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viernes, 26 de febrero de 2016

El abuelo, Benito Pérez Galdós







Alianza Editorial, 2.008 (primera edición 1.897)
Premios: ninguno.
Precio: 9 €
Adquisición: librería de segunda mano.








El autor

Ya presenté al autor, Benito Pérez Galdós, en mi reseña de 'Marianela'.

Sinopsis

Tras haber agotado en Perú su vida en una fracasada aventura americana y casi ciego, el conde de Abrit regresa a su rincón natural en España al recibir la noticia de la muerte de su único hijo. En su solar familiar, el viejo aristócrata recibirá una nueva sorpresa del destino: una de sus dos nietas es ilegítima, fruto de la infidelidad de Lucrecia con un pintor. Decidido a descubrir cuál es su nieta de sangre.

Mi crítica

Tras la grata sorpresa que me llevé con 'Marianela', decidí probar suerte con 'El abuelo', una obra más que conocida de Benito Pérez Galdós, llevada con bastante éxito a la gran pantalla con Fernando Fernán Gómez en el magistral papel del abuelo. He de confesar que la película de Garci me llegó más que el libro. Antes de volverme una fanática de las novelas pensaba que esto no podía suceder. De hecho, es un tópico escuchar "los libros nunca pueden llegar al mismo nivel que las películas". Esto es cierto en la inmensa mayoría de los casos pero en otros, no se cumple. 

Esta valoración es muy personal: cada uno juzga movido por distintos parámetros, su criterio, los motivos por los que prefiere o le gusta una en detrimento de otra. Voy a tratar de explicar los míos a continuación. Para empezar, el personaje del abuelo domina toda la novela. Una novela que, por lo visto, el propio autor se negó a escribir de manera tradicional. Prefirió optar por realizar una combinación de algunas características de la novela (como las amplias descripciones), y del teatro (incorporando el nombre en mayúsculas seguido de dos puntos y el texto del personaje que corresponda). 

Esto, a medio caballo entre ambos géneros, no me gusta. Me parece que esta especie experimento amortigua la fuerza de la obra. Al igual que muchas del señor Galdós, 'El abuelo' es como una cebolla: tiene múltiples capas, múltiples lecturas. Si nos quedamos en la primera disfrutamos, pero si continuamos explorando, reflexionando sobre sus palabras y el sentido que tienen, disfrutamos aún más. Este hombre era todo un genio de las letras. Pocos novelistas de hoy en día pueden dar lecciones y escribir tan bien al mismo tiempo.

En concreto, esta obra se desarrolla por espacio de cinco jornadas cuya línea divisoria se establece por capítulos. Cada uno de ellos está introducido por una descripción bien de personajes, bien de lugares; unas más largas, otras más breves. La calidad de ellas, en mi opinión, también varía bastante.

La manera de exponer los diálogos, que por lo visto también emplea en otras obras, bajo mi punto de vista le otorga excesiva importancia a este elemento, restándosela a las figuras retóricas y demás adornos estilísticos propios de las novelas. Particularmente, esto no termina de agradarme. De este modo las descripciones (sin duda, uno de los puntos fuertes del autor), quedan relegadas a un segundo plano casi anecdótico. Hasta donde yo sé, existe una variedad de opiniones: algunos piensan que 'El abuelo' es una novela y los que piensan que es una obra de teatro. 

Como ya mencioné anteriormente, la novela está dominada por la figura del cónde de Albrit. Un hombre viejo, venido a menos, un noble al que las desgracias han reducido a su mínima expresión. El león, como le llamaban en su día debido a su temperamento es ahora objeto de burla de empleados domésticos y demás gente del pueblo al que retorna. Lo único le que queda de aquellos días es la melena, ahora cana, pero igual de espesa y alborotada que antaño. El conde de Albrit sólo desea vivir en paz sus últimos días. Sabe que los demonios del pasado no dejarán de atormentarle, pero se conforma con que el destino le dé la oportunidad de poder acallar sus dudas y resolver una incógnita que le corroe las entrañas.

Su ceguera no es sólo real, sino simbólica. Es incapaz de distinguir entre formas y colores, a lo sumo distingue sombras; y tampoco es capaz de discernir entre la verdad y la mentira, lo falso y lo verdadero, lo autóctono y lo foráneo, lo que debe ser bienvenido y lo que no. Lo que intenta dilucidar el abuelo es cuál de sus dos nietas es sangre de su sangre, pues sabe que una de ellas es fruto de la relación extramatrimonial que mantuvo su nuera con su amante. Ella, que le odia, jamás le despejará sus dudas, y durante toda la novela el conde de Albrit intentará, mediante razonamientos, interrogatorios, pruebas que les pone a las muchachas, llegar a una conclusión que le satisfaga.

A pesar de que el abuelo esté en sus últimos días y atormentado, siempre parece haber un rayo de esperanza en la escritura de Galdós. El personaje evoluciona hasta convertirse en la mejor persona que podía ser. El final ni es forzado ni supone un cambio brusco a juzgar por el devenir anterior de la trama, y por ello me parece válido, y además me encanta. No debemos olvidar que con esta obra Benito Pérez Galdós quería también criticar las costumbres sociales de la época (algo también muy frecuente en sus novelas), en las que el honor estaba por encima de la felicidad de cada uno.

