Planeta, 2.000 (primera edición 1.999)
Premios: ninguno
Precio: 5,95 €
Adquisición: a través de BookMooch
"Un extraño incendio destapa una peligrosa secta destructiva"
La autora
Ha publicado libros técnicos sobre medicina forense y además una serie de diez novelas que hasta la fecha se ha traducido a treinta idiomas. Su primera obra de ficción, 'Testigos del silencio', fue publicada en 1.997 y ganó el premio Arthur Ellis Awards a la mejor primera novela. 'La huella del diablo', de 1.999 es la segunda.
Todas ellas se apoyan en casos reales investigados por la autora. La protagonista es su alter ego, Temperance Brennan.
Sinópsis
En el gélido invierno de Québec, Canadá, Temperance Brennan busca en el suelo de una iglesia abandonada la tumba donde reposan los restos de la hermana Elisabeth Nicolet, muerta hace más de un siglo, y actualmente candidata a la canonización. Finalmente y tras numerosos esfuerzos el ataúd es hallado, pero el caso tendrá que esperar: una casa ha ardido a pocos kilómetros de allí. Una familia se encontraba dentro. La única capaz de resolver el misterio de los huesos calcinados será la famosa antropóloga forense, en compañía de un equipo de expertos detectives liderado por el atractivo Andrew Ryan.
Mi crítica
Como seguidora de 'Bones' que fui hasta hace unos años, no pude evitar hacer comparaciones entre serie y novela en todo momento. Las similitudes entre la forense Temperance Brennan de 'La huella del diablo' y la televisiva son, para mi sorpresa, bastante escasas.
La antropóloga de la novela es una mujer moderna de los noventa, independiente, lista y atractiva. Se encuentra más cerca del medio siglo que de los cuarenta. Separada, con una hija en la universidad y muy ocupada. Ocupadísima. Apenas si tiene tiempo para alimentarse, por lo que siempre engulle bocadillos, pizzas congeladas y ''cocacolas sin calorías''. Trabaja a caballo entre Quebec y Carolina del norte dando clases, testificando en diversos juicios como experta y siempre al servicio de la ley. Su compañero es el detective Andrew Ryan. Guapo, de ojos garzos y loquito por sus huesos.
La antropóloga de la televisión también es una mujer independiente, lista y atractiva, pero es más joven. Sin hijos. Vive por y para su carrera, pero está más centrada en ejercer como forense y no tanto en sus libros. No suele moverse de Washington y su compañero es Seeley Booth. Guapo (aunque para gustos los colores) y también loquito por sus huesos, aunque de manera mucho menos evidente.
Uno de los puntos fuertes de 'La huella del diablo' radica en lo detalladas y cuidadas que están las descripciones de los típicos procedimientos a los que se debe enfrentar un antropólogo forense en una escena del crimen. A mí eso me resulta particularmente interesante. Es un aspecto al que no se le suele dar mucha importancia en la novela negra típica. Además, este elemento diferenciador enriquece la obra.
Sin embargo, todo debe darse en su justa medida. Kathy Reichs no duda en describirlo todo. El lector debe tener el máximo de información posible, pero hay que saber dosificarla y no saturar. La ambientación es vital en una novela pero si la acción transcurre en esta época no es necesario dar más que un par de pinceladas para que el lector se sitúe.
Al enfrentarse a situaciones duras, a escenas de crímenes violentos, la autora se desenvuelve muy bien. Por el contrario, a la hora de escribir situaciones más, digamos, ociosas, no me convence.
El punto débil más notorio radica en lo predecible la acción. A pesar de que Kathy Reichs quiera guardarse varias sorpresas para las últimas páginas, muchas de ellas pueden ser fácilmente deducibles, por lo que parte del interés suscitado se pierde.
Además, hay algo que llamó mi atención negativamente: el modo en que está construida la relación entre la doctora Brennan y su compañero el detective Ryan. Hacen bromas y él le tira los tratos en numerosas ocasiones, pero se tratan de usted, pese a que llevan varios años resolviendo casos juntos. El resultado es que los diálogos se enrarecen y no son naturales.
A falta de unas cien páginas para que concluya la novela el ritmo de la acción se acelera, hecho que agradecí. Todo comenzó a pintar mucho más interesante y esperaba que el cierre de esta aventura de la doctora Brennan estuviera a la altura.
Por desgracia, esto no se cumple en el caso de la novela de Kathy Reichs. No sólo se deja mil cosas en el tintero, sino que le planta al lector un deus ex machina tan facilón que me sobrecogió. No sé si prefiero pensar que se quedó más ancha que larga o que le faltó imaginación. Por muchas justificaciones que luego haya querido dar la autora en el epílogo para explicar esta ''salvación divina'', me decepciona enormemente el final y echa por tierra las buenas impresiones que había cosechado en páginas anteriores.
Conclusión
Pese a que esta novela no haya sido todo lo mala que cabía esperar (he leído críticas horribles de 'La huella del diablo'), no me han entrado ganas de continuar leyendo ninguno de los otros nueve libros de los que se compone la saga.
Es una novela entretenida y fácil de leer que se apoya mucho en la ciencia forense para describir los casos de asesinato. Este hecho la diferencia de otras, pero hay otras obras mejores, dentro y fuera del género. Kathy Reichs será una eminencia en el campo de la antropología forense, pero como novelista deja que desear.
Sinópsis
En el gélido invierno de Québec, Canadá, Temperance Brennan busca en el suelo de una iglesia abandonada la tumba donde reposan los restos de la hermana Elisabeth Nicolet, muerta hace más de un siglo, y actualmente candidata a la canonización. Finalmente y tras numerosos esfuerzos el ataúd es hallado, pero el caso tendrá que esperar: una casa ha ardido a pocos kilómetros de allí. Una familia se encontraba dentro. La única capaz de resolver el misterio de los huesos calcinados será la famosa antropóloga forense, en compañía de un equipo de expertos detectives liderado por el atractivo Andrew Ryan.
Mi crítica
Como seguidora de 'Bones' que fui hasta hace unos años, no pude evitar hacer comparaciones entre serie y novela en todo momento. Las similitudes entre la forense Temperance Brennan de 'La huella del diablo' y la televisiva son, para mi sorpresa, bastante escasas.
La antropóloga de la novela es una mujer moderna de los noventa, independiente, lista y atractiva. Se encuentra más cerca del medio siglo que de los cuarenta. Separada, con una hija en la universidad y muy ocupada. Ocupadísima. Apenas si tiene tiempo para alimentarse, por lo que siempre engulle bocadillos, pizzas congeladas y ''cocacolas sin calorías''. Trabaja a caballo entre Quebec y Carolina del norte dando clases, testificando en diversos juicios como experta y siempre al servicio de la ley. Su compañero es el detective Andrew Ryan. Guapo, de ojos garzos y loquito por sus huesos.
La antropóloga de la televisión también es una mujer independiente, lista y atractiva, pero es más joven. Sin hijos. Vive por y para su carrera, pero está más centrada en ejercer como forense y no tanto en sus libros. No suele moverse de Washington y su compañero es Seeley Booth. Guapo (aunque para gustos los colores) y también loquito por sus huesos, aunque de manera mucho menos evidente.
Si tuviera que decantarme por una de las dos doctora Brennan, lo haría por el personaje de 'Bones'. Me parece una versión mejorada y actualizada de la original. Además, la de 'La huella del diablo' es una mujer mucho más insegura que carece de la madurez del personaje que interpreta Emily Deschanel. Aunque evidentemente no proyecta esta imagen hacia fuera, por dentro es mucho más frágil. Guarda más verosimilitud, tratándose de una antropóloga forense, el papel interpretado por la actriz: una mujer segura de sí misma y con las cosas claras.
Uno de los puntos fuertes de 'La huella del diablo' radica en lo detalladas y cuidadas que están las descripciones de los típicos procedimientos a los que se debe enfrentar un antropólogo forense en una escena del crimen. A mí eso me resulta particularmente interesante. Es un aspecto al que no se le suele dar mucha importancia en la novela negra típica. Además, este elemento diferenciador enriquece la obra.
Sin embargo, todo debe darse en su justa medida. Kathy Reichs no duda en describirlo todo. El lector debe tener el máximo de información posible, pero hay que saber dosificarla y no saturar. La ambientación es vital en una novela pero si la acción transcurre en esta época no es necesario dar más que un par de pinceladas para que el lector se sitúe.
Al enfrentarse a situaciones duras, a escenas de crímenes violentos, la autora se desenvuelve muy bien. Por el contrario, a la hora de escribir situaciones más, digamos, ociosas, no me convence.
