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martes, 9 de mayo de 2017

84, Charing Cross Road, Helene Hanff








Anagrama, 2.002
Premios: ninguno.
Precio: 13,90 €
Adquisición: biblioteca.









La autora

Helene Hanff fue una escritora estadounidense nacida en Filadelfia, en 1.916 y fallecida en 1.997. Es conocida por ser la autora del libro '84 Charing Cross Road', en el que se basó una obra de teatro, un episodio de una serie de televisión y la película del mismo nombre. Trabajó como publicista y terminó escribiendo obras que serían admiradas por algunos productores de Broadway pero que por alguna razón nunca llegaron a ver la luz. Cuando la producción televisiva se movió a California, su trabajo decayó poco a poco, y acabó trabajando para revistas, y finalmente en los libros que forjaron su reputación. El edificio de apartamentos donde vivió, el 305 E. de la calle 72 ha sido llamado "Charing Cross House" en su honor. Una placa de bronce junto a la puerta principal conmemora su residencia y la autoría del libro.

Sinopsis

Helene es una escritora autodidacta que sobrevive en Nueva York pendiente de que le acepten sus obras de teatro, artículos, cuentos, guiones para la televisión y ensayos. Un otoño de 1.949, ávida por los clásicos y cansada de la poca oferta de las librerías de segunda mano de su ciudad, se arriesga a escribir una pequeña misiva a Marks & Co., Libreros, 84 Charing Cross Road, Londres y les solicita una pequeña lista de ensayos que desea conseguir, si no son demasiado caros. Frank Doel, uno de los empleados de la librería inglesa contesta su carta y le remite las obras solicitadas, iniciando así, sin sospecharlo, una deliciosa correspondencia que durará hasta finales de los años 60. 

Mi crítica

Hay obras que se leen cuando a uno todavía le pueden venir demasiado grandes. Obras para las que hay que estar preparado, y sin embargo se leen sin ser conscientes de que no pueden ser apreciadas, todavía no. Cuando leí '84, Charing Cross Road' tenía unos veinte años y nadie me advirtió de que a un clásico no siempre puede uno acercarse desde la perspectiva adecuada. Esta novela me hizo darme cuenta de que las obras epistolares no son precisamente lo mío, y desde entonces les tengo cierta animadversión. Dudo que algún día pueda realizar una relectura: el daño ya está hecho. Estas fueron mis impresiones de '84, Charing Cross Road' por aquel entonces.

Hay veces que todo el mundo está de acuerdo en algo, por increíble que parezca. Hay consensos, y la inmensa mayoría de la gente coincide en juzgar homogéneamente determinado producto. Así, Angelina Jolie es preciosa, los Beatles hacían buena música y Pablo Picasso era un dios del pincel. Por supuesto, esto también ocurre con la literatura: la inmensa mayoría de la gente valora de una manera concreta a algunos autores (muchos hablan con poco o ningún conocimiento de causa, pero bueno). Por ejemplo, Gabriel García Márquez es muy bueno, Paulo Coelho es muy malo. Sí, estas valoraciones suelen ser extremas, sin matices y sin dar demasiadas explicaciones.

Por eso, cuando nado contracorriente, cuando discrepo de los gustos de la mayoría suelo sentirme extraña. A veces me encanta, a veces, me siento extraña e, inaugurando una nueva categoría con '84, Charing Cross Road', me siento estúpida. Pregunté a muchas personas de cuyo criterio me fío, investigué por Internet y concluí que quien no se comprara (¡no digo ya leyera!) esta pequeña obra de Helene Hanff era poco menos que estúpido. Que merecía la pena sin dudarlo. Frases tan lapidarias como es una novela de culto ayudaban a que me tragara el anzuelo.

Bueno, al menos me queda una mota de consolación: resulta que a la propia autora, Helene Hanff, le sorprendió más que a nadie que esta novela se vendiera tan bien y fuese tan exitosa. La pobre mujer soñando con publicar algo propio, escribiendo sin descanso guiones mal pagados y obras teatrales que pasaban sin pena ni gloria por cartel, leyendo y empapándose de la cultura que no pudo adquirir en otra parte por razones económicas… y de pronto se enfrenta con esto. El reconocimiento le llega de mano de unas cartas que guardaba en un cajón de su mesilla: la correspondencia que ha mantenido a lo largo de veinte años con los empleados de una librería situada al otro lado del Atlántico. Sí, habrá un vínculo especial con ellos; sí, tendrán una amistad especial; sí, hablarán de libros, pero ya está. Ahí queda todo el misterio. No hay nada más. No sucede absolutamente nada. ¿Me quedé en la superficie y no fui capaz de ver más allá? Probablemente sí, pero en ese momento eso era lo que había, lo que hallé.

