sábado, 13 de septiembre de 2014

La casa de la gobernaora, Carlos Martos Sánchez







Cultivalibros, 2.014
Premios: ninguno.
Precio: 0,86 en formato ebook
Adquisición: envío del autor










El autor

Carlos Enrique Martos Sánchez es un autor nacido en Barcelona en 1.957. En 1.973 comienza a trabajar en una importante entidad financiera, donde desarrollará su carrera profesional ocupando diferentes cargos de responsabilidad. Su actividad profesional si bien nunca le ha apartado de su vocación literaria, sí le ha dejado poco tiempo para su dedicación. Muy perfeccionista en su estilo, requiere del tiempo necesario hasta dar por bueno un escrito. Su primera novela 'La Casa de la Gobernaora', es el fruto de casi dos años de investigación y redacción. Viajero empedernido, gusta de plasmar en sus historias aquellos lugares que ha conocido o si la historia lo requiere se traslada al lugar para sentir in situ lo que le rodea y luego plasmarlo en el papel. En la actualidad está escribiendo su segunda novela ambientada en Sevilla.

Sinopsis

La Casa de la Gobernaora son dos historias intercaladas. La primera se desarrolla en Buenos Aires en 1.861. Sentimientos como el amor, la amistad o el honor brotan a flor de piel haciendo a los personajes vulnerables a su propio destino. La segunda transcurre en el sur de España en el año 1.846. Narra la bella historia de amor entre Manuel de Medina y Margareth O´Neal, Maggie para los amigos. Poblaciones como Cádiz, Jerez y El Puerto de santa María, forman el escenario de esta delicada narración, llena de pasión y amor maduro. Pero no todo es tan sencillo, los personajes tienen un pasado que no perdona. Merece destacar la meticulosa descripción de los lugares donde se desarrollan los hechos que parece transportarnos a otra época.

Mi crítica

La sinopsis de esta novela me llamó la atención desde el primer momento. No he leído muchas novelas ambientadas en el Cono Sur americano, y con 'La casa de la gobernaora' se me dio la oportunidad de quitarme esa espinita. Tras finalizar la lectura, debo adelantar que ha habido elementos de esta novela que me han gustado y otros que no me han convencido tanto. He aquí mis impresiones.

El comienzo de la obra me gustó, si bien al superar el centenar de páginas comencé a acusar un ritmo menos ágil de lo que me gustaría, y esa sensación me fue acompañando el resto de la novela. Carlos Martos Sánchez ha realizado una extraordinaria labor documental para escribir 'La casa de la gobernaora' y es algo de lo que debe estar orgulloso. Sin embargo, el nivel de detalle que se aprecia en la descripción de ambientes, lugares y épocas hace que la cadencia narrativa se ralentice. En ocasiones, estas pequeñas píldoras de historia me ayudaban a comprender el contexto histórico en el que se asienta la trama, pero también me sacaban de la misma.

No sé si ha sido debido a la ausencia de la figura de un corrector, a fallos de imprenta o a descuidos, pero en 'La casa de la gobernaora' he hallado faltas de ortografía que en mi opinión deberían ser revisadas de cara a futuras ediciones.
Hay dos elementos en la novela de Carlos Martos Sánchez que me han gustado mucho. Uno de ellos es la casa de la gobernaora. De hecho, he podido ver fotografías de la casa, que existe en realidad, y comprendo perfectamente por qué el autor se sintió inspirado por aquel lugar para escribir una historia sobre el mismo. El otro elemento que me ha gustado mucho ha sido el misterio que rodea la muerte del tío del protagonista.

Los personajes me han convencido en su mayoría, pero tampoco me han impresionado como pensé que lo harían. Es en ellos donde se encuentra, en mi opinión, la influencia más palpable de las obras publicadas en el siglo XIX. Una de las más veladas, 'Madame Bovary' de Gustave Flaubert. 

Creo que en los diálogos es donde Carlos Martos Sánchez esconde su punto fuerte. 'La casa de la gobernaora' avanza sobre todo gracias a ellos. Son en general muy dinámicos, es el elemento que hace que la acción realmente avance. De hecho, el uso de la elipsis es algo que en mi opinión no está bien llevado en la novela y esto también afecta al ritmo. Pongamos por ejemplo que el personaje A habla con el personaje B. Luego A traslada a un tercer personaje (C), lo que ha derivado de dicha conversación. El lector debe "procesar" por partida doble esa información cuando la segunda vez es reiterativa.

