La Trama, 2.006 (primera edición 2.003)
Premios: ninguno.
Precio: 9,60 € edición de bolsillo
Adquisición: a través de BookMooch
"Había olvidado la sensación de miedo sentida en aquel momento en que mi cuerpo y mi destino estaban en manos de una potencia desconocida; la sensación de estar totalmente desamparado y solo. Hasta aquella noche".
El autor
Robert Crais nació en Louisiana en 1.953. Me pregunto cómo pasó de limpiar casas de perros a convertirse en escritor, pero eso fue lo que sucedió al parecer. Ahora es famoso por ser escritor de obras de misterio y suspense, y además creador de la saga de novela negra protagonizada por el dúo de detectives Elvis Cole y Joe Pike.
Su primer libro, perteneciente a esta colección, obtuvo el premio 'Anthony and Macavity'. La pareja de detectives llevan quince libros trabajando codo con codo para resolver los crímenes más peligrosos.
Su primer libro, perteneciente a esta colección, obtuvo el premio 'Anthony and Macavity'. La pareja de detectives llevan quince libros trabajando codo con codo para resolver los crímenes más peligrosos.
Robert Crais también es guionista de series de televisión y ha participado en capítulos de 'Corrupción en Miami' o 'Canción triste de Hill Street'.
Sinópsis
Sinópsis
El detective Elvis Cole se enfrenta a uno de los momentos más delicados de su vida: acaba de recibir la llamada de un hombre que asegura tener secuestrado a Ben, el hijo de Lucy, su novia. El niño estaba al cuidado de Elvis Cole mientras su madre trabajaba, salió al jardín a jugar y pocos minutos después desapareció sin dejar rastro. Según las palabras del hombre que retiene a Ben, el secuestro está relacionado con un oscuro suceso del pasado: el detective fue el único superviviente de un batallón americano que fue aniquilado en Vietnam, y aunque en su momento fue premiado por su heroicidad, alguien piensa que hubo juego sucio y que debe pagar por ello.
Mi crítica
Hacía bastante tiempo desde mi última lectura de novela negra y me apetecía volver a probar con algo del género. Aunque 'El último detective' forme parte de una serie de libros y este título no pertenezca al primero de la colección, no me importó. Se puede leer de manera independiente sin perderse. Suponía que iba a ser un thriller trepidante con mucha acción y poca chicha, pero en el fondo no sabía a ciencia cierta a lo que me iba a enfrentar.
La novela de Robert Crais es muy fácil y muy cómoda de leer. No es necesario prestar excesiva atención a cada detalle con el fin de no perderse en la trama. Al contrario, lo que resulta difícil es perderse. Se lee rápido, increíblemente rápido.
Las primeras páginas no enganchan demasiado, pero sí que logran mantener cierta intriga.
'El último detective' está narrada en primera persona por el protagonista de la serie: Elvis Cole, el cual se denomina a sí mismo "el mejor detective del mundo" (modesto el tipo, ¿no?). Cuando otro personaje se convierte en narrador, el texto aparece en cursiva para diferenciarlo de las partes en las que habla Elvis Cole. Son capítulos breves, por suerte, ya que leer letra cursiva durante varias páginas cansa mucho al ojo lector.
Esta doble perspectiva no es tan común en las novelas negras como pueda parecer en un principio. Al menos, no en las que yo he leído. Desde luego, a las víctimas no se les suele prestar excesiva atención en estos casos. Su punto de vista no interesa, ya que los autores no desean desvelar demasiada información al lector. Prefieren guardársela para el final, como es lógico.
Sin embargo, Robert Crais logra enriquecer la novela aportando la experiencia del niño secuestrado en primera persona dando los datos justos y necesarios para que el lector se haga una idea de cuán peligrosos son sus secuestradores y las ganas por conocer qué va a pasar a continuación aumentan.
El ritmo continúa siendo ágil a lo largo de toda la novela. Robert Crais no se suele recrear en los detalles, sino que va directo al grano. Los capítulos de la novela se van sucediendo a medida que las horas transcurren desde que Ben fue secuestrado. 'El último detective' acabará en cuanto el niño sea devuelto a su madre. Horas, días como mucho.