Conclusión

Recomiendo esta novela a todo aquél que esté dispuesto a leer un clásico. Los clásicos nunca vienen mal y no sueles equivocarte con ellos. Aunque me haya decepcionado un poco habiéndola comparado con la película, es una obra que no tiene desperdicio no sólo por sus múltiples lecturas y por la calidad narrativa que demuestra, sino porque es una historia bonita y amena. A pesar de todo, sigo pensando que 'Marianela' la supera. Por supuesto, la película también la recomiendo. No sólo por la espléndida fotografía, sino porque los actores están tremendos en sus personajes (destacando Fernando Fernán Gómez en el papel del conde de Albrit y Cayetana Guillém Cuervo en el papel de Lucrecia, su malvada nuera).

Valoración: 8,5/10
¿Recomendada?: .

domingo, 2 de marzo de 2014

Matar a un ruiseñor, Harper Lee








Zeta, 2.009 (primera edición 1.960)
Adaptación cinematográfica de Robert Mulligan en 1.961
Premios: Premio Pullitzer 1.961.
Precio: 9,50 € (en edición de bolsillo)
Adquisición: propia






"(...) - Tu padre tiene razón-, me dijo ella-. Los ruiseñores no hacen otra cosa que crear música para que la disfrutemos. No se comen los jardines de la gente, no hacen nidos en los graneros, no hacen otra cosa que cantar su corazón para nosotros. Es por eso que es un pecado matar a un ruiseñor".

La autora

Nelle Harper Lee nació en Alabama en 1.926. Es autora de una única novela, 'Matar un ruiseñor', ganadora del Premio Pulitzer en 1.961. Harper Lee no concede entrevistas y vive retirada. También ha escrito unos pocos ensayos, pero es su obra más famosa la que le catapultó a la fama. 'Matar a un ruiseñor' es un alegato por la igualdad, la justicia y contra el racismo. La obra se ubica en el marco de un Sur muy racista, donde los prejuicios por el color de la piel suponen una condena. 
Se dice que la novela tiene rasgos autobiográficos: el personaje de Scout estaría inspirado en la propia Harper Lee y el de Atticus Finch en su padre. El tercer niño, un visitante, está inspirado en las historias que Truman Capote le contaba a Lee sobre sí mismo en su infancia.

Sinopsis

Scout, apodo de Jean Louise Finch, evoca una época de su infancia en un pequeño pueblo de Alabama, cuando su padre, Atticus, decidió defender ante los tribunales a un hombre negro acusado de violar a una mujer blanca. Una comunidad dominada por los prejuicios raciales, desconfiada hacia lo diferente, pondrán a prueba la integridad y los principios del abogado. 

Mi crítica

Leí 'Matar a un ruiseñor' hace muchos años. Entonces ya exclamé: '¡Por fin!', pues se trata de una obra que se acerca muchísimo a mi concepto de perfección. He estado pensando bastante en la novela tras haberla terminado. Al final he llegado a la conclusión de que pocos libros me han atrapado tanto como lo ha hecho este, así que por mi parte merece sobradamente el calificativo de buena novela, si bien el comienzo no me parece que haga justicia al resto.

'Matar a un ruiseñor' es todo un clásico. Aunque no se haya leído la novela o visto la película, a casi todo el mundo le suena el título. Me lo compré precisamente por esa razón, porque me apetecía leer algo considerado bueno por crítica y público, y porque normalmente el apelativo de clásico no se otorga a cualquier obra así como así. 

Creo que el estilo narrativo no es el mejor atributo de la novela, pero no es algo que perjudique a la obra, como he leído en otras críticas. Simplemente, es sencillo. No olvidemos que la historia está relatada por una niña, y los niños no se caracterizan por utilizar vocablos rebuscados precisamente. Ésta sí es una novela en la que resulta verosímil que tome las riendas de la narración una persona de corta edad, algo que no se puede decir de otras muchas.

La novela trata sobre la vida de Scout, una niña de corta edad que sorprende por su inteligencia. Contextualizada en una comunidad rural situada en el sur de Estados Unidos a mediados de siglo XX, la obra cuenta con esta particular niña como narradora. Scout y su particular modo de ver la vida acaban conquistando al lector. Según se va avanzando en la trama, el protagonismo va centrándose en el caso que tiene en vilo a todo el pueblo: el padre de Scout es abogado y decide defender, pese a las circunstancias y a la oposición de muchos, a un hombre negro acusado de violar a una muchacha blanca. 

Al principio me sentía desorientada, y me explico: al leer la sinopsis de la edición de la fotografía solo sabía que iba a toparme con el caso que mantiene ocupado al padre de la protagonista. En ningún momento se menciona que todo se vería bajo el punto de vista de una niña de corta edad, ni que primero Harper Lee vaya a poner en antecedentes al lector de todo lo que se cuece alrededor de Scout, ni que las travesuras, los juegos y las vivencias de la chiquilla iban a ocupar gran parte de la extensión de la obra.