Las historias de amor encerradas en esta novela en general me han gustado, aunque unas más que otras. Por ejemplo, la que más me ha convencido es la pareja formada por Leonor y Lucas, sobre todo debido a las circunstancias en que su historia comienza. En cambio, la de Manuel y Margareth me ha parecido demasiado fácil, sin complicaciones ni sobresaltos, al menos al principio.

Me ha gustado que la casa de la gobernaora tenga tanta importancia, casi como un personaje más, pero hubiera deseado que su relevancia fuera todavía más palpable. No olvidemos que ese lugar otorga el título a la novela. Me hubiese gustado que la esencia de la obra estuviese más condensada, que el número de páginas fuese menor, bajo mi punto de vista esto habría logrado crear una novela más redonda. He echado en falta más misterio aun, más acción aun, más romance aun. No es que haya poco, pero quería más. Por ejemplo, cuando Lucas urde la última y definitiva operación para atrapar a los antagonistas con la ayuda del comisario, este pasaje tarda mucho en materializarse, y se pierde parte de la expectación por el camino, en los exhaustivos preparativos de la misión. Si bien es cierto que luego la espera merece la pena, no me gusta tener la sensación de estar aguardando algo.

El final me ha gustado, cómo se cierra todo sin dejar cabos sueltos, y el tipo de cierre que ha escogido Carlos Martos Sánchez para su novela pienso que es el acertado. 

Conclusión

Considero que los aficionados a la novela histórica pueden encontrar ratos de entretenimiento en 'La casa de la gobernaora'. El autor está preparando la segunda parte de esta novela, y si tengo algún día la oportunidad de leerla espero encontrar en ella una evolución en su prosa, más depurada, más condensada. Confío en que mis impresiones puedan servirles tanto a aquellos que estén pensando en leer la novela de Carlos Martos Sánchez, como al autor mismo. A la pregunta de si me ha gustado 'La casa de la gobernaora' contestaría: "sí, pero...".

miércoles, 10 de septiembre de 2014

Dulce exilio, Alison McLeay







Ediciones B, 1.998 (primera edición 1.991)
Premios: ninguno.
Precio: descatalogado.
Adquisición: a través de eBay









La autora

Poca es la información que se puede hallar en internet sobre Alison McLeay. Fue una escritora escocesa nacida en 1.949 y fallecida en 1.998. Fue conocida por sus novelas románticas e históricas, entre ellas destaca 'Dulce exilio', además de por su trabajo como presentadora de radio y productora de programas en medios como la BBC.

Sinopsis

Corre el año 1.862. En Estados Unidos acaba de estallar la guerra de Secesión y Kate Summerbee, cuya existencia se ha limitado a recorrer las aguas del Misisipi el el vapor en el que vive con su padre, está a punto de cumplir diecisiete años. Una noche en que los campos de algodón de Nueva Orleans arden, Kate cae en brazos de un extranjero que le hará conocer la pasión por primera vez. Provista tan sólo de coraje y unas pocas monedas, seguirá a ese hombre, que encarna todos sus sueños, hasta Inglaterra

Mi crítica

A veces una no debe hacer caso a sus impulsos: me dejé llevar y compré esta novela en eBay tentada por su buen precio. Me apetecía leer una historia ambientada en Estados Unidos, en plena guerra de Secesión. Sí, de nuevo el encanto de 'Lo que el viento se llevó' tuvo la culpa otra vez. Tampoco esta vez la novela ha estado a la altura de mis expectativas. Quería quitarme la espinita que se me quedó dentro tras leer 'Mentiras y secretos', de Kathleen Woodiwiss. Si bien es cierto que tanto por la trama como por el carácter de la protagonista la novela de Alison McLeay está más cerca de la obra de Margaret Mitchell de lo que 'Mentiras y secretos' estará nunca, ninguna tiene nada que ver. Una pena. No quiero terminar siendo gafe con este tipo de novelas, espero que a la tercera vaya la vencida y me pueda reconciliar con ellas.

