Suma de Letras, 2.013
Premios: ninguno.
Precio: descatalogado.
Adquisición: librería de segunda mano.
La autora
Belinda Castles es una autora inglesa pero que vive en Australia desde hace décadas, nacida en 1.971. Cuando no está escribiendo, se dedica a tiempo completo a su trabajo de editora. Vive en Sydney con su familia. Le gusta escribir sobre dramas e historias intensas. A pesar de que es más conocida en el mundo anglosajón por su segunda obra que por la primera, en castellano ha sido traducida con éxito 'Hannah y Emil', su tercera novela, editada en 2.012.
Sinopsis
Emil, veterano alemán de la Gran Guerra, regresa a casa y se encuentra un país desquiciado. Su participación en la resistencia contra el régimen de Hitler le obliga a abandonar su hogar y a su familia. Mientras tanto, en el West End londinense, Hannah es una joven judía rusa que, ansiosa por conocer mundo, decide viajar a Europa. En Bruselas conoce a un extenuado Emil.
Mi crítica
Me llamó la atención esta novela cuando la vi en la estantería de una librería de segunda mano. Su precio era bastante asequible y decidí llevármela a casa puesto que la sinopsis no pintaba nada mal. La novela prometía intriga, drama, aventura, amor... todo ello a lo largo y ancho del mundo y del siglo XX. Lamentablemente, o bien no era el momento apropiado para abordar la lectura, o más bien, por otro tipo de cuestiones, no he logrado meterme de lleno en la obra.
'Hannah y Emil' comienza con una breve introducción en el presente, en la Australia actual, para a continuación, trasladarse al pasado a través de las memorias de una Hannah ya anciana. En este sentido, la novela de Belinda Castles tiene mucho en común con la estructura y el estilo que se observan en obras firmadas por su compatriota Kate Morton. Sin embargo, a diferencia de estas últimas, opino que a 'Hannah y Emil' le falta gancho, y mucho.
Belinda Castles empieza desde el principio. Y cuando digo principio, me refiero a que se remota a cuando Hannah y Emil eran niños de seis o siete años. Sus infancias y adolescencias se relatan concienzudamente. Esto se me hizo muy cuesta arriba, porque lo que me interesaba era conocer a los personajes ya adultos. Considero que poco aportan las infancias de ambos: sus vivencias son muy similares a las que han quedado registradas en los libros de historia, o en otras novelas que haya podido leer. Por tanto, bajo mi punto de vista la novela verdaderamente comienza cuando esa parte está superada, es decir, alrededor de la página cien.
Este hecho ha contribuido a que la novela se me haya hecho lenta. Me ha parecido difícil avanzar. Seguramente otros lectores tendrán otra opinión al respecto, pero esa ha sido mi experiencia. No es una novela dinámica a pesar de que el ritmo no es pausado y a pesar de que suceden muchos acontecimientos en la vida de los dos protagonistas. Hannah y Emil se van alternando en la narración de sus vivencias en primera y tