantes como para hacer de su historia una saga y por tanto esta visita al mundo de June Hudson ha sido un hola y adiós un tanto apresurado.
Desde luego no esperaba un novelón, sabía que iba a encontrar multitud de pegas, pero me ha gustado descansar de lecturas densas con 'Tras la colina', que es justo todo lo contrario. Es una novela entretenida, y punto.

La recomiendo a todos aquellos que disfruten con las novelas que publica la editorial Harlequin, a los que quieran descansar de lecturas más absorbentes o a los que les apetezca sin más algo ligero.

Valoración: 5/10
¿Recomendada?: .

martes, 27 de marzo de 2012

El último detective, Robert Crais








La Trama, 2.006 (primera edición 2.003)
Premios: ninguno.
Precio: 9,60 € edición de bolsillo
Adquisición: a través de BookMooch









"Había olvidado la sensación de miedo sentida en aquel momento en que mi cuerpo y mi destino estaban en manos de una potencia desconocida; la sensación de estar totalmente desamparado y solo. Hasta aquella noche".

El autor

Robert Crais nació en Louisiana en 1.953. Me pregunto cómo pasó de limpiar casas de perros a convertirse en escritor, pero eso fue lo que sucedió al parecer. Ahora es famoso por ser escritor de obras de misterio y suspense, y además creador de la saga de novela negra protagonizada por el dúo de detectives Elvis Cole y Joe Pike
Su primer libro, perteneciente a esta colección, obtuvo el premio 'Anthony and Macavity'. La pareja de detectives llevan quince libros trabajando codo con codo para resolver los crímenes más peligrosos. 
Robert Crais también es guionista de series de televisión y ha participado en capítulos de 'Corrupción en Miami' o 'Canción triste de Hill Street'.

Sinópsis

El detective Elvis Cole se enfrenta a uno de los momentos más delicados de su vida: acaba de recibir la llamada de un hombre que asegura tener secuestrado a Ben, el hijo de Lucy, su novia. El niño estaba al cuidado de Elvis Cole mientras su madre trabajaba, salió al jardín a jugar y pocos minutos después desapareció sin dejar rastro. Según las palabras del hombre que retiene a Ben, el secuestro está relacionado con un oscuro suceso del pasado: el detective fue el único superviviente de un batallón americano que fue aniquilado en Vietnam, y aunque en su momento fue premiado por su heroicidad, alguien piensa que hubo juego sucio y que debe pagar por ello.

Mi crítica

Hacía bastante tiempo desde mi última lectura de novela negra y me apetecía volver a probar con algo del género. Aunque 'El último detective' forme parte de una serie de libros y este título no pertenezca al primero de la colección, no me importó. Se puede leer de manera independiente sin perderseSuponía que iba a ser un thriller trepidante con mucha acción y poca chicha, pero en el fondo no sabía a ciencia cierta a lo que me iba a enfrentar.

La novela de Robert Crais es muy fácil y muy cómoda de leer. No es necesario prestar excesiva atención a cada detalle con el fin de no perderse en la trama. Al contrario, lo que resulta difícil es perderse. Se lee rápido, increíblemente rápido. 
Las primeras páginas no enganchan demasiado, pero sí que logran mantener cierta intriga.

'El último detective' está narrada en primera persona por el protagonista de la serie: Elvis Cole, el cual se denomina a sí mismo "el mejor detective del mundo" (modesto el tipo, ¿no?). Cuando otro personaje se convierte en narrador, el texto aparece en cursiva para diferenciarlo de las partes en las que habla Elvis Cole. Son capítulos breves, por suerte, ya que leer letra cursiva durante varias páginas cansa mucho al ojo lector.

Una vez se ha producido el secuestro (y no estoy desvelando nada de la trama, este hecho aparece en la sinópsis como detonante de la acción), la narración se escinde en dos: tenemos, por un lado, el punto de vista del detective Elvis Cole y de los familiares del niño, la angustia vivida por su madre y las ganas de los especialistas de la brigada del FBI por encontrar al crío sano y salvo y acabar con todo esto. 
Por otro lado, tenemos el punto de vista de Ben, el secuestrado. Sus ganas de escapar, su miedo a ser asesinado, su valentía. 

Esta doble perspectiva no es tan común en las novelas negras como pueda parecer en un principio. Al menos, no en las que yo he leído. Desde luego, a las víctimas no se les suele prestar excesiva atención en estos casos. Su punto de vista no interesa, ya que los autores no desean desvelar demasiada información al lector. Prefieren guardársela para el final, como es lógico. 
Sin embargo, Robert Crais logra enriquecer la novela aportando la experiencia del niño secuestrado en primera persona dando los datos justos y necesarios para que el lector se haga una idea de cuán peligrosos son sus secuestradores y las ganas por conocer qué va a pasar a continuación aumentan.

El ritmo continúa siendo ágil a lo largo de toda la novela. Robert Crais no se suele recrear en los detalles, sino que va directo al grano. Los capítulos de la novela se van sucediendo a medida que las horas transcurren desde que Ben fue secuestrado. 'El último detective' acabará en cuanto el niño sea devuelto a su madre. Horas, días como mucho.

