lunes, 21 de marzo de 2016

La otra mecanógrafa, Suzanne Rindell







Lumen, 2.013
Premios: ninguno.
Precio: 21,90 €
Adquisición: librería de segunda mano.









La autora

Suzanne Rindell es una autora norteamericana poseedora de un doctorado en literatura moderna por la universidad de Rice. Su primera novela es 'La otra mecanógrafa', y salió a la luz en 2.013. Ha sido traducida a quince lenguas y está en fase de ser adaptada a la gran pantalla teniendo a Keira Knightley como protagonista. Su segunda novela saldrá este año, 2.016. Actualmente vive en Nueva York aunque creció al otro lado del país, en California. Comenzó en el mundo de la literatura teniendo un trabajo a tiempo parcial en una agencia, más tarde se convirtió en un trabajo a tiempo completo mientras escribía su primera novela en las horas libres. Según sus propias palabras, escribió la novela que le hubiese encantado leer entre las que aparecían cada mañana en la pila de manuscritos entregados.

Sinopsis

En 1.922, en la comisaría del distrito del Lower East Side, en Nueva York, transcurre al ritmo impuesto por una nueva ley que prohíbe la producción, venta y transporte de bebidas alcohólicas. El trabajo se va acumulando, pero Rose Baker no se queja: es mecanógrafa de profesión y su tarea consiste en escuchar y reproducir fielmente las palabras de los criminales que cada día desfilan por el edificio. Todo cambia la mañana en que Odalie entra a formar parte del equipo. Su mirada fascina a hombres y mujeres, y Rose cae en sus redes, viviendo con ella los placeres ocultos que reserva la ciudad de Nueva York a quien sabe disfrutar de lo bueno.

Mi crítica

Pensé que iba a encontrarme algo totalmente diferente. Esta vez, confieso que toda la culpa es mía: una vez saqué 'La otra mecanógrafa' de mi lista de deseos, me despreocupé por ella hasta que le llegó su turno, incluso me olvidé de los motivos por los cuales un día quise leerla. Aparte de una reseña positiva, no hay más razones. No contrasté aquella opinión con otros análisis y lo que he hallado finalmente no ha alcanzado ni siquiera a colmar unos mínimos.

La sinopsis me pareció atractiva: años veinte, Nueva York. La Ley Seca está en plena vigencia, al igual que la incorporación de la mujer a un mercado laboral sin precedentes femeninos. Rose es mecanógrafa en una comisaría y es la encargada de narrar en primera persona y bajo su perspectiva todo lo que acontece. Sin embargo, en seguida queda relegada a un segundo plano cuando entra en escena una compañera, Odalie. Arrebatadora y con un don para manipular a los demás fuera de lo común, revolucionará la ordenada pero al mismo tiempo aburrida vida de Rose.

El personaje de Odalie ha ido mejorando según avanzaban las páginas. Curiosamente, el resto ha permanecido igual o ha ido languideciendo bajo la luz de su encanto. En un primer momento no me ha resultado tan cautivador como la autora se ha empeñado en hacer ver. Sin embargo, es cierto que poco a poco gana consistencia. Eso sucede también con la acción narrativa: progresivamente adquiere mayor cuerpo, pero hasta que eso sucede a un nivel a mi juicio aceptable transcurren demasiadas páginas. Bajo mi punto de vista, este es el principal problema de la novela.

El estilo narrativo que empela Suzanne Rindell me ha sorprendido por la relativa riqueza visual con la que la autora describe ambientes, lugares pero sobre todo, personajes a nivel físico. Sin embargo, esta alabanza no compensa el hecho de que, en mi opinión, la trama carezca de atractivo en los primeros capítulos. Suzanne Rindell prioriza la contextualización dejando de lado otros elementos, como el diálogo. Quizá de otro modo el ritmo hubiese sido mucho menos fluido. Además, algo que he echado terriblemente de menos a lo largo de casi toda la novela ha sido mayor acción. 'La otra mecanógrafa' la pide a gritos.