En cuanto al estilo narrativo, no puedo comentar demasiado. Es el típico de un thriller americano, ni más, ni menos.
Pero, si hay algo que no me acaba de convencer, son los personajes. Algunos secundarios están demasiado estereotipados. La clara diferencia entre polis malos y polis buenos es demasiado típica y poco sutil. Las peleas que surgen entre ellos resultan patéticas, incluso infantiles. No se centran en buscar al pobre niño secuestrado, sino que, en ocasiones, no pueden evitar que la testosterona invada sus venas y deseen repartirse unos cuantos puñetazos para demostrar quién es más hombre, quién tiene la razón.
No digo que esto no sea, en cierto modo, verosímil, pero a todas luces resta seriedad a la obra y los personajes caen de lleno en el pozo de lo facilón, de lo trillado.
Ningún personaje me parece correcto más allá de Elvis Cole y Joe Pike. Si acaso, quizás, el niño secuestrado. No profundiza en ninguno de ellos, es como si les diera escaso valor frente a los protagonistas, y esto es un error que no puedo perdonar fácilmente a un novelista. Me cae mejor Joe Pike que Elvis Cole. El primero me parece más creíble. Es más serio y reservado, un personaje duro, solitario. No es excéntrico, ni egoísta, cualidades reservadas para Elvis Cole, aunque no en grandes dosis. El detective se me antoja un personaje muy creído de sí mismo, prepotente y con demasiado amor propio que tiende a desmoronarse tras escarbar un poco.
Cuando por fin encuentran una pista sobre la desaparición de Ben, la lectura se hace un poco cuesta arriba ya que Robert Crais explica con todo lujo de detalles la vital importancia de una pista que nadie había detectado hasta entonces. Una pista minúscula, que si no llega a ser por Elvis Cole, claro está, nunca habrían encontrado. Al principio, no le creen, no tiene apoyos, no le toman en serio y esto perjudica enormemente al niño secuestrado. De nuevo los egos se interponen en el camino de la liberación del muchacho.
Debo admitir que si Robert Crais se lo hubiese puesto fácil a Elvis Cole también me hubiera quejado, pero se me ha hecho pesado que le dedique tantas páginas a una pista que sólo sirve, en el fondo, para descubrir de otros hilos de los que tirar. La acción, que a transcurrido a un ritmo bueno a lo largo de 'El último detective' da un parón tan brusco que es imposible no notarlo.
Llegando al final, 'El último detective' se pone interesante. Da un giro bastante inesperado. Me ha gustado la conclusión. Al menos, es coherente y los cabos quedan lo suficientemente atados como para dejarme conforme.
Conclusión
Esta no es una novela que vaya a perdurar por demasiado tiempo en mi memoria, me temo. Entretiene, mantiene la intriga y se lee muy rápidamente, pero no engancha ni puede considerarse una obra genial. No va más allá de lo correcto, de lo estándar.
No puedo afirmar que me haya sentido defraudada, tampoco. Suponía que 'El último detective' iba a ser así, de un modo u otro. Lo que no puedo pasar por alto es que Robert Crais ha creado personajes estereotipados, en los que apenas se ha detenido, a los que apenas ha dado importancia y que sin embargo tienen también su peso, lo quiera o no. Este es un fallo grave, el más grave de toda la obra.
El ritmo, ágil durante casi toda la novela y el final, han sido los dos elementos que han hecho que la lectura de 'El último detective' me haya merecido la pena. Dudo mucho que lea más capítulos de la serie del detective Elvis Cole. Tengo la sensación de que si leyera más aventuras de este protagonista, me saturaría su carácter egocéntrico. Además, no puedo dejar de pensar que otra novela de Robert Crais sería más de lo mismo. Con uno, me doy por satisfecha.
Las hay mejores dentro y fuera del género de novela negra, pero no me ha importado darle una oportunidad.