En cuanto al estilo narrativo, no puedo comentar demasiado. Es el típico de un thriller americano, ni más, ni menos. 
Pero, si hay algo que no me acaba de convencer, son los personajes. Algunos secundarios están demasiado estereotipados. La clara diferencia entre polis malos y polis buenos es demasiado típica y poco sutil. Las peleas que surgen entre ellos resultan patéticas, incluso infantiles. No se centran en buscar al pobre niño secuestrado, sino que, en ocasiones, no pueden evitar que la testosterona invada sus venas y deseen repartirse unos cuantos puñetazos para demostrar quién es más hombre, quién tiene la razón. 
No digo que esto no sea, en cierto modo, verosímil, pero a todas luces resta seriedad a la obra y los personajes caen de lleno en el pozo de lo facilón, de lo trillado.

Tanto el protagonista, Elvis Cole, como su compañero, Joe Pike, han tenido infancias difíciles que se muestran al lector bien a modo de flashbacks (escritos, de nuevo, en letra cursiva), o bien a modo de conversaciones. Estos parones en la trama se agradecen, ya que permiten al lector descansar de la acción principal y conocer mejor a los protagonistas. Así, se entiende mejor por qué Elvis Cole hace lo que hace y, sobre todo, por qué lo hace. Son tipos duros, curtidos en las calles y en la guerra de Vietnam, que han superado etapas duras y que ahora son capaces de enfrentarse a lo que sea, porque el infierno ya lo han vivido.

Ningún personaje me parece correcto más allá de Elvis Cole y Joe Pike. Si acaso, quizás, el niño secuestrado. No profundiza en ninguno de ellos, es como si les diera escaso valor frente a los protagonistas, y esto es un error que no puedo perdonar fácilmente a un novelista. Me cae mejor Joe Pike que Elvis Cole. El primero me parece más creíble. Es más serio y reservado, un personaje duro, solitario. No es excéntrico, ni egoísta, cualidades reservadas para Elvis Cole, aunque no en grandes dosis. El detective se me antoja un personaje muy creído de sí mismo, prepotente y con demasiado amor propio que tiende a desmoronarse tras escarbar un poco.

Cuando por fin encuentran una pista sobre la desaparición de Ben, la lectura se hace un poco cuesta arriba ya que Robert Crais explica con todo lujo de detalles la vital importancia de una pista que nadie había detectado hasta entonces. Una pista minúscula, que si no llega a ser por Elvis Cole, claro está, nunca habrían encontrado. Al principio, no le creen, no tiene apoyos, no le toman en serio y esto perjudica enormemente al niño secuestrado. De nuevo los egos se interponen en el camino de la liberación del muchacho

Debo admitir que si Robert Crais se lo hubiese puesto fácil a Elvis Cole también me hubiera quejado, pero se me ha hecho pesado que le dedique tantas páginas a una pista que sólo sirve, en el fondo, para descubrir de otros hilos de los que tirar. La acción, que a transcurrido a un ritmo bueno a lo largo de 'El último detective' da un parón tan brusco que es imposible no notarlo. 

Sin embargo, es de agradecer que cuente tan bien los entresijos de la ciencia forense, el tratamiento que se les otorga a las pruebas, los procesos que deben seguir, etcétera. Está explicado para que lo entienda cualquier persona, tenga o no tenga idea de productos químicos, del protocolo que se lleva a cabo en estos casos, de las cosas que se pueden averiguar...

Llegando al final, 'El último detective' se pone interesante. Da un giro bastante inesperado. Me ha gustado la conclusión. Al menos, es coherente y los cabos quedan lo suficientemente atados como para dejarme conforme. 

Conclusión

Esta no es una novela que vaya a perdurar por demasiado tiempo en mi memoria, me temo. Entretiene, mantiene la intriga y se lee muy rápidamente, pero no engancha ni puede considerarse una obra genial. No va más allá de lo correcto, de lo estándar. 

No puedo afirmar que me haya sentido defraudada, tampoco. Suponía que 'El último detective' iba a ser así, de un modo u otro. Lo que no puedo pasar por alto es que Robert Crais ha creado personajes estereotipados, en los que apenas se ha detenido, a los que apenas ha dado importancia y que sin embargo tienen también su peso, lo quiera o no. Este es un fallo grave, el más grave de toda la obra.

El ritmo, ágil durante casi toda la novela y el final, han sido los dos elementos que han hecho que la lectura de 'El último detective' me haya merecido la pena. Dudo mucho que lea más capítulos de la serie del detective Elvis Cole. Tengo la sensación de que si leyera más aventuras de este protagonista, me saturaría su carácter egocéntrico. Además, no puedo dejar de pensar que otra novela de Robert Crais sería más de lo mismo. Con uno, me doy por satisfecha. 
Las hay mejores dentro y fuera del género de novela negra, pero no me ha importado darle una oportunidad.

Valoración: 7/10
¿Recomendada?: .
Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...