Creo que por esta razón el comienzo no me gustó demasiado: sentí que me habían engañado en la contraportada (una vez más), vendiéndome un argumento que no encontraba por ningún lado. Sin embargo, comenzaron a gustarme e interesarme cada vez más las aventuras de Scout hasta que, justo cuando me sentía verdaderamente cómoda con la lectura, me topé cara a cara con el juicio, su posterior resolución y el final. Lejos de molestarme este giro en la narración, esto provocó que me quitara el sombrero y me rindiera ante Harper Lee y su ópera prima.

Lo que me chocó y gustó a la vez fue esa personalidad tan fuerte que muestra Scout. Leí en alguna parte que la autora se inspiró en ella misma para construir este personaje, y seguro que es cierto porque la figura desprende una profundidad y una originalidad en su modo de ver las cosas y en sus quehaceres poco comunes en un personaje de ficción. Scout es avispada, madura y peleona... algo marimacho. Y entrañable.

Y por fin llegó la hora de hablar del juicio: la autora tarda bastante en desarrollar el clímax de la acción, pero mientras uno aguarda el momento, y luego durante el mismo, se disfruta muchísimo con la lectura. Las páginas pasan y pasan sin que uno se dé cuenta. Puedo decir que desde poco antes del asunto de los tribunales hasta el final, 'Matar a un ruiseñor' es una señora obra, muy bien explicada, argumentada y construida. 

El final es sorprendente y me ha gustado mucho (algo que no suelo decir muy a menudo). No pienso comentar nada más sobre él porque es mejor que uno lo lea, y se maraville con él.

Conclusión

Muchos escritores contemporáneos de best-seller dedicados a tratar temas de abogacía, juicios, crímenes y misterios sin resolver deberían aprender un poquito de Harper Lee. Así es como se hace. Sólo queda añadir que me alegro de que esta novela forme parte de mi biblioteca de indispensables y que mi instinto no me fallara esta vez. 

Me pregunto, al igual que tantos otros, supongo, por qué la autora sólo ha escrito esta obra y más. Quizá puso el listón tan alto con 'Matar a un ruiseñor' que no se atrevió a publicar nada más, ya que el éxito (merecidísimo, por otra parte), le llovió en seguida. Tal vez el destino tenía reservado una misión para ella, una única misión. Los amantes de la lectura lo lamentamos.

Por supuesto (y por si quedaba alguna duda), la recomiendo a todo el mundo. 

Valoración: 9,5/10
¿Recomendada?: .

martes, 2 de julio de 2013

Love story, Erich Segal







Vergara, 2.011 (primera edición 1.970)
Adaptación cinematográfica de Arthur Miller en 1.970.
Premios: ninguno
Precio: 12,50 €
Adquisición: a través de bookmooch








"Amar significa no tener que decir nunca lo siento"

El autor

Erich Segal, nació en Nueva York en 1.937 y murió en Londres en 2.010. Fue un escritor, guionista y profesor estadounidense. Es conocido principalmente por haber escrito la novela 'Love Story' junto con el guion de la película homónima basada en su novela. Tanto la obra literaria como la adaptación fueron grandes éxitos en todo el mundo.
Hijo de un rabino, estudió en Harvard, graduándose en diversos estudios relacionados con el latín. Dio clases de griego más adelante en diversas universidades prestigiosas.
Antes y después de 'Love story' escribió muchas obras de teatro y novelas, incluyendo una continuación a su creación más famosa, titulada 'Oliver's story' en 1.977.

Sinopsis

Oliver Barrett es un joven estudiante de Harvard entregado al deporte y a sus estudios. Jennifer Cavilleri, de 24 años, estudiante de música y arte, es de origen italiano y trabaja como bibliotecaria. Un día Oliver pide un libro en la biblioteca y le sorprende el descaro de la muchacha. Le invita a tomar café y se inicia una historia que no perderá su belleza estremecedora ni su poderoso impacto sentimental por mucho que se repita. 

