Planeta, 2.011
Premios: ninguno
Precio: 16,90 €
Adquisición: intercambio
"Aprendí a odiar en aquellas tardes solitarias en la vieja biblioteca del Ateneo, donde no hacía tanto había dedicado mis ansias a causas más puras, como la piel de mi primer amor imposible, la ciega Clara, o los misterios de Julián Carax y su novela La sombra del viento".
El autor
Carlos Ruiz Zafón es uno de los autores más leídos y reconocidos en todo el mundo. Inicia su carrera literaria en 1.993 con 'El Príncipe de la Niebla' (Premio Edebé), a la que siguen 'El Palacio de la Medianoche', 'Las Luces de Septiembre' y 'Marina'. En 2.001 se publica su primera novela para adultos, 'La Sombra del Viento', que pronto se transforma en un fenómeno literario internacional. Con 'El Juego del Ángel' (2.008) vuelve al universo de El Cementerio de los Libros Olvidados, que sigue creciendo con 'El Prisionero del Cielo' (2.011). Sus obras han sido traducidas a más de cincuenta lenguas y han conquistado numerosos premios y millones de lectores en los cinco continentes.
Sinopsis
Barcelona, 1.957. Un inquietante personaje visita la librería de Sempere y amenaza con desvelar un terrible secreto que lleva enterrado dos décadas en la oscura memoria de la ciudad. Al conocer la verdad, Daniel comprenderá que su destino le arrastra inexorablemente a enfrentarse con la mayor de las sombras: la que está creciendo en su interior.
Mi crítica
La prosa de Carlos Ruiz Zafón es tan ágil como en las entregas anteriores. En menos de lo que me esperaba ya había leído cincuenta páginas (un sexto aproximadamente del contenido total del libro). Ayuda, en parte, que la letra sea grande, pero también influye el estilo del autor. De nuevo 'El prisionero del cielo' incorpora esas descripciones de una Barcelona enferma de posguerra que hicieron famoso a su autor. Esa Barcelona que retrata en la trilogía es mágica, pero también trágica. Me la imagino como recién salida de una película de cine negro de los años cincuenta, en blanco y negro. Los habitantes que allí moran no se quedan atrás: almas enfermas, almas torturadas, almas podridas y también almas bondadosas.
Muchos personajes, ya fueran principales o secundarios, en sus diálogos, me han sonado parecidos, hablan utilizando registros muy similares. El autor no hace demasiadas distinciones (a mi modo de ver) entre unos y otros, como si todos tuvieran que tener la misma voz. Para ello, se vale de los mismos chascarrillos para todo tipo de situaciones, añadiendo ese tono un tanto repelente de sabelotodo que salpica aquí y allá con un par de palabras cultas o rimbombantes. Carlos Ruiz Zafón hace hablar de este modo a casi todos sus personajes, ya estén alabando de la belleza de una mujer; ya sea para insultar sin tapujos a su peor enemigo.
Además, se encuentra el tema de los protagonistas y antagonistas en esta historia: los buenos son muy buenos y los malos son muy malos. Aunque a medida que avanza la novela esta premisa no se cumple por entero y las fronteras antes tajantes se difuminen, en mi opinión tarda demasiado en llegar esa transición en esta entrega. Solo aquellas figuras que presentan claroscuros en su personalidad valen realmente la pena, mantienen viva la historia y son interesantes bajo mi punto de vista.
No me parece bien. Creo que cada novela debería tener un valor por sí mismo, contar una historia que esté relacionada con lo anterior y con lo que viene al tratarse de una saga, pero también que contenga algo propio, que cuente una historia y no una parte de la misma dejando lo mejor para otra entrega. La trama que promete 'El prisionero del cielo' durante la primera mitad se queda en eso, una promesa que el lector tendrá que ver cumplida cuando se publique el siguiente libro. Carlos Ruiz Zafón deja con la miel en los labios a sus seguidores y en mi opinión juega con las expectativas que se crean al comenzar 'El prisionero del cielo' sin querer cumplirlas, y eso no me gusta.
Conclusión
Voy a ser sincera: me daba un poco de miedo volver a acercarme a las historias del Cementerio de los Libros Olvidados. Me encantó 'La sombra del viento' y me decepcionó 'El juego del ángel'. La curiosidad pudo conmigo y quise leer la tercera entrega de la tetralogía de Carlos Ruiz Zafón, para conocer cómo continuaban las aventuras de los Sempere y del resto de personajes.