Mi crítica
La novela de Robert Crais es muy fácil y muy cómoda de leer. No es necesario prestar excesiva atención a cada detalle con el fin de no perderse en la trama. Al contrario, lo que resulta difícil es perderse. Se lee rápido, increíblemente rápido.
Las primeras páginas no enganchan demasiado, pero sí que logran mantener cierta intriga.
'El último detective' está narrada en primera persona por el protagonista de la serie: Elvis Cole, el cual se denomina a sí mismo "el mejor detective del mundo" (modesto el tipo, ¿no?). Cuando otro personaje se convierte en narrador, el texto aparece en cursiva para diferenciarlo de las partes en las que habla Elvis Cole. Son capítulos breves, por suerte, ya que leer letra cursiva durante varias páginas cansa mucho al ojo lector.
Una vez se ha producido el secuestro (y no estoy desvelando nada de la trama, este hecho aparece en la sinópsis como detonante de la acción), la narración se escinde en dos: tenemos, por un lado, el punto de vista del detective Elvis Cole y de los familiares del niño, la angustia vivida por su madre y las ganas de los especialistas de la brigada del FBI por encontrar al crío sano y salvo y acabar con todo esto.
Por otro lado, tenemos el punto de vista de Ben, el secuestrado. Sus ganas de escapar, su miedo a ser asesinado, su valentía. Esta doble perspectiva no es tan común en las novelas negras como pueda parecer en un principio. Al menos, no en las que yo he leído. Desde luego, a las víctimas no se les suele prestar excesiva atención en estos casos. Su punto de vista no interesa, ya que los autores no desean desvelar demasiada información al lector. Prefieren guardársela para el final, como es lógico.
Sin embargo, Robert Crais logra enriquecer la novela aportando la experiencia del niño secuestrado en primera persona dando los datos justos y necesarios para que el lector se haga una idea de cuán peligrosos son sus secuestradores y las ganas por conocer qué va a pasar a continuación aumentan.
El ritmo continúa siendo ágil a lo largo de toda la novela. Robert Crais no se suele recrear en los detalles, sino que va directo al grano. Los capítulos de la novela se van sucediendo a medida que las horas transcurren desde que Ben fue secuestrado. 'El último detective' acabará en cuanto el niño sea devuelto a su madre. Horas, días como mucho.
En cuanto al estilo narrativo, no puedo comentar demasiado. Es el típico de un thriller americano, ni más, ni menos.
Pero, si hay algo que no me acaba de convencer, son los personajes. Algunos secundarios están demasiado estereotipados. La clara diferencia entre polis malos y polis buenos es demasiado típica y poco sutil. Las peleas que surgen entre ellos resultan patéticas, incluso infantiles. No se centran en buscar al pobre niño secuestrado, sino que, en ocasiones, no pueden evitar que la testosterona invada sus venas y deseen repartirse unos cuantos puñetazos para demostrar quién es más hombre, quién tiene la razón.
No digo que esto no sea, en cierto modo, verosímil, pero a todas luces resta seriedad a la obra y los personajes caen de lleno en el pozo de lo facilón, de lo trillado.
Tanto el protagonista, Elvis Cole, como su compañero, Joe Pike, han tenido infancias difíciles que se muestran al lector bien a modo de flashbacks (escritos, de nuevo, en letra cursiva), o bien a modo de conversaciones. Estos parones en la trama se agradecen, ya que permiten al lector descansar de la acción principal y conocer mejor a los protagonistas. Así, se entiende mejor por qué Elvis Cole hace lo que hace y, sobre todo, por qué lo hace. Son tipos duros, curtidos en las calles y en la guerra de Vietnam, que han superado etapas duras y que ahora son capaces de enfrentarse a lo que sea, porque el infierno ya lo han vivido.
Ningún personaje me parece correcto más allá de Elvis Cole y Joe Pike. Si acaso, quizás, el niño secuestrado. No profundiza en ninguno de ellos, es como si les diera escaso valor frente a los protagonistas, y esto es un error que no puedo perdonar fácilmente a un novelista. Me cae mejor Joe Pike que Elvis Cole. El primero me parece más creíble. Es más serio y reservado, un personaje duro, solitario. No es excéntrico, ni egoísta, cualidades reservadas para Elvis Cole, aunque no en grandes dosis. El detective se me antoja un personaje muy creído de sí mismo, prepotente y con demasiado amor propio que tiende a desmoronarse tras escarbar un poco.
