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viernes, 30 de junio de 2017

Las cuatro estaciones del amor, Grégoire Delacourt








Maeva, 2.016
Premios: ninguno.
Precio: 9,90 (en edición de bolsillo)
Adquisición: intercambio.









El autor

Ya presenté al autor, el francés Grégoire Delacourt, en la reseña de 'La lista de mis deseos'.

Sinopsis

Louis tiene 15 años y está locamente enamorado de Victoire, de 13. Tendrá que esperar a que ella crezca para que pueda corresponder a sus sentimientos. Pero la madurez no siempre conlleva los resultados esperados. Isabelle creyó enloquecer de dolor cuando su marido la abandonó, y no ha logrado superarlo. Pero cuando rescata a un hombre que está a punto de ahogarse, comprende que hay amores mucho más grandes que el suyo. Monique ha cuidado de su familia a lo largo de más de veinte años de matrimonio, pero ahora que sus hijos son mayores, decide abandonar a su marido y empezar de nuevo. Rosa y Pierre se conocieron durante la guerra y juraron que jamás vivirían separados. Cuando la vejez comienza a hacer estragos deciden irse de este mundo tal y como han vivido: juntos.

Mi crítica

No recuerdo muy bien qué impulsó a hacerme con este libro. Tras haber leído 'La lista de mis deseos', obra cuyo recuerdo no me causa a estas alturas ni frío ni calor, era de suponer que no tendría muchas ganas de volver a probar con el autor. O quizá sí, en el caso de que un nuevo título viniese recomendado por una legión de reseñas positivas. No ha sido el caso, y me temo que esta adquisición fue fruto de un intercambio del que ahora no sé si arrepentirme.

Si llegué a disfrutar con 'La lista de mis deseos' en su día, definitivamente esto no se ha vuelto a repetir en 'Las cuatro estaciones del amor'. A pesar de su corta extensión, la lectura se me ha atragantado hasta el punto en que me ha costado terminarla. En esta obra, compuesta realmente por cuatro relatos, cada estación del año está representada por un estadio de la vida en que el amor se convierte en lo más esencial. 

Si bien esta idea en principio suena bien, a mi juicio el autor no consigue que sus historias resulten lo suficientemente atractivas. Ni de broma me atrevería a calificar estos relatos de profundamente conmovedores como puede leerse en la contraportada. Tampoco ayuda el hecho de que haya continuas referencias a cantantes, actores, atrices y poetas franceses, ya que un lector medio de cualquier otro país se pierde entre tantas menciones de las que no tiene absolutamente ninguna idea. 

Hay fragmentos de canciones y poesías francesas que aparecen con bastante regularidad y que, admito, terminaron por minar mi paciencia. Particularmente no tolero muy bien la combinación prosa-música porque prefiero ser yo como lectora quien escoja la música con la que decido acompañar (o no) la novela. Si viene impuesta y además se trata de canciones que jamás he escuchado, y dudo que lo haga, la sensación de que el binomio está forzado en exceso es todavía mayor.

El estilo narrativo de Grégoire Delacourt es el mismo que recuerdo de 'La lista de mis deseos'. Sencillo, sin demasiados adornos, y en cierto sentido poético pero al mismo tiempo minimalista. Cada relato ronda las cincuenta páginas y los personajes están relacionados entre sí a pesar de ser tan distintos. La acción se desarrolla en la misma parte de la costa francesa y en el mismo lapso de tiempo: el verano del año 1.999.

No soy muy amiga de los relatos y esa es otra de las razones por las que no he podido disfrutar de 'Las cuatro estaciones del amor'. Además, el tono que destilan y el destino que corren algunos personajes no me ha convencido en absoluto. Hubiese quizá preferido otro tipo de temática, otro tipo de conexión que establecer entre los personajes. Si tengo que escoger, me quedo con el relato que protagoniza la madre de Victoire.

Para no mencionar únicamente aspectos negativos que he podido hallar en el libro, he de reconocer que el autor es capaz de meterse con bastante acierto en la piel de los personajes para narrar en primera persona sentimientos y sensaciones que a mi juicio no son tan fáciles de recrear. Todas las historias están contadas desde la perspectiva de cada uno de los protagonistas, sin embargo, no todos los personajes están desarrollados al mismo nivel, y es una pena que no esté presente una evolución clara en ellos a lo largo de las páginas. Las últimas páginas del libro son utilizadas para cerrar cada una de las historias, unas con mayor y otras con menor atino, pero todas tienen un cierre, algo que me ha gustado comprobar. 

Conclusión

Este es un drama genuinamente francés: a quien le guste su cultura, sus gentes, sus peculiaridades... encontrará este libro delicioso. En caso contrario, recomiendo no acercarse a este libro. En líneas generales lo cierto es que no me ha gustado, se me ha hecho largo y ni siquiera es una novela en sí. Solo aconsejaría su lectura a los verdaderos fans de Grégoire Delacourt.

¿Recomendada?: No.

jueves, 12 de junio de 2014

La lista de mis deseos, Grégoire Delacourt








Maeva, 2.013
Premios: ninguno.
Precio: 14,90 €
Adquisición: intercambio









“Solo en los libros se puede cambiar de vida. Se puede tachar una palabra entera. Hacer desaparecer el peso de las cosas. Borrar las bajezas y, al final de una frase, encontrarse de pronto en el fin del mundo.”

El autor

Grégoire Delacourt es un escritor francés nacido en 1.960. Es sobre todo conocido por su trabajo como publicista para empresas como Apple, Sephora o Gallimard. Sin embargo, tampoco se le dio mal su primera toma de contacto con el mundo literario ya que Grégoire Delacourt logró un gran éxito con su primer libro, 'L'Écrivain de la famille', con el que ganó premios como el Marcel Pagnol o el Coeur de France. En 2.013 se publicó su primera novela en castellano, 'La lista de mis deseos'.

Sinopsis

Jocelyne regenta su propia mercería en una pequeña ciudad francesa, y escribe un blog sobre costura y manualidades. Sus mejores amigas son las gemelas propietarias del salón de belleza vecino. Su marido, Jocelyn, es de lo más normalito, y sus dos hijos ya no viven en casa. En este punto de su vida no puede evitar sentir cierta nostalgia al pensar en sus ya caducas ilusiones de juventud, cuando soñaba con ser modista en París. Cuando las gemelas la convencen para que juegue al Euromillón, decide empezar a escribir una lista enumerando todos sus deseos.

Mi crítica

No tenía demasiadas esperanzas puestas en esta novela porque había leído reseñas no demasiado entusiastas. Lo conseguí en un intercambio hacía ya tiempo y creí que ya iba siendo hora de que le llegara el turno de pasar por mis manos en una lectura. Quería comprobar si era cierto lo que muchos afirmaban en sus críticas y como se trata de una novela corta, no me dio pereza comenzar a leerlo.

'La lista de mis deseos' está protagonizado por la dueña de una mercería de una ciudad francesa. Está atravesando una especie de crisis de la mediana edad. Pocas cosas le agradan de su vida, pocas han ido como ella hubiese esperado o deseado. La frustración hace que la novela comience barnizada por un tono ligeramente pesimista.

El estilo narrativo de Grégoire Delacourt es sencillo: tanto sus palabras como sus frases, cortas. El dinero en grandes cantidades va acompañado es la incógnita en torno al cual gira la acción. Lo que se puede comprar con él o no, de lo tangible y lo intangible. Es una lectura agradable que trata temas interesantes, pero tengo la sensación de que el autor no termina de rematar las ideas: le falta algo a esta novela para ser redonda, sobre todo en su primera mitad.

No sé si será culpa de la protagonista, con la que no termino de congeniar y ni siquiera sabría decir por qué, pero la manera en que reflexiona sobre la riqueza material y la espiritual (amor, compromiso, fildelidad...) es, a mi modo de ver, un tanto simple. Esto no tiene por qué ser negativo en el sentido estricto del término. Sin embargo, piensa sobre muchas cosas diferentes, de temas diversos: el hilo conductor no está demasiado definido, sobre todo teniendo en cuenta la poca extensión de la obra. El autor parece divagar a través de su protagonista y esta característica de la novela no me terminó de convencer.

'La lista de mis deseos' podría haber dado más de sí, pues como he mencionado anteriormente, durante la primera parte de la novela no sucede apenas nada y toda la atención del lector ha de centrarse en la protagonista y sus reflexiones. El dinero cambia a las personas, incluyendo a aquellas que creemos conocer: esa es la idea principal que se extrae de esta obra. Por ello, cuando se introduce esta conclusión, pude disfrutar mucho más de la obra a partir de dicho momento. Me convenció mucho más la segunda parte que la primera: se vuelve más interesante.

El punto de vista, que hasta entonces siempre había permanecido junto a Jocelyne, la dueña de la mercería, cambia y se muestra al lector la “otra cara de la historia”. Considero que esto es todo un acierto que salva a la obra de Grégoire Delacourt de caer un poco en la mediocridad. El ritmo es más dinámico en esta segunda mitad, pero ahora que he terminado la novela y puedo analizarla con perspectiva, creo que era necesario que la acción discurriera más lenta al principio para que el detonante y el final pudieran causar ese efecto en el lector.

La dueña de la mercería es el personaje que más desarrollado está de la novela con mucha diferencia, pese a que la acción se centre en otra figura a partir de cierto punto. El mensaje que transmite el autor es mucho más importante que cualquier otro elemento que configura la obra. El final también lo protagoniza ella y me ha gustado, la verdad, considero que quizás algo podría haber cambiado para que fuese perfecto, pero la esencia hubiera sido la misma que la original.

Conclusión

La novela es un tanto melancólica y fui notando cómo me invadía esta sensación a medida que iba dejando las páginas atrás. El poso que deja la lectura no es del todo agradable pero se compensa con el hecho de que te hace reflexionar. Considero que gustará a aquellos que se sientan atraídos por el mensaje que transmite.

La verdad es que me parece una lectura recomendable que me ha gustado. La moraleja que se podría extraer de 'La lista de mis deseos' es que el dinero no trae necesariamente la felicidad, a veces todo lo contrario. Es una novela que se lee en seguida y que se puede disfrutar pese al poso melancólico que deja. Eso sí: no aconsejaría acercarse a la obra con las expectativas demasiado elevadas por si acaso. Quizá mi falta de ellas ha jugado un papel decisivo en mi valoración de la novela, pero lo cierto es que va de menos a más y eso siempre para mi será un punto positivo.

Valoración: 7/10
¿Recomendada?: .
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