Mi crítica

Con 'Love story' me enfrentaba de nuevo a una novela de la que se había hecho una adaptación cinematográfica. Mi experiencia demuestra que da mucho mejores resultados primero leer y después ver, pero en este caso no fue así, y lo lamenté bastante.
'Love story' narra la historia de amor que surge entre dos universitarios de Harvard. Él (Oliver) es hijo de un poderoso banquero, y ella (Jenny) tiene orígenes humildes. Ambos consiguen vencer las dificultades propias de sus diferentes clases sociales, pero algo más poderoso que el amor que sienten el uno por el otro pondrá a prueba sus sentimientos.
'Love story' es un clásico. Lo digo con algo de reticencia porque mi sensación es que es una buena historia, pero no la mejor ni mucho menos, tanto dentro del género romántico como fuera de él. De cualquier modo, frases míticas como "amar significa no tener que decir nunca lo siento" permanecen en la memoria de numerosos adeptos a 'Love story'.
Quizá tendría que haber leído esta novela en la adolescencia. Creo que es una obra genial para leer cuando se comienza a sentir la llegada del primer amor. Tal vez mi problema es que tengo demasiado espíritu crítico; de cualquier manera, en lugar de disfrutar de la lectura lo único que he visto han sido fallos.
Para empezar, la traducción de la edición que tuve entre mis manos (de 1.985) es penosa. No sólo porque hay muchos modismos que ya estén obsoletos, sino porque es un castellano del que se habla en Sudamérica, quizá México, y algunas frases, refranes y diálogos no los imaginaba en boca de unos pijitos de Harvard. Hablando de los diálogos (no sé si será achacable en parte a la traducción) me parecieron muy simplones. Me dio la sensación de que la pareja de enamorados tenía quince años en lugar de veintitantos. Unos estudiantes de Harvard no pueden hablar así, como si estuvieran metidos de lleno en la edad del pavo.

La obra de Erich Segal se titula 'Love Story', pero el amor no es lo único que llena las páginas de este libro. Oliver es el personaje que más protagonismo tiene, sin duda, y el autor logra sacar mucho jugo a la confrontación que mantiene con su padre, el multimillonario y sabelotodo hombre de negocios. Este conflicto es el eje central de numerosas páginas, dejando en muchísimas ocasiones la historia de amor que mantiene con Jenny en segundo o tercer plano. 

Puede que en los años setenta fuese un tema más novedoso, pero cuando lo leí me dio la sensación de que todo en 'Love story' era muy típico y visto: un pijo rebelde y un tanto egoísta que odia todo lo que tenga que ver con sus orígenes, y que reniega de lo que en realidad nunca dejará de ser. 

Sí, lo habéis adivinado: el personaje principal, Oliver, nunca me terminó de convencer y esto no hace sino un flaco favor a mi valoración del conjunto. Tenía incluso la sensación de que aun al final de la novela, Oliver seguía más preocupado por enfrentarse con su padre que por verse en cierta situación delicada (no quiero destripar el argumento a nadie, y los que hayan visto la película o leído la novela sabrán a qué me refiero). Para mi esto es imperdonable porque deja bien claro que Oliver no ha sufrido una evolución como personaje, sino que es tal cual se ha visto desde el primer momento: un ególatra que sólo mira por sí mismo incluso en las circunstancias más adversas y penosas.

No hace falta que diga que me gustó mucho más la película. Eric Segal colaboró en la elaboración del guión, y creo que en su desarrollo sabía que tenía la oportunidad de mejorar su propia novela, de pulir fallos, hacer más profundos a sus personajes (en mi opinión, lo necesitaban) e introducir elementos nuevos. Por tanto, el film mejora lo presente, y bastante.
A la hora de comparar película y libro, creo que es destacable que en la novela el ritmo es mucho más rápido, quizá demasiado. En la adaptación, como mencioné anteriormente, los personajes están más trabajados: la picardía de Jenny es mucho más palpable en la cinta, y es el mejor personaje con diferencia. Lo mejor de la historia son los momentos que se producen mientras se conocen y emanoran. En la película resultan mucho más creíbles que en el libro, en el que el autor se centra mucho más en Oliver y en los conflictos que mantiene con su familia.
Conclusión

Recomiendo antes la película que la novela, pero si algún lector se empeña, espero que primero lea y luego, vea la adaptación. A mi se me hizo larga y pesada en algunos tramos la obra de Erich Segal, a pesar de sus pocas páginas. 

¿Recomendada?: No.

miércoles, 3 de abril de 2013

La semilla del diablo, Ira Levin







DeBolsillo, 2.005 (primera edición 1.967)
Adaptación cinematográfica de Roman Polanski en 1.968
Premios: ninguno
Precio: descatalogado (de segunda mano a partir de 4€)






"El cuarto de los niños no era de momento más que un estudio, con paredes de un blanco deslucido y el mobiliario del anterior apartamento. El empapelado blanco y amarillo vendría más tarde, limpio y fragante. Rosemary ya tenía una muestra de él entre las páginas del libro Los Picassos de Picasso, junto con un recorte mostrando una camita de niño y un escritorio. Escribió a su hermano Brian para hacerle partícipe de su felicidad. A ningún otro miembro de la familia le habría causado eso alegría en aquellos momentos; todos se mostraban hostiles: padres, hermanos y hermanas, que no le perdonaban: A) que se hubiera casado con un protestante, B) que se hubiera casado sólo por lo civil, y C) que tuviera una suegra dos veces divorciada y ahora casada con un judío en el Canadá".

El autor

Ira Levin fue un escritor estadounidense nacido en la ciudad de Nueva York en 1.929 y fallecido en el mismo lugar en 2.007. De familia judía, se licenció en Filosofía e Inglés, enrolándose después en el ejército estadounidense. Empezó su carrera como guionista para televisión, pero ha sido sobre todo conocido por por sus novelas de intriga, como por ejemplo 'Bésame antes de morir', con la que ganó el premio Edgar Allan Poe a la mejor primera novela. Otras dos novelas suyas, que fueron además llevadas al cine con gran éxito, son 'La semilla del diablo' y 'Los niños del Brasil'.