La protagonista de 'Dulce exilio' es Katherine, una muchacha de dicisiete años que vive en un barco con un padre déspota y borracho. Este personaje, el del progenitor, nunca me convenció pues Alison McLeay le pinta demasiado extremo. Con la protagonista he tenido mis más y mis menos, pues si bien es cierto que se aprecia una clara evolución en su personaje a lo largo de la novela, nunca me ha parecido que se me diese la oportunidad de conocerla del todo.

El comienzo es duro para el lector, sobre todo teniendo en cuenta que estamos hablando de una novela romántica. La acción tarda en asentarse, la trama, tarda en despegar. A pesar de que 'Dulce exilio' sea una obra de setecientas páginas, desde luego afecta a la lectura un comienzo tan lento. Nunca sentí que estuviera enganchada ni realmente intrigada por continuar, en ningún momento.

A pesar de este panorama tan poco halagüeño, debo reconocer que a partir de cierto acontecimiento la cosa se vuelve mucho más interesante: hay más acción y más diálogo, y menos descripciones de paisaje interminables. Es entonces cuando la acción se traslada a Inglaterra.

La estructura y desarrollo de esta novela son un tanto extraños. En otras novelas románticas de corte histórico que he podido leer, la acción seguía un camino muy marcado. No es el caso de 'Dulce exilio'. De hecho, no sé todavía, una vez finalizada su lectura, quién es el verdadero protagonista masculino. La trama no es para nada predecible y nunca supe por dónde iban a ir los tiros, Alison McLeay me tenía totalmente despistada.

La suerte va cambiando de bando a lo largo de los años que abarca la novela: en ocasiones, Katherine tendrá una suerte desmedida y en otros, atravesará por situaciones muy duras. La protagonista, durante numerosas páginas, se encuentra tan perdida como el lector, dando tumbos de un lado para otro, hasta que finalmente puede encontrar su sitio.

A raíz de la desaparición de cierto personaje bastante relevante, lo que sucede entonces apenas deja espacio para la lógica y la verosimilitud, incluso en el alocado universo que Alison McLeay ha creado. La redención y cambio de otro de los personajes más importantes, Matthew, y el reencuentro con Katherine podrían haber dado mucho más de sí. Aun así, he de reconocer que estos pasajes me han divertido.

Por lo demás, poco hay rescatable: 'Dulce exilio' es prescindible, inverosímil, con un par de momentos o tres que entretienen. Todo esto, en setecientas páginas, convierte a la novela de Alison McLeay en una lectura no recomendable. Encierra una historia de amor muy peculiar, pero no demasiado atractiva. Además, aún queda lugar para las revanchas, y las vueltas que puede llegar a dar la vida, pero aun así, no me ha convencido en absoluto.

Conclusión

'Dulce exilio' es un libro tremendablemente largo, que se hace eterno. Setecientas páginas para una historia desarrollada así es demasiado, es casi una epopeya. Su equivalente cinematográfico podría ser uno de esos telefilmes baratos que ponen después de comer y con los que uno aprovecha para echarse la siesta. Si hubiesen querido editar 'Dulce exilio' hoy en día, a la autora le habrían exigido dividir la novela en tres partes para crear tres volúmenes independientes y así crear una trilogía, no me cabe la menor duda. 

No recomiendo la lectura de esta novela, ni siquiera a los amantes del género romántico. No tengo en mente volver a repetir con la autora, con lo que he tenido me basta y me sobra. Esto debo tomarlo como lección, tratando de no volverme a guiar por impulsos, tan solo por mi instinto. Este falla menos.

Valoración: 5/10
¿Recomendada?: No.

domingo, 7 de septiembre de 2014

El amor no es un verso libre, Susana Fortes








Suma de Letras, 2.013
Premios: ninguno.
Precio: 16 € (8,99 € en edición de bolsillo)
Adquisición: a través de eBay








La autora

Ya presenté a la autora, la gallega Susana Fortes, en la reseña de 'El azar de Laura Ulloa'.