La prosa de Carlos Ruiz Zafón es tan ágil como en las entregas anteriores. En menos de lo que me esperaba ya había leído cincuenta páginas (un sexto aproximadamente del contenido total del libro). Ayuda, en parte, que la letra sea grande, pero también influye el estilo del autor. De nuevo 'El prisionero del cielo' incorpora esas descripciones de una Barcelona enferma de posguerra que hicieron famoso a su autor. Esa Barcelona que retrata en la trilogía es mágica, pero también trágica. Me la imagino como recién salida de una película de cine negro de los años cincuenta, en blanco y negro. Los habitantes que allí moran no se quedan atrás: almas enfermas, almas torturadas, almas podridas y también almas bondadosas.
Reconozco que el haber leído cada entrega en su momento me ha pasado factura a la hora de valorar y disfrutar de la saga. No hablo solamente del hecho de que olvidara un poco quién era quién, qué función desempeña en la historia o incluso qué misterios se habían desvelado y cuáles seguían ocultos. Hay algo más que ha cambiado y es mi percepción: ya no veo a Carlos Ruiz Zafón como el amo de las letras que para mí una vez fue, sino como un autor de prosa sencilla que ha bajado de mi pedestal al que subió en los últimos años de mi adolescencia. Incluso he encontrado ciertos aspectos en 'El prisionero del cielo' que no me han terminado de convencer, algo impensable por aquellos tiempos.
Muchos personajes, ya fueran principales o secundarios, en sus diálogos, me han sonado parecidos, hablan utilizando registros muy similares. El autor no hace demasiadas distinciones (a mi modo de ver) entre unos y otros, como si todos tuvieran que tener la misma voz. Para ello, se vale de los mismos chascarrillos para todo tipo de situaciones, añadiendo ese tono un tanto repelente de sabelotodo que salpica aquí y allá con un par de palabras cultas o rimbombantes. Carlos Ruiz Zafón hace hablar de este modo a casi todos sus personajes, ya estén alabando de la belleza de una mujer; ya sea para insultar sin tapujos a su peor enemigo.
Ese tono, que hubiera resultado fresco, gracioso y divertido en un solo personaje (no hay duda que se trataría de Fermín Romero de Torres) se convierte en un lastre cuando no ayuda a distinguir a una figura de otra, cuando todos comparten aquello que en individualmente contribuiría a dar mucha personalidad a uno de ellos.
Obviando esto, los diálogos son dinámicos y no cabe duda de que son un elemento muy importante e influyente de la novela.
Además, se encuentra el tema de los protagonistas y antagonistas en esta historia: los buenos son muy buenos y los malos son muy malos. Aunque a medida que avanza la novela esta premisa no se cumple por entero y las fronteras antes tajantes se difuminen, en mi opinión tarda demasiado en llegar esa transición en esta entrega. Solo aquellas figuras que presentan claroscuros en su personalidad valen realmente la pena, mantienen viva la historia y son interesantes bajo mi punto de vista.
Con respecto al ritmo de esta novela, la verdad es que no tengo ninguna queja sobre él. Me ha parecido una lectura de extensión perfecta, en la que no dejan de suceder cosas. Lo que no me ha gustado ha sido el final, porque significa descubrir que 'El prisionero del cielo' es una novela visagra, una novela que tiene una única función: servir de puente que conecta 'El juego del ángel' con la última novela de la tetralogía. Carlos Ruiz Zafón prepara a los lectores para lo que viene, dejando todo preparado para el episodio que cierra la saga.
No me parece bien. Creo que cada novela debería tener un valor por sí mismo, contar una historia que esté relacionada con lo anterior y con lo que viene al tratarse de una saga, pero también que contenga algo propio, que cuente una historia y no una parte de la misma dejando lo mejor para otra entrega. La trama que promete 'El prisionero del cielo' durante la primera mitad se queda en eso, una promesa que el lector tendrá que ver cumplida cuando se publique el siguiente libro. Carlos Ruiz Zafón deja con la miel en los labios a sus seguidores y en mi opinión juega con las expectativas que se crean al comenzar 'El prisionero del cielo' sin querer cumplirlas, y eso no me gusta.
Conclusión
Los años pasan, los gustos cambian y la perspectiva de la edad y de las lecturas va aportando su granito de arena para conformar el modo de cada uno de juzgar las novelas que pasan por sus manos. 'El prisionero del cielo' me ha gustado más que 'El juego del Ángel', pero sólo recomendaría la lectura de esta novela a quienes deseen terminar la saga, porque es un libro que no tiene identidad propia, sino que sirve de puente entre la segunda y la última entrega de la tetralogía y cuyo final se ve interrumpido por un continuará tan rotundo que me ha dejado cabreada.
Valoración: 7/10