El punto débil más notorio radica en lo predecible la acción. A pesar de que Kathy Reichs quiera guardarse varias sorpresas para las últimas páginas, muchas de ellas pueden ser fácilmente deducibles, por lo que parte del interés suscitado se pierde.
Además, hay algo que llamó mi atención negativamente: el modo en que está construida la relación entre la doctora Brennan y su compañero el detective Ryan. Hacen bromas y él le tira los tratos en numerosas ocasiones, pero se tratan de usted, pese a que llevan varios años resolviendo casos juntos. El resultado es que los diálogos se enrarecen y no son naturales.
A falta de unas cien páginas para que concluya la novela el ritmo de la acción se acelera, hecho que agradecí. Todo comenzó a pintar mucho más interesante y esperaba que el cierre de esta aventura de la doctora Brennan estuviera a la altura.
Una buena novela negra tiene que tener un buen final. Y no sólo eso: ha de estar bien resuelto, ser coherente y dejar pocos cabos suelos. Si se ha dado cierta cantidad de información al lector, construyendo los cimientos en los que se aposentan el misterio y la intriga, veo totalmente lógico que el autor proporcione al lector las herramientas para que este sea capaz de ir resolviéndolo todo. Si no se hace de esta manera, siempre me quedo con la sensación de que he sido engañada como lectora. No pido mucho. O bien un final elaborado y coherente o bien uno explosivo y chocante a la par que verosímil.
Por desgracia, esto no se cumple en el caso de la novela de Kathy Reichs. No sólo se deja mil cosas en el tintero, sino que le planta al lector un deus ex machina tan facilón que me sobrecogió. No sé si prefiero pensar que se quedó más ancha que larga o que le faltó imaginación. Por muchas justificaciones que luego haya querido dar la autora en el epílogo para explicar esta ''salvación divina'', me decepciona enormemente el final y echa por tierra las buenas impresiones que había cosechado en páginas anteriores.
Conclusión
Pese a que esta novela no haya sido todo lo mala que cabía esperar (he leído críticas horribles de 'La huella del diablo'), no me han entrado ganas de continuar leyendo ninguno de los otros nueve libros de los que se compone la saga.
Es una novela entretenida y fácil de leer que se apoya mucho en la ciencia forense para describir los casos de asesinato. Este hecho la diferencia de otras, pero hay otras obras mejores, dentro y fuera del género. Kathy Reichs será una eminencia en el campo de la antropología forense, pero como novelista deja que desear.
Valoración: 5/10
¿Recomendada?: No.
Pues no me llama nada la atención este libro lo que unido a los puntos negativos que has señalado hacen que lo deje pasar, tampoco he visto nunca Bones así que tampoco me atrae ese aspecto
ResponderEliminarbesos
A mi me gusta más la doctora del libro que la de la serie, aunque claro, no me gusta demasiado la serie.
ResponderEliminarBesos
Se ve buenísimo.....
ResponderEliminarGracias por la reseña
Paz&Amor
Isaac
Hola!
ResponderEliminarLa portada no llama nada la atención.
Pero la trama sí que atrae.
=)
Besos. Rizel
hola!
ResponderEliminarse puede decir que soy un poco fan de la serie Bones, pero no sabia que estaba ambientada en un libro, asi que lo leere para ver las comparaciones que dices tu.
saludos :)
A Rizel: coincido completamente contigo. La portada también me parece horrorosa. Además, el cuchillo de la imagen no sé de dónde se lo han sacado, pues no aparece por ninguna parte en la novela.
ResponderEliminarA Albanta: no le hubiera puesto un cinco si no llega a ser por el final. El final me ha matado. Como explico en la reseña, una buena novela negra no es nada sin el final. Para mí, claro. No sólo es precipitado, sino que lo arregla todo con un deus ex machina. Un recurso barato y fácil. Por lo demás, no estaba nada mal. Coincido de hecho contigo en que hila muchas tramas y lo sabe hacer bien. Pero no puedo perdonar a una escritora que puede realizar acciones narrativas complejas un final así.
A los demás: muchas gracias por vuestros comentarios :)
En primer lugar, vaya por delante que la reseña me parece magnífica, te haya gustado o no la novela. Sabía que la serie estaba basada en un libro, pero nunca me detuve a buscar quien la había escrito. Está claro que, dada la larga lista de lecturas pendientes que tengo, no me haré con ella, que estoy un poco harta de llevarme decepciones.
ResponderEliminarUn abrazo.