Sinopsis

Un joven matrimonio se instala en un céntrico apartamento de Nueva York sin sospechar que sus ancianos vecinos pertenecen a una poderosa secta satánica que espera la llegada de su nuevo mesías. 

Mi crítica

No sé si recomendaría la lectura de este libro o no. No considero que sea una obra mala, pero tampoco la incluiría en la lista de novelas imprescindibles. Me resultó entretenida y poco más. Quizá, la novela de Ira Levin haya sido engrandecida por su homónima de la gran pantalla. Quizá debería verla con la perspectiva de la época. El caso es que lo previsible de la narración no hace justicia a un buen argumento que, en mi opinión, no ha sido manejado de la mejor de las maneras.

La semilla del diablo nos relata la vida del joven matrimonio integrado por Rosemary y Guy. Buscan apartamento y van a ver uno situado en un antiguo bloque de edificios con mucho encanto en el que, como descubren más tarde, han tenido lugar terroríficos sucesos. Sin embargo, esto no parece desmotivarles. Deciden mudarse allí y comenzar su vida de casados.
Los vecinos son principalmente parejas ancianas que se desviven por los nuevos inquilinos. Quizá demasiado.

Guy es actor. Ha trabajado haciendo pequeños papeles en anuncios de televisión y en obras de teatro menores sin demasiado éxito. Es atractivo, tiene dotes y ambición, pero su carrera no acaba de despegar. Quiere llegar a ser un icono, ir a Hollywood y convertirse en una gran estrella. De pronto un día, su mayor rival amanece ciego, presa de grandes dolores. Guy le sustituye y los éxitos comienzan a llegar, pero a cambio adquiere una deuda. Una deuda de sangre.
La novela de Ira Levin está repleta de simbolismos. Los colores, por ejemplo,juegan un papel muy importante ya que el autor les dota de un significado extra: un detalle del que me di cuenta en seguida, y gracias a ello la novela gana unos cuantos puntos. Las descricpiones de Ira Levin se centran en el color de los objetos, y estos colores no están puestos al azar sino que van más allá. Podemos decir que el color adquiere tal relevancia que podríamos considerarlo un personaje más y que se encarga de dar una información extra al lector perspicaz.
Por ejemplo: la futura habitación del niño está pintada de tonos amarillo y blanco. Ambos colores representan la bandera del Vaticano, estado en el que viven los máximos representantes de Dios en la tierra. Además, el amarillo entre los actores es un color que da mala suerte, que no debe llevarse.

La novela tiene un comienzo muy bueno y parte de una idea muy buena, pero el autor no ha podido o no ha sabido desarrollarla como merecía. Creo que podría haber escrito una obra mucho más interesante, completa y digna.

La novela presenta bastantes aspectos que en mi opinión podrían ser mejorables. Por ejemplo, el argumento es sumamente predecible. Esto se podría haber arreglado si el escritor hubiera sido más sutil: si no hubiera destacado tanto el extraño comportamiento de los vecinos, si no hubiera puesto a Rosemary como una persona extremadamente ingenua, si no hubiera retratado a Guy como el perfecto capullo... el lector no baja la guardia ni un segundo, sabe que algo huele mal y que un extraño suceso se producirá en cualquier momento. Por eso no hay sorpresas. Ni siquiera cuando nos acercamos al final: el lector está demasiado prevenido.

Es, además, una novela muy irregular. Desde mi punto de vista, presenta muchos altibajos, tanto argumentales como de calidad literaria y esto acaba por minar al lector, que ya no sabe qué se va a encontrar en la próxima página.
En cuanto a los personajes, creo que tanto a los secundarios como a los principales les falta pulirse. Los secundarios son insoportables, se comportan de forma poco verosímil, y todos actúan de manera similar. Al lector le cuesta diferenciar quién está hablando o qué personaje está haciendo qué cosa en el momento. Los principales son clichés: el típico actor que sólo piensa en sí mismo, la típica ama de casa ingenua. Rosemary es el más preocupante porque queda como una perfecta tonta ante el lector: Ira Levin y sus sutilezas se encargan de ello y uno se da perfecta cuenta de todo. Resulta extraño que ella apenas sospeche, y eso le hace quedar como una idiota.

El único personaje que demuestra tener dos dedos de frente muere al comienzo de la segunda mitad del libro (y este hecho también se veía venir).
Pero, sin duda, lo peor es el final. No me gustó en absoluto, y eso que me había enganchado muchísimo en las páginas que lo preceden. El modo en que cierra la historia echa por tierra todo lo demás y no hace justicia a la historia que cuenta. Es tan surrealista, tan ridículo.... Sí, es diferente a lo que me esperaba, sí, dentro de lo predecible ha sido una sorpresa, pero en el mal sentido de la palabra. Ese toque 'cómico' no queda nada bien. Me da la sensación de que se está burlando de mí como lectora, así que no, no me ha gustado para nada. Empaña la sensación que tengo del libro, el recuerdo que guardo de él que si no era demasiado buena, a estas alturas es peor.
Además, este final deja varios cabos sueltos en los que no me voy a detener demasiado por no destripar nada. 
Conclusión

No me ha gustado 'La semilla del diablo' y no lo recomiendo. Es una pena, ya que el punto de partida era bueno y en algunas partes, la novela engancha y me convenció. No lo recomiendo, es mejor la película.