Y es que son simplemente cartas. Correspondencia. Es un conjunto de epístolas escritas con mayor o menor gracia, con un contenido más o menos ameno. En el epílogo afirman que esta obra ha cautivado a miles de personas en todo el mundo. Sí, utilizando el verbo 'cautivar'. Sinceramente, no sé cómo. En ese momento, me negué a pedir disculpas por no entender su significado 'oculto', sus múltiples interpretaciones, sus sutilezas y su gran profundidad, porque para mí no había nada de eso.

Por lo que se puede entrever leyendo las cartas, Helene Hanff no me hubiese caído demasiado bien, y esto contribuye a que la obra no me haya llegado. No sólo tiene un sentido del humor que no comparto en absoluto, sino que tampoco entiendo bien cómo era la tónica de su personalidad, que se me antojaba cambiante. Otro detalle que no me ha gustado es que parece tener alergia a las novelas. Si lees este libro no te esperes una gran charla e intercambio de opiniones sobre Austen, Poe, Flaubert o Cervantes. No. Helene Hanff pide a la librería situada en el número 84 de Charing Cross road una serie de libros que bien puede ser biografías, enciclopedias o textos históricos realizados por autores bastante desconocidos. A diferencia de otras novelas, en esta apenas he sentido que la autora me haya contagiado ese amor, esa pasión que siente por los libros. Eso resta puntos.

Conclusión

A pesar de la buena fama de esta novela, no tuve una buena experiencia y por eso no puedo recomendarlo. Sin embargo, si alguien ha llegado hasta esta reseña con ganas de tener entre sus manos esta obra, aconsejo que se sientan primero plenamente preparados para abordarla, independientemente de la edad. Si no, uno corre el riesgo de que le suceda lo que a mi. Y repito: quizá si la leyera ahora tampoco me gustaría, pero tendría menos posibilidades de que ello sucediera, visto lo que ha llovido y el criterio que he ido adquiriendo a base de años de práctica.

¿Recomendada?: No.

domingo, 25 de noviembre de 2012

La sociedad literaria y el pastel de piel de patata de Guernsey, Mary Ann Shaffer







RBA, 2.008
Premios: ninguno
Precio: 16 €
Adquisición: a través de libroscompartidos.com








"Eres un invitado encantador. Me gustas. Y también a Zenobia, si no, no habría volado a tu hombro y no se habría quedado ahí tanto rato. (...). Ahora voy a ir a la casa solariega para buscar el libro que me dijiste. ¿Cómo es que ni Juliet ni Amelia me han hablado nunca de la señorita Jane Austen?".

La autora

Mary Ann Shaffer fue una escritora norteamericana nacida en 1.934. Falleció en 2.008, tras una larga enfermedad. A lo largo de su vida, compaginó su amor por la literatura con su oficio de bibliotecaria, dependiente de librerías y editora: una existencia dedicada a los libros. Un viaje a la isla de Guernsey, situada en el Canal de la Mancha, la obligó, en 1.976, a esperar en un aeropuerto durante horas por causa de la niebla. Esto le permitió leer 'Jersey Under the Jackboot', un libro sobre la ocupación alemana en aquel lugar durante la Segunda Guerra Mundial. Esto le sirvió de inspiración para la novela 'La sociedad literaria y el pastel de piel de patata de Guernsey', que no logró terminar y que concluyó su sobrina Annie. 

Sinópsis

Enero de 1.946: la escritora Juliet Ashton encuentra la carta de un desconocido, un nativo de la isla de Guernsey, por pura casualidad. A medida que Juliet y el desconocido intercambian cartas, ella se queda atrapada en el mundo de este hombre y sus amigos, que resulta ser maravillosamente excéntrico. Los isleños intentaron sobrellevar la ocupación nazi organizando reuniones de lectura sobre novelas clásicas, alrededor de un pastel de patata. Esta es su historia.

Mi crítica

Hubo algo en esta novela que no me terminó de convencer, casi desde el principio. Si bien es cierto que las obras de género epistolar se me atragantan un poco, otros elementos se unieron para que mi opinión de 'La sociedad literaria y el pastel de patata de Guernsey' no sea del todo favorable.
Sin embargo, estoy convencida de que a otra persona le podría resultar amena e interesante esta lectura. A lo largo de la reseña, trataré de explicar por qué.

Como decía, he tenido experiencias no del todo positivas con este tipo de novelas: '84, Charing Cross Road', una obra también epistolar, ha encandilado a numerosos lectores. Muy a mi pesar y siendo honesta, me dejó bastante fría.
Volviendo a  'La sociedad literaria y el pastel de patata de Guernsey', el principal problema con el que me topé fue que no conseguí conectar con los personajes. Tampoco me resultó fácil meterme en la historia a pesar de la presencia de un elemento que me gusta mucho: la metaliteratura. Sí: la novela está repleta de referencias a otros libros. 