Cuando por fin encuentran una pista sobre la desaparición de Ben, la lectura se hace un poco cuesta arriba ya que Robert Crais explica con todo lujo de detalles la vital importancia de una pista que nadie había detectado hasta entonces. Una pista minúscula, que si no llega a ser por Elvis Cole, claro está, nunca habrían encontrado. Al principio, no le creen, no tiene apoyos, no le toman en serio y esto perjudica enormemente al niño secuestrado. De nuevo los egos se interponen en el camino de la liberación del muchacho.
Debo admitir que si Robert Crais se lo hubiese puesto fácil a Elvis Cole también me hubiera quejado, pero se me ha hecho pesado que le dedique tantas páginas a una pista que sólo sirve, en el fondo, para descubrir de otros hilos de los que tirar. La acción, que a transcurrido a un ritmo bueno a lo largo de 'El último detective' da un parón tan brusco que es imposible no notarlo.
Sin embargo, es de agradecer que cuente tan bien los entresijos de la ciencia forense, el tratamiento que se les otorga a las pruebas, los procesos que deben seguir, etcétera. Está explicado para que lo entienda cualquier persona, tenga o no tenga idea de productos químicos, del protocolo que se lleva a cabo en estos casos, de las cosas que se pueden averiguar...
Llegando al final, 'El último detective' se pone interesante. Da un giro bastante inesperado. Me ha gustado la conclusión. Al menos, es coherente y los cabos quedan lo suficientemente atados como para dejarme conforme.
Conclusión
Esta no es una novela que vaya a perdurar por demasiado tiempo en mi memoria, me temo. Entretiene, mantiene la intriga y se lee muy rápidamente, pero no engancha ni puede considerarse una obra genial. No va más allá de lo correcto, de lo estándar.
No puedo afirmar que me haya sentido defraudada, tampoco. Suponía que 'El último detective' iba a ser así, de un modo u otro. Lo que no puedo pasar por alto es que Robert Crais ha creado personajes estereotipados, en los que apenas se ha detenido, a los que apenas ha dado importancia y que sin embargo tienen también su peso, lo quiera o no. Este es un fallo grave, el más grave de toda la obra.
El ritmo, ágil durante casi toda la novela y el final, han sido los dos elementos que han hecho que la lectura de 'El último detective' me haya merecido la pena. Dudo mucho que lea más capítulos de la serie del detective Elvis Cole. Tengo la sensación de que si leyera más aventuras de este protagonista, me saturaría su carácter egocéntrico. Además, no puedo dejar de pensar que otra novela de Robert Crais sería más de lo mismo. Con uno, me doy por satisfecha.
Las hay mejores dentro y fuera del género de novela negra, pero no me ha importado darle una oportunidad.
Valoración: 7/10
¿Recomendada?: Sí.
No la conocía pero me ha llamado bastante la atención, me gustan las novelas que combinan la narración desde dos perspectivas, de novela negra he leído algunas y he disfrutado bastante y a pesar de lo que has comentado de los personajes me apetece probar con la serie
ResponderEliminarbesos
Ya sabes que soy aficionada a este género y, sin embargo, no he leído ningún libro de este autor.
ResponderEliminarPor lo que parece, es una lectura entretenidilla, para pasar el tiempo, sin más.
Un beso
No lo conocía, pero tiene muy buena pinta =)
ResponderEliminarBesotess
Conozco al autor de nombre, pero no he leído nada suyo aún.
ResponderEliminarGracias por darme por dónde empezar
Besos
Muy buena reseña, pinta bien el libro, a ver qué tal.
ResponderEliminarBesos.
Pues como yo tampoco he leído nada de este autor puedo probar con este, quizá. Lo que cuentas pinta bien, la verdad.
ResponderEliminarBesos,