Valoración: 5/10
¿Recomendada?: No.

jueves, 7 de junio de 2012

El gran Gatsby, Francis Scott Fitzgerald







DeBosillo, 2.011 (primera edición 1.925)
Adaptación cinematográfica de Jack Clayton en 1.974
Premios: ninguno.
Precio: 8,95 € (edición de bolsillo).









"Un chófer, con uniforme azul cobalto, cruzó mi césped, a primera hora de la mañana de aquel sábado portador de una nota sorprendentemente ceremoniosa de su patrón: el honor sería de Gatsby, decía, si aquella noche asistía a su pequeña fiesta (...) firmado Jay Gatsby, con majestuosa letra".

El autor

Francis Scott Fitzgerald nació en Minnesota en 1.896 y murió en Hollywood en 1.940. Fue uno de los novelistas estadounidenses más importantes del siglo XX.
Su obra es el reflejo de los problemas de la juventud de clases altas en su país en los años veinte. 
Fue portavoz de la denominada 'Generación Perdida', denominada así por tratarse de jóvenes que tuvieron que madurar en los años más duros de la primera guerra mundial.
Escribió cinco novelas y docenas de historias breves. Sus obras más importantes son 'A este lado del paraíso' (1.922), 'El gran Gatsby' (1.925) o 'Suave es la noche' (1.934).

Sinópsis

Jay Gatsby es uno de los caballero más influyentes de West Egg, el anfitrión de las fiestas nocturnas más alocadas de aquellos supuestamente felices años veinte, un triunfador misterioso marcado por la soledad. En una época en la que impera la ley seca y el crimen organizado, su imagen de esplendor no hace sino anunciar un drama inevitable

Mi crítica

Tenía ganas de leer 'El gran Gatsby' desde hacía tiempo. No soy de leer muchos clásicos, pero en ocasiones se amontonan, o bien me da la vena y leo varios seguidos. Tuve la oportunidad de hacerme con la novela más famosa de Francis Scott Fitzgerald y no quise desaprovecharla. 

Lo primero que me llamó la atención fue el estilo narrativo del autor: escoge un vocabulario muy selecto y culto. Su prosa es refinada hasta el extremo, muy cuidada. Francis Scott Fitzgerald presta mucha atención a los detalles. No me esperaba que este fresco de la alta sociedad de la coste este americana estuviese relatado de tal manera. El contraste entre la frivolidad de lo que cuenta y la manera tan exquisita en que está expuesto es francamente brutal. 

Supongo que no pude acostumbrarme nunca a ese barniz insulso que rodea a todos los personajes como una capa de pringue que, a pesar de ser un tanto incómoda, no se desean quitar. Son hombres y mujeres impasibles, inmutables ante casi cualquier cosa. La vida les ha hecho así, dicen. Las circunstancias. 
A mí me parecen simplemente niños ricos sin corazón, aunque quizá afirmándolo me esté convirtiendo en un ser tan frívolo como ellos.

Francis Scott Fitzgerald es muy bueno con las descripciones: de ambientes, de situación; de personajes, tanto físicas como psicológicas... en 'El gran Gatsby', cada uno de los que interviene desempeña un papel. Todo se puede reducir a un juego de apariencias que en el fondo no es nada sencillo. Consiste en que ninguno sepa quién se esconde debajo de la máscara que se ponen cuando acuden a una de las fiestas en la lujosa casa de Gatsby. Nadie está dispuesto a mostrar sus verdaderas intenciones, sus verdaderas cartas. Y sólo los más fuertes resistirán. Los demás se derrumban, tarde o temprano, ante tanto cinismo y sofisticación, sintiéndose totalmente abandonados en medio de la opulencia y el glamour, rodeados de gente.

Al principio no me enganchaba pese a todo (o quizá debido a todo). Fue a partir de la primera fiesta de Gatsby cuando sentí cierta inquietud por la historia. El misterio que rodea al joven millonario contribuyó a que la trama se pusiera un poco más interesante. Sin embargo, en este sentido 'El gran Gatsby' me pareció una novela muy irregular: había tramos que me enganchaban, y otros prácticamente me aburrían.

Gatsby, el personaje que da nombre el título. La gran incógnita. Por un lado, me resutó tan frívolo como los otros, falso, con dos caras. Por otra parte, sin embargo, no sabía qué pensar realmente sobre él, ya que los datos acerca de su pasado, sus orígenes y su fortuna son confusos. Parece el perfecto caballero: galante, guapo, encantador. Pero guarda un as bajo la manga...