Sinopsis

Madrid, 1.935. La norteamericana Kate Moore llega a la Residencia de Estudiantes, lugar en el que se reúne la flor y nata de la intelectualidad republicana, con el fin de ampliar sus estudios de literatura española. El profesor Díaz-Ugarte es el encargado de guiar sus primeros pasos en un mundo en el que brillan no solo artistas, músicos, poetas, dandis, soñadores y estudiantes, sino también arribistas inmersos en turbios negocios. Esa atmósfera, en apariencia glamurosa y cristalina, estalla de pronto cuando el cadáver de un alumno aparece flotando en un canal de riego próximo. Entre Kate y Díaz-Ugarte, a quien la vida coloca en una difícil encrucijada, surge un amor tan apasionado como prohibido que discurre paralelo a la sombra del crimen. Los protagonistas se ven envueltos en una telaraña de intrigas, escándalos y secretos de estado que puede costarles la vida.

Mi crítica

Esta podría haber sido mi "reconciliación" con Susana Fortes, pero desafortunadamente no ha sido así. No me convenció en 'El azar de Laura Ulloa' y no me ha convencido en 'El amor no es un verso libre'. La sinopsis me llamó la atención y al ver la novela tan barata en eBay, decidí comprarla. Siempre me han atraído las historias ambientadas entre la II República y la Guerra Civil, sobre todo si aparece algún personaje que habitó en la residencia de estudiantes de aquel Madrid tan liberal y tan repleto de talento como fue el de aquella época. La protagonista, Kate, tiene la oportunidad de coincidir y conocer a Lorca, Alberti, Buñuel y Dalí, entre otros.

Además, la trama encierra un misterio, ya que uno de los estudiantes aparece muerto en un canal. Kate no podrá evitar inmiscuirse en esta historia y tratar de averiguar quién está detrás del asesinato. Esto podrá acarrearle consecuencias graves. La protagonista es una norteamericana que se ha trasladado a Madrid para estudiar literatura española. Uno de sus profesores, Álvaro Díaz-Ugarte se acercará a ella en lo que se termina convirtiendo en un arriesgado juego de detectives.

Hasta aquí, todo bien. Lo malo es que todo se complica en la ejecución, pues a mi juicio el conjunto deja que desear. Para empezar, el ritmo es irregular: a ratos, aceptable; a ratos, lento. Me gustó en general la ambientación, y es algo que rescato para destacarlo de manera positiva en 'El amor no es un verso libre': un estilo narrativo que particularmente me gusta mucho, exquisito. Sin embargo, aquí terminan mis alabanzas, pues estas descripciones también entorpecen el devenir de la lectura y eso afecta gradualmente a una obra que no supera apenas las trescientas páginas.

Tampoco considero que la autora haya estado muy fina a la hora de materializar el romance que surge entre la protagonista y el profesor: no tiene ni pies ni cabeza, en mi opinión. Todo surge muy de prisa, y se consolida igualmente rápido. Kate y Álvaro no tienen ninguna química en absoluto, al menos esa es la sensación que a mi me ha dado. Esta subtrama amorosa a mi juicio está muy desaprovechada: no hay pasión verdadera, aunque se supone que sí. Es extraño, porque a pesar de que la autora intenta crear el escenario contrario, a mi me ha parecido todo muy frío.

A aquellas alturas, me costaba un poco continuar con la lectura pues no estaba para nada enganchada a ella, y además tenía la impresión de que la trama iba un poco a la deriva, es lo mismo que experimenté que con 'La melancolía de los hombres pájaro'. Los caracteres de los protagonistas están bien trazados, sin embargo no he conseguido sentir empatía hacia ninguno de los dos. Esto hizo que tampoco pudiera meterme de lleno en la lectura en ningún momento.

El final tampoco me ha gustado: lo que le sucede a Kate durante sus últimos meses de estancia en España y las vagas explicaciones que se dan después me dejaron fría. El misterio que rodea la muerte del estudiante queda más o menos resuelto, pero nunca me pareció que aquella subtrama estuviera cerrada del todo. Tantas incógnitas que después se quedan en poco menos que nada. El desenlace parece sacado de la manga de la autora: cobran protagonismo personajes que hasta ese momento apenas habían sido nombrados, y eso no me gustó. Todo termina demasiado bien teniendo en cuenta el lío en que se meten tanto Álvaro como Kate y las circunstancias de la época, en mi opinión.

Conclusión

Tras este par de experiencias con Susana Fortes, en mi opinión es una autora que se maneja muy bien en las distancias cortas (algunos pasajes realmente consiguen trasladar al lector al Madrid de mediados de los años treinta), pero que flaquea bastante en las largas. El desarrollo de la novela no ha estado a la altura, una sinopsis que prometía termina convirtiéndose en agua de borrajas.

Lo mejor de 'El amor no es un verso libre' es su ambientación y el estilo narrativo de Susana Fortes. El Madrid convulso y al mismo tiempo apasionado de finales de la II República siempre me llamará la atención y seguiré leyendo novelas que se asienten en esta época. No recomiendo leer esta novela, las hay mucho mejores.

Valoración: 6/10
¿Recomendada?: No.

jueves, 4 de septiembre de 2014

En mis estanterías: agosto 2.014 (IMM/Book Haul): Vlog

Hoy os traigo un nuevo resumen de las lecturas que acumulé el pasado mes de agosto, de nuevo en formato de vlog o vídeo. Espero que os guste. Comentadme qué os ha parecido y qué libros vais a leer también vosotros, o cuáles queréis leer.



Sucribíos a mi canal, sugeridme vídeos que queréis que haga relacionados con las novelas que leo y reseño. Iré colgando más vídeos y el canal irá cogiendo forma (intentaré, al menos, actualizarlo semanalmente aunque no prometo nada).

lunes, 1 de septiembre de 2014

El silencio de las palabras, Jean Kwok







Maeva, 2.013 (primera edición 2.010)
Premios: ninguno
Precio: 19 € (9,50 € en edición de bolsillo)
Adquisición: iniciativa de intercambio de libros bloguera.







"Ahora mismo, mientras contemplo el escaparate de una tienda de vestidos para novias y veo en su interior a una niñita sentada con los ojos cerrados a los pies de un maniquí, atrapada bajo pesados pliegues de tela, pienso: «Esta no es la vida que yo quería para mi hijo»".

La autora

Jean Kwok llegó a Nueva York siendo una niña, sin saber una sola palabra de inglés. Como la familia había gastado todo su dinero en el viaje, se tuvieron que poner a trabajar en los sórdidos talleres de confección de Chinatown, que están descritos en la primera novela de la autora, 'El silencio de las palabras'. Sin embargo, gracias a sus excelentes resultados escolares, Jean Kwok pudo ingresar en la Universidad de Harvard. Durante años, siguió compaginando sus estudios con diversos trabajos, desde lavaplatos a profesora de inglés para inmigrantes asiáticos. Por razones sentimentales, la autora se trasladó a Holanda donde empezó a trabajar como traductora en la universidad de Leiden. En la actualidad, vive en Holanda con su marido y sus dos hijos y se dedica en exclusiva a la creación literaria.

Sinopsis

Tras la muerte de su padre, Kim Chank deja Honk Kong con once años para trasladarse junto a su madre a Nueva York. Ahí tendrá que integrarse a una lengua y cultura nuevas, donde sus expectativas chocan frontalmente con la realidad. Al iniciar la escuela en esta ciudad tan apasionante como hostil, le cuesta mucho seguir las clases porque apenas conoce el idioma. Acostumbrada a ser una brillante estudiante, empieza a faltar al colegio. Por si fuera poco, el piso donde les ha tocado vivir es un lugar insalubre lleno de cucarachas y sin calefacción, y por las tardes tiene que trabajar en el mismo taller de confección que su madre, donde sus tíos las explotan sin miramientos. En la fábrica conoce a Matt, un chico que no tardará en convertirse en un fiel amigo. En medio de dos mundos que no se tocan, Kim aprenderá a saltar de un lado al otro del abismo para poder sobrevivir y evitar así el duro destino que les ha tocado vivir a ella y a su madre.

Mi crítica

Esta novela no estaría en mis manos de no ser por Meg, que me la envío junto con un cuadernito que me encanta. Gracias de nuevo, compañera bloguera, por tus regalos. Me falla la memoria y ya no sé qué iniciativa era la que nos hacía intercambiar libros, si la de Navidades o la de San Jordi. El caso es que me hizo mucha ilusión recibir este libro, aunque no lo he leído hasta este verano. 'El silencio de las palabras' es una obra de la que me habían hablado muy bien, con buenas críticas en los blogs literarios. Tenía ciertas expectativas puestas en ella y anticipo que no me ha defraudado.

La novela está narrada en todo momento en primera persona por Kim, una niña muy inteligente que emigra desde China hasta Estados Unidos con su madre. Las condiciones de vida que deben afrontar cuando llegan a Nueva York son totalmente insalubres: en su apartamento no hay calefacción, está repleto de cucarachas y ratas y todo se encuentra en un estado lamentable, viejo, sucio y abandonado. Para ganarse la vida, su madre trabaja en una fábrica textil en condiciones prácticamente de esclavitud. Kim se une a ella después del colegio.

Dada la situación, Kim pronto decide escapar de todo ello y sacar a su madre de la pobreza. Solo conoce una manera: estudiando para poder optar a otro tipo de vida mejor. En la tierra de las oportunidades, Estados Unidos, es posible. 
Kim cumple con los requisitos que debe tener una de esas protagonistas que tanto me gustan: se trata de un personaje de fuerte personalidad que lucha contra la adversidad con tesón para dejar atrás situaciones complicadas. 

'El silencio de las palabras' está narrada con un estilo sencillo. Esto contribuye a que las páginas vayan pasando sin que uno apenas se dé cuenta. Es una lectura muy ágil y me ha gustado que en el texto se incluyan palabras, frases hechas o refranes típicos del lenguaje chino que me han parecido curiosas o llamado la atención en la mayoría de ocasiones.

A algunos personajes que no tienen una especial relevancia en el desarrollo de la trama les recuerdo con un cariño especial: hablo por ejemplo de Anette. En cambio, el personaje de Matt nunca me gustó, no le vi nada especial y la autora le otorga una importancia que no creo que merezca, no ha sabido ganársela. El ritmo, por el contrario, es destacable pero en el buen sentido, pues a mi juicio es bastante fluido y dinámico, sobre todo teniendo en cuenta que abarca varias décadas de la vida de la joven Kim.

'El silencio de las palabras' habla de las condiciones deplorables de la vida de dos emigrantes chinas. En lugar de sumirse en la desesperación de aquellos tiempos y hacer de la novela un relato de corte pesimista, la autora ha optado por narrar el duro camino que Kim atraviesa para superar los obstáculos que le alejan de su meta como un ejemplo de superación: no se rinde, siempre mira hacia delante. El tono en que se narra esta historia, sin duda, marca la diferencia.

La obra de Jean Kwok no pertenece, en mi opinión, a ningún género en particular. No es saga familiar, aunque quizá es el que más se le parece. Tampoco es novela histórica, ya que los hechos que se narran acontecen sobre todo en la década de los ochenta. El choque de culturas, las palpables diferencias existentes entre la educación oriental y la occidental, son temas importantes de la novela. Es una obra en la que la protagonista se adueña de la acción, eclipsando todo lo demás. En algunas lecturas, esto me molesta, pero no me ha sucedido con 'El silencio de las palabras'. 

Por mencionar algo que no me ha gustado, señalaré que la historia de amor que encierra este libro no me ha parecido gran cosa. Otras subtramas están mejor hilvanadas, en mi opinión. En general, la autora ha sabido sacar partido a las cartas que ha dispuesto sobre la mesa, creando una novela en general sólida y de calidad, pero la manera en que el romance va progresivamente acaparando las páginas de la obra no me ha convencido.

El final sí que me ha gustado, pues rompe con todo lo anterior y se desvela qué decisión toma Kim con respecto a una situación delicada en la que se ve envuelta. Poco a poco, ya en las últimas páginas, el lector va recibiendo información, lo que contribuye a desvelar el misterio gradualmente. Me ha parecido un buen final para una buena novela.

Conclusión

Recomiendo 'El silencio de las palabras' a todo tipo de lectores, sobre todo a aquellos que se hayan sentido tentados a acercarse a esta novela por la reseña y por la sinopsis. No me importaría volver a leer algo de Jean Kwok en un futuro. 'El silencio de las palabras' se ha ajustado a mis expectativas. Es inspiradora, pues algunas de las vivencias por las que se ve obligada a pasar Kim están sacadas de los propios recuerdos de la autora. Ha logrado escapar de aquel infierno, lo que demuestra que talento y determinación son las mejores armas para cambiar el destino.
/
Valoración: 8/10
¿Recomendada?: .
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