Se podría decir que  'La sociedad literaria y el pastel de patata de Guernsey' es un homenaje a los amantes de la literatura, y un canto a los libros en general. 
Está escrita con un cariño y un amor considerables hacia las letras, y esto se nota desde las primeras páginas. Esa sensibilidad especial es lo que hace que esta novela merezca la pena.
También hay espacio para el humor: un humor muy, muy británico. Demasiado para mi gusto. Quizá ello contribuyera que no le acabara de coger el tranquillo a la lectura.

Lo que sí me gustó de 'La sociedad literaria y el pastel de patata de Guernsey' fue que la autora dedicara una mención especial a 'Cumbres borrascosas', de Emily Brontë. La protagonista comenta que leyó este clásico en su juventud y que al comienzo no le gustó demasiado hasta que llega el momento en que aparece el fantasma de Cathy por la ventana. Entonces, a partir de ese punto, comenzó a disfrutar de la lectura, y de qué manera. 
A mi me sucedió exactamente igual y por eso me ha gustado leer ese fragmento y comprobar que no he sido la única a la que se le ha atragantado un poco la obra de la famosa autora británica.

A medida que 'La sociedad literaria y el pastel de patata de Guernsey' avanzaba, me iba enganchando un poco más. El argumento gira en torno a una serie de hechos que acontecieron durante la segunda Guerra Mundial en la isla de Guernesy. Gracias a las cartas de distintos personajes, el lector puede conocer las dos caras de una misma historia, tan diferentes entre sí. En pocas novelas existe más de un punto de vista, y toparme con distintas perspectivas me ha gustado y le ha aportado mayor profundidad a la obra.

Aunque la protagonista es Juliet, se podría decir que 'La sociedad literaria y el pastel de patata de Guernsey' es una novela coral. Intervienen muchos personajes, y cada uno interviene sin destacar por encima de otro. 
Uno de los puntos débiles de la novela es que apenas hay diferencias de carácter formal o de estilo entre las epístolas de unos y otros. Sí, existen ciertos matices que de vez en cuando la autora deja caer, pero por lo general la manera de narrar es la misma en todas las cartas, y si no llega a ser porque lo pone al principio de cada misiva, costaría saber quién escribe a quién. De hecho, a medida que aumenta el número de personajes esta uniformidad se hace cada vez más patente.

Que nadie espere encontrar en esta novela una trama alegre: las historias que encierran las cartas son bastante escalofriantes en ocasiones. Aunque el pasado pone distancia psicológica y emocional a ojos del lector, esto no impide sentir, a medida que avanza la lectura, una especie de nudo en el estómago en determinados pasajes. Se nota el gran trabajo que hay detrás de  'La sociedad literaria y el pastel de patata de Guernsey'. Su autora, Mary Ann Shaffer, se documentó muy bien a la hora de escribirla, de eso no hay duda.

El mensaje principal que desea trasmitir la autora con esta novela es alegre, esperanzador. Insta al lector a ver siempre el lado bueno de cada suceso, a seguir adelante pese a todo. La guerra trajo innumerables desgracias a todos los personajes de 'La sociedad literaria y el pastel de patata de Guernsey', pero la mayoría de ellos logra avanzar, cada uno a su manera.


La segunda parte de la obra es más amena e interesante que la primera. No voy a mencionar los motivos que provocan este hecho porque no quiero desvelar ningún detalle de la trama, pero así me lo pareció a mi. Algunas de las historias son bastante interesantes, pero por desgracia son la minoría. 'La sociedad literaria y el pastel de patata de Guernsey' es una novela que se lee rápido: la terminé en dos días, sobre todo alentada por descubrir qué pasaba al final. 

Algunas partes de la trama son predecibles, pero me sorprendió descubrir un par de detalles que no me esperaba. El final no está mal, pero no me ha convencido del todo. 

Conclusión

'La sociedad literaria y el pastel de patata de Guernsey' va a gustar únicamente a cierto tipo de lectores, con un gusto literario muy determinado y una sensibilidad concreta. Si uno siente que pertenece a este grupo, debería intentarlo con esta novela. Si no, no la recomendaría.
Supongo que no todas las novelas están hechas para todo tipo de lectores, y a mi esta no me ha convencidoDefinitivamente, el modo en que está escrita marca la diferencia, tanto para bien como para mal: el género epistolar puede hacer sentir muy cómodo a un lector, e incómodo a otro. Por desgracia, pertenezco al segundo grupo.

Valoración: 6,5/10
¿Recomendada?: .
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