Creo que ha sido muy inteligente por parte del autor no convertir a Gatsby en el narrador de la novela, sino recurrir a la figura de un secundario con mucho menos protagonismo para que hiciera las veces de omniscienteEste hombre sencillo sirve de "pivote" entre los personajes principales. Parece un mero espectador de los hechos, un pobre diablo que pasaba por allí y sin comerlo ni beberlo se ha visto envuelto en todo aquel berenjenal. 

Con respecto al resto de los personajes, reitero lo que dije en párrafos anteriores: parecen todos cortados bajo el mismo patrón; eso sí, de una manera inteligente y sofisticada, aunque no superficial. Se refugian en lo que el dinero les puede dar para acallar sus voces interiores, su conciencia, que es la única a la que no pueden comprar. Sus problemas en la vida parecen reducirse a pensar en el modelito que lucirán en la próxima fiesta o en tener contentos a sus cónyuges mientras planean ver a su amante, pero en realidad hay más, mucho más. Es por esto por lo que, a pesar del lujo, las juergas, el champán, las mansiones y la música jazz, el ambiente descrito en la novela me resulta sumamente claustrofóbico. El mundo que nos presenta Francis Scott Fitzgerald es un sueño idílico que poco a poco se va transformando en una pesadilla atroz. Por nada del mundo me gustaría ser una de las habituales en las fiestas de Gatsby.


En la novela se pueden encontrar pasajes realmente bonitos, pero no precisamente por el ambiente, sino gracias a la prosa del autor: si era capaz de ver algo bello bajo la superficie de esa generación de la que formaba parte, es que realmente estamos ante un escritor muy capaz, con una sensibilidad fuera de lo común. Mis fragmentos favoritos tratan precisamente de lo único verdadero que puede hallarse en esta novela: los sentimientos que no pueden contenerse: el amor, el odio, el rencor, la pasión, la tristeza... contados de una manera que no deja de sobrecogerme, algo que sólo la literatura puede dar, o quizás también el cine.

Si tengo que poner alguna pega, me decantaría por subrayar las frívolas conversaciones que abundan en la novela. Me aburren sobremaneraYa sé que no son tan banales como en un primer momento podrían parecer, pero a pesar de ello me fatiga tener que permanecer alerta para tratar de no perderme ni uno solo de los matices que adornan la prosa de Francis Scott Fitzgerald
El final me gustó. Algunos acontecimientos se dejaban entrever, pero en general ha sido bastante inesperado y ha ido por unos derroteros que personalmente he sabido apreciar.

Conclusión

Entiendo por qué 'El gran Gatsby' es una de esas novelas imprescindibles dentro de la literatura del siglo XX, pero no ha logrado engancharme lo suficiente. Sí, está escrita de una manera magistral, pero sinceramente pienso que le falta algo. O quizá me falte a mí, para poder comprenderla y apreciarla en su totalidad. 

No sé si recomendarla o no. Sí, porque es un clásico. No, porque no es una novela bonita en el sentido más pueril de la palabra. Tampoco es fácil de leer, y personalmente me enganchó a ratos. Pero creo que es una obra que hay que conocer si uno es amante de los libros.


Valoración: 7/10
¿Recomendada?: .

viernes, 1 de junio de 2012

Marianela, Benito Pérez Galdós








Cátedra, 2.003 (primera edición 1.878)
Adaptación cinematográfica de Benito Perojo en 1.940
Premios: ninguno.
Precio: 10,80 €
Adquisición: regalo







"Cuando salieron, el primer accidente que hirió los sentidos del doctor, fue el canto melancólico que había oído antes. Oyolo también el ciego; volviose bruscamente y dijo sonriendo con placer y orgullo:
-¿La oye usted?
-Antes oí esa voz y me agradó sobremanera. ¿Quién es la que canta?...
En vez de contestar, el ciego se detuvo, y dando al viento la voz con toda la fuerza de sus pulmones, gritó:
-¡Nela!... ¡Nela!".

El autor

Benito Pérez Galdós nació en 1.843 en Las Palmas de Gran Canaria, España. Es uno de los novelistas más importantes en lengua española de todos los tiempos.
Ya desde pequeño su padre le inició en el arte de contar historias relatándole narraciones históricas de la Guerra de la Independencia, en la que había participado. 
En 1.862 llegó a Madrid, donde cursaría estudios universitarios. Ocho años después publicó su primera novela, 'La Fontana de Oro'. En 1.873 se editaron los primeros 'Episodios nacionales', donde se refleja la vida íntima de los españoles a mediados del siglo XIX.
En 1.876 se publicó 'Doña Perfecta', quizá su obra más famosa. Unos años después, Benito Pérez Galdós fue elegido miembro de la Real Academia Española de la lengua. En 1.878 vería la luz 'Marianela'. 
Murió en su casa de Madrid en 1.920. Unos 20.000 madrileños quisieron despedirse de él y acompañaron su ataúd hacia el cementerio de la Almudena, donde reposan sus restos.

