Suma de Letras, 2.014
Premios: ninguno.
Precio: 19 €
Adquisición: librería de segunda mano.
La autora
Anna Romer es una autora australiana que creció en el seno de una familia de amantes de los libros y de contar historias. Diseñadora gráfica de profesión, también ha pasado muchos años viajando por el mundo y acumulando vivencias para sus historias en el interior de Australia y posteriormente en Asia, Nueva Zelanda, Europa y Estados Unidos. Su primera novela, 'Una casa en Thornwood', refleja su fascinación por los diarios y las cartas del pasado, las intrigas familiares, las mansiones de época y el amor en sus múltiples facetas, así como su pasión por la belleza incomparable del paisaje australiano. Cuando no escribe, se entrega a fondo a la jardinería, las labores de punto, el senderismo y la ecología. Vive en una remota finca rural en el norte de Nueva Gales del Sur.
Sinopsis
Audrey hereda de su ex pareja, que ha muerto de forma súbita e inesperada, una finca abandonada en Queensland. Decide no venderla y aprovechar la oportunidad para escapar de la ciudad y de una vida sin mucho aliciente. En una habitación descubre la fotografía de un guapo médico de la Segunda Guerra Mundial, Samuel Riordan, el antiguo dueño de la casa. Pronto se obsesiona con él y empieza a indagar sobre su vida hasta descubrir que fue acusado de asesinar a su novia a la vuelta de la guerra en 1.946.
Mi crítica
Tenía en mente leer este libro desde hace mucho tiempo. Lo reservé para una época en que pudiera ponerme con él sin prisas, sin que la rutina del día a día me impidiera leerlo cuando quisiera. Me sentí atraída por 'Una casa en Thornwood' tanto por la sinopsis como por la portada. Además, había leído numerosas reseñas positivas. Mi experiencia con la novela podría haber sido mejor. No creo que haya merecido la pena reservar este libro para una ocasión especial y sinceramente me ha decepcionado un poco.
Para empezar, el ritmo en líneas generales es lento, y se da vueltas a las mismas ideas y hechos en ocasiones de manera demasiado reiterativa. La autora se recrea en descripciones minuciosas del paisaje australiano. Anna Romer sabe que se le dan bien, es sin duda uno de sus puntos fuertes. Las ambientaciones son hermosas y detalladas, pero terminan resultando un tanto tediosas debido a que interrumpen constantemente el discurrir de la acción.
La protagonista tampoco me ha convencido. Audrey llega a descuidarse a ella misma y a su hija de once años por resolver el misterio que se promete ya desde las primeras páginas. La manera en que se obsesiona resulta a mi juicio enfermizo y extremo. Para nada verosímil, por no hablar de aquellos pasajes en los que lo paranormal se adueña por completo del raciocinio de Audrey de un modo que no me ha convencido. En determinado punto, la hija de la protagonista llega a afirmar que ella misma es más madura que su madre, y no puedo estar más de acuerdo porque es algo que llevaba pensando desde hacía unas cuantas decenas de páginas.
Anna Romer se ha dejado llevar demasiado por su propio personaje, bajo mi punto de vista. Así como Audrey tiene ciertas carencias absurdas en una persona supuestamente adulta, su hija de once años es todo lo contrario: demasiado sabelotodo, avispada y perspicaz como para resultar verosímil. En cuanto al resto de personajes, apenas ninguno me ha terminado de gustar. Algunos son planos y/o estereotipados; otros, presentan contradicciones en su manera de actuar y su manera de ser. La trama amorosa, que aparece con una importancia secundaria en la obra, tampoco me ha convencido. En absoluto, y principalmente debido al carácter de la protagonista y lo absurdo de algunos momentos que vive junto al otro personaje que juega el papel de su interés amoroso.
El desarrollo de la trama, además de lento, en su conjunto y valorándolo de manera retrospectiva, una vez se conocen todas las artimañas del misterio desvelado, no me ha terminado de convencer debido a que ciertas piezas encajan de modo forzado. No obstante, mientras iba leyendo no tenía esa sensación, que más bien me ha abordado a posteriori. Cuando uno lee y va desentrañando el misterio poco a poco es distinto. Ha sido cuando me he puesto a meditar sobre 'Una casa en Thornwood' para redactar la reseña el momento en que he comenzado a detectar esos peros.
Mentiría si dijera que 'Una casa en Thornwood' me ha atrapado. De hecho, el último tercio de la novela se me ha hecho algo cuesta arriba, y esto es algo que no debería suceder teniendo en cuenta que es cuando se desvelan todas las incógnitas presentadas a lo largo de las páginas anteriores. El final no me ha gustado para nada: es lento en su desarrollo, casi como si sucediera todo a cámara lenta a pesar de que la acción en teoría es frenética. Además, es demasiado peliculero para mi gusto en el sentido más peyorativo de la palabra.
Conclusión
Considero que Anna Romer podría haber condensado un poco más los misterios e incógnitas que aparecen y se resuelven en la novela. Tendría que haber creado unos personajes mucho más consistentes y convincentes, sobre todo hablo por Audrey y su hija. No termino de estar cómoda recomendando 'Una casa en Thornwood', sobre todo teniendo en cuenta que la compatriota de Anna Romer, Kate Morton, es una maestra en este género y le da, en mi opinión, cien mil vueltas. Dudo que vuelva a leer algo de Anna Romer en un futuro, aunque tampoco me cierro en banda a ello. Desde luego, por ahora, no.
Valoración: 6,5/10
¿Recomendada?: No.
Leí de la autora Cartas desde Tasmania y tampoco me entusiasmó. Entretenido. Un beso ;)
ResponderEliminarNo me llamaba mucho, la verdad.
ResponderEliminarBesos.
Pues la descarto. Leí Cartas desde Tasmania y aunque era flojita, sí me convenció.
ResponderEliminarBesos
¡Hola! La verdad es que yo también leí comentarios positivos y valoraba leerla. Una pena que no te haya convencido. Saludos<3
ResponderEliminarPues aunque no la recomiendes, no me importaría leerla =)
ResponderEliminarBesotes