lunes, 9 de enero de 2012

La hija del ministro, Miguel Aranguren










La esfera de los libros, 2.009
Premios: ninguno
Precio: 12€
Adquisición: biblioteca 







"Una aristócrata que conoció el amor, el odio y el dolor en tiempos de la República"

El autor

Miguel Aranguren nace en Madrid en 1.970. Publica su primer libro con tan solo 19 años, convirtiéndose en uno de los escritores más jóvenes de España. A los 23 consigue su propia columna en El Mundo. Desde 2.004 dirige el proyecto Excelencia Literaria, que tiene como finalidad promocionar a los jóvenes escritores. Es autor, entre otras, de las novelas 'La sangre del pelícano' (2.007) o 'La hija del ministro' (2.009), que es su novena obra. 

Sinópsis

Una misteriosa anciana, Elvira Bossana, fallece en su magnífica casa de Las Arenas. Aunque siempre le ha perseguido el rumor de un amor inconfesable, nadie conoce el pasado de la aristócrata. El descubrimiento casual de sus cuadernos de juventud revela a Nelsy, su cuidadora, la inesperada historia de una mujer fascinante y la memoria de una época marcada por los cambios y la tragedia.
Las páginas arrancan en el convulso Madrid de los años veinte. Su padre es el ministro del último gobierno del rey Alfonso XIII, que vivió en una situación privilegiada hasta el exilio del monarca y la proclamación de la República. Este hecho trastoca a toda la familia. Aunque el mundo de Elvira se resquebraja, hallará consuelo gracias a la aparición de un amor que alterará su destino.

Mi crítica


Me hice con esta novela porque la portada llamó mi atención. De entre todas las numerosas novedades de la sección de libros de unos grandes almacenes fue la única que consiguió seducirme. Años más tarde la tomé prestada de la biblioteca sin tan siquiera leer la contraportada. Cuando lo hice supe que mi intuición no me había fallado: la sinópsis de 'La hija del ministro' me pareció interesante.  

Personalmente me gusta la prosa de Miguel Aranguren, su forma de escribir. Al comienzo de la novela existe un buen equilibrio entre descripción de ambientes y personajes y el ritmo al que transcurre la historia.
Sin embargo, hay varios peros: casi todos los personajes hablan con voz similar. Tanto niños como adultos utilizan un lenguaje excesivamente culto para expresarse. Esto no resulta en absoluto verosímil en el caso de los personajes de menor edad, aun teniendo en cuenta la época. Este es un problema que por desgracia el autor arrastra a lo largo de toda la obra, eclipsando sus otras capacidades literarias. 

El comienzo me gustó mucho, sin embargo la segunda parte de la novela es menos atractiva. A veces me daba la impresión de simplemente estar leyendo una crónica político-social escrita en aquella época, sin demasiada conexión con el supuesto misterio que ha prometido la contraportada. De hecho, la historia de la familia Bossana compite en importancia y párrafos con las idas y venidas políticas que a lo largo de las décadas va sufriendo España.

La protagonista se convierte en narradora, en ocasiones incluso omnisciente, siendo relegada a un segundo plano. La hija del ministro se centra en contar las aventuras de sus once hermanos, de sus padres, tíos, abuelos y, por supuesto, de la familia real en unos tiempos inestables: el principio del fin de la monarquía. 

Me llama la atención cómo retrata Miguel Aranguren a los personajes de baja condición social en esta novela. Si ya de por sí había claras diferencias con respecto a los peldaños sociales que ocupaban criados y señores en aquellos años, el autor se encarga de acentuar todavía más esa diferencia. No hay término medio en su clasificación: o la servidumbre está fielmente con sus amos hasta la muerte (literalmente) o está contra ellos, despreciándolos siempre que tienen ocasión.

El principal problema que encuentro en esta novela es que no me identifico con ningún miembro de la familia protagonista: los Bossana. Tampoco me inspira sentimientos o emociones al leer acerca de sus dichas y de sus desgracias. Elvira Bossana, la narradora de 'La hija del ministro' es una mojigata que tiene un supuesto carácter fuerte y unos sólidos principios. Sin embargo a mi parecer todos los personajes, excepto quizá el patriarca, son víctimas de su propia clase y sus costumbres.

Este alejamiento emocional por mi parte contrasta enormemente con el apego que siente la principal lectora de estas crónicas, Nelsy. La muchacha sudamericana que cuidó de la anciana Elvira Bossana hasta su muerte de vez en cuando interrumpe la lectura de los cuadernos para controlar el tembleque de sus manos o para retirar de su rostro una lágrima.

Superado el ecuador de la novela y a falta de más de cien páginas para el fin, una monja con dones proféticos nos desvela qué ocurrirá, aunque cualquiera podría haberlo supuesto. El qué ya se sabe, sólo queda que el cómo esté a la altura. 
Sin embargo, el hecho de no sentir curiosidad ni pena por el destino de Elvira Bossana, a pesar del giro de los acontecimientos, hace que mi atención por la novela vaya decreciendo a un ritmo inversamente proporcional a los infortunios que se van sucediendo en el entorno de la familia Bossana, que son muchos. 

Una vez pasada la guerra y los años, Miguel Aranguren vuelve a escribir sin mencionar bandos, y curiosamente la historia me vuelve a enganchar como al principio. Es una lástima que sea tan sólo por unos instantes. El comienzo y el final son lo más destacable de 'La hija del ministro'. 

Conclusión

Recomiendaría esta novela únicamente a aquellas personas que sientan predilección por la novela histórica con tintes políticos, en concreto la de la primera mitad del siglo XX en España. Si no es el caso, creo que existen obras mucho más interesantes y menos tristes que esta
Casi toda la novela desprende un tufo a política que echa para atrásMiguel Aranguren ha hecho de su historia una excusa para hablar a sus anchas de la Historia. Sólo cuando separa ambas realmente puedo afirmar que se disfruta de la lectura.

Esta novela es como tantas y tantas otras porque nos habla desde la perspectiva de un bando (el bueno, buenísimo) que sufre por culpa del otro (el malo, malísimo). 
Para mí gusto, esta característica empobrece la obra y la convierte en algo incompleto. 

Si bien es cierto que la balanza de los escritores suele estar inclinada hacia la izquierda y en el caso de 'La hija del ministro' es al contrario, sigo sin ver con buenos ojos que una historia esté tan sumamente asentada políticamente en un extremo u otro. Me da igual cual sea.

Como mencioné anteriormente, los personajes de 'La hija del ministro' me resultaron poco atractivos y por esta razón no pude engancharme a la novela como hubiera deseado. Quizá este sea un motivo demasiado subjetivo a la hora de desaconsejar su lectura, por ello considero que el lector tiene la última palabra.  

Valoración: 5,5/10
¿Recomendada?: No.

6 comentarios:

  1. La novela tiene muy buena pinta si no fuese por los tintes políticos, la época me gusta mucho pero no creo que me anime a leerla por el tema político
    un beso!

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  2. Una muy buena crítica apoyada solidamente.
    Pese a todo tengo curiosidad por esta obra y es fácil que termine leyéndola sin tardar mucho.
    Me gustó tu espacio.
    Un beso

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  3. Mientrasleo: la tomé prestada de la biblioteca. Si la lees, me gustaría leer tu reseña a ver si coincidimos o no.
    Muchas gracias por tus palabras. Voy a pasarme por tu blog.

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  4. No he leído la novela, ni tenía conocimiento de ella, pero tal y como describes las impresiones que has obtenido, me queda claro que no la leeré, que son muchos los libros que tengo pendientes y no tengo ganas de experimentar cuando las críticas no son favorables.
    Un beso, cielo.

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  5. Ya te comentaré, la semana próxima me toca "cazar" libros. Ten por seguro que si lo encuentro te lo diré.
    Besos

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  6. Estoy completamente de acuerdo con todo el comentario vertido sobre la novela.
    Es un autentico tostón la parte politica-social de la época y no es nada parcial. Como dices tú, el principio y el final de la obra es lo que más a merecido porque entretien y está más dinámico.

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