Sinópsis

Nela (Marianela), lleva una vida trágica: es fea y deforme y está enamorada del ciego Pablo, a quien sirve de lazarillo. Tras recobrar la vista, el joven se enamora de la bella  Florentina, su prima. Marianela, al darse cuenta de ello, se sumerge en una profunda pena, huye desesperada e intenta suicidarse.

Mi crítica

'Marianela' llegó a mis manos un poco de casualidad. Como nunca había leído a Benito Pérez Galdós antes, decidí probar. Quería leer un clásico. El título no me decía gran cosa y la sinópsis no me resultó demasiado llamativa, pero me encantó. Ya descansa junto a las que están en la parte de arriba de la estantería, espacio reservado únicamente para los títulos que me han conquistado de verdad.

Palabras tan bonitas no tengo para el prologuista. No voy a mencionar su nombre, ni me apetece hacerlo. Es un señor que habrá cobrado su buen dinero por realizar la tarea, pero eso no significa que lo haya hecho bien. Además, las acotaciones a pie de página son lo peor: no solo impide al lector disfrutar de la obra, sino que tampoco le deja a solas con Benito Pérez Galdós. No hay página sin aclaración, casi siempre tan estúpida como innecesaria. Tratar al lector como si de un imbécil se tratara es algo que me disgusta mucho. Me molesta que duden que pueda seguir el argumento. 

Tras leer 'Marianela' probé con otras dos obras del autor: 'El abuelo', que no me gustó tanto (recomiendo la versión cinematográfica de Fernando Fernán Gómez) y 'Doña Perfecta', que me gustó aun menos. 

"Marianela es fea, tiene un cuerpecillo chico y un corazón muy grande". Así se nos presenta a la protagonista. Benito Pérez Galdós era un fiel defensor de lo anti-romántico y eso se palpa a lo largo de toda la historia, sobre todo al principio. 
Casi todas las heroínas de la corriente del romanticismo necesitan ser rescatadas por un caballero que las salve de su destino y de sus calamidades. Son hermosas, frágiles, virginales, tuberculosas incluso. Marianela es la antítesis. Robusta y curtida por la vida dura y rural, rebelde y feilla. Muy, muy feilla.

¡Hay que ver cómo escribe Benito Pérez Galdós! Un simple y banal paseo por el campo se convierte en toda una lección de gramática y de arte en el dominio de la sintaxis. El escritor canario realiza unas descripciones sublimes, y la misma calidad tienen los personajes. 
El vocabulario es muy rico. Barroco, eso sí, pero tenemos que tener en cuenta que Benito Pérez Galdós pertenece a la Generación del 98
En 'Marianela', el autor describe concienzudamente el trabajo que se desarrollaba en las minas en aquella época, deteniéndose sobre todo en cómo funcionaba la maquinaria. Me llamó la atención esto ya que todo aquello que él narra con pasión y asombro, a principios del siglo XXI hace tiempo que quedó obsoleto. ¿Qué se le pasaría por la cabeza si viera todos los avances que se han logrado en tan poco tiempo?

Al final de cada capítulo Benito Pérez Galdós suele invitarnos con una frase a que continuemos leyendo. Por ejemplo, en uno de los primeros, escribe: "Lo que hablaron, ¿merecerá capítulo aparte? Por si acaso, se lo daremos". 
No pude evitar sonreír al leer estas palabras. Nunca (no al menos tan explícitamente) había leído una novela en la que el autor alentara de una manera tan sencilla y campechana a que el lector pase la página

En otras ocasiones, su táctica consiste en desvelarnos un detalle importante e imprevisto de la trama, por lo que es imposible no querer seguir leyendoEsto hizo que me enamorara aún más de su estilo.

'Marianela' es una novela con tintes teatrales. Se nota sobre todo en algunos diálogos, que por cierto, en determinadas páginas rozan la perfección. Me ha encantado todo, incluido el final. La única pega que es que este desprende un tufillo ligeramente moralista que no me gusta nada, pero supongo que hay que saber verlo todo dentro de su contexto y de su época.

Conclusión 

'Marianela' es una novela corta pero magnífica, con un buen final, unos personajes bestiales y una especie de epílogo muy original, el broche de oro a una obra maestra.
Una obra muy profunda, con múltiples lecturas, en la que cuanto más se bucea, más conclusiones se sacan en claro, más se empapa uno en la historia, y más disfruta. 

Encierra en su interior una moraleja muy bonita, una metáfora, una verdadera lección sobre los prejuicios, una crítica muy aguda a la doble moral existente en la época, al qué dirán y a las rancias costumbres sociales, sobre todo las que imperaban en el mundo rural.
En 'Marianela' Benito Pérez Galdós invita al lector a ver el mundo con ojos de ciego, a evadirse de las ideas preconcebidas, porque puede uno estar perdiéndose muchas aspectos interesantes de la vida, otro tipo de belleza que es intangible: la belleza intrínseca de cada ser.

'Marianela' es una lectura obligatoria para todos los amantes de las novelas. Un libro cinco estrellas.

Valoración: 9,5/10
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