La llegada a comisaría de la otra mecanógrafa, es decir, Odalie, eclipsa a Rose, que hasta ese momento había sido la más destacada de entre sus compañeras. Odalie hace destacar las carencias, pero también las virtudes, de Rose. Odalie es todo lo que ella no es, y se convierte poco a poco en un modelo a seguir, en alguien a quien admirar. Comportamiento, actitud, vestimenta, seguridad en sí misma. Mientras leía la novela no podía evitar imaginarme a Rose y Odalie como dos divisiones de un mismo todo: el ying y el yang de un personaje escindido en dos para dar el mayor juego narrativo posible. Esta dualidad es, sin duda, lo mejor y más destacable de la novela.

El carácter de Rose me hastió un poco. Es cierto que Suzanne Rindell hace un gran trabajo con ella, remarcando su ingenuidad y su mentalidad que entiendo sería típica de aquellos años. Se deja llevar con demasiada facilidad, y esto lo aprovecha Odalie, cuya inocencia dejó atrás hace años. En una amistad superficial (al menos por una parte), en la que nada es lo que parece y toda muestra de afecto tiene una segunda motivación escondida, me hubiese gustado que Rose fuese menos gris. Sin embargo, no podría haber sido de otra manera ya que Odalie tiene que destacar. Bajo mi punto de vista, de hecho, destaca tanto que queda muy por encima del resto de personajes de 'La otra mecanógrafa'. No logré sentir empatía o afecto por ninguno, mucho menos por Odalie.

Es cierto, no obstante, que la novela comienza a ponerse interesante a partir del ecuador de la misma. Rose comienza a tener conflictos morales debido a los caminos por los que se deja llevar de la mano de Odalie. Cuando se quiere dar cuenta, Rose ha caído en la tela de araña que tan cuidadosamente su amiga ha tejido para ella. Sinceramente, me dio rabia comprobar que tuve que esperar hasta la mitad del libro (y se dice pronto, la mitad), para que la trama despegase y hubiese interés genuino a la hora de continuar.

Conclusión

A pesar de ello, el ritmo sigue siendo lento y la acción todavía era algo que particularmente echaba de menos. El juego que crea Odalie para que Rose se vuelva su marioneta poco a poco se convierte en el del gato y el ratón. 'La otra mecanógrafa' mejora considerablemente exponiendo esta manipulación psicológica que logra establecer Odalie con su presa. Sin embargo, esperar la mitad del libro para ser testigos de ello, considero que no merece la pena. Es por ello que no puedo recomendar este libro. No me cierro en banda y quizá vuelva a dar una oportunidad a Suzanne Rindell en un futuro, pero no volveré a tomarme a la ligera la tarea de apuntar un título en la lista de deseos. No vaya a ser que se cumplan.

¿Recomendada?: No.

10 comentarios:

  1. Pues nada la vamos a dejar pasar. Un beso ;)

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  2. Pues me parece que definitivamente no voy a leerla. Yo la tenía por mi ebook ahí esperando porque cuando leí la sinopsis también me atrajo la trama de los años y la ley seca, pero revisando mi aparato y al verlo de nuevo, ya no me convencía tanto. Y ahora leyendo tu reseña... Creo que lo dejo pasar, a no ser que me de el venazo.

    Un saludo.

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  3. Leída tu reseña, la quito de mi lista de pendientes para hacer hueco a alguna otra novela.

    Saludines

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  4. Pues vaya, me hice con ella a raíz de una reseña y ahora ya no sé si hice bien...

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  5. A mí me encantó. La leí hace un par de años y fue una de mis mejores lecturas de ese año.
    Besos.

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  6. Pues yo la tengo pendiente en la estantería así que imagino que en algún momento le llegará el turno de lectura
    Besos

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  7. Recuerdo que me llamó cuando salió pero que varias reseñas me quitaron las ganas de leerla, y ahora veo que tal vez hice bien.

    Un besito.

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  8. Me llama la atención, aunque he leído de todo sobre ella...

    Besotes

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  9. Vaya! Que pena que no te haya convencido. La tengo pendiente y la leeré que he visto otras reseñas que si me convencieron
    Besos

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  10. A mí también me parecía atractiva la sinopsis en su momento, pero vi varias reseñas contradictorias de esas que me dejan sin saber muy bien qué hacer. Así que le he dejado libertad, si se cruza en mi camino quizás lo intente. Y entonces comprobaré si consigo llegar a la mitad del libro o lo abandono antes...

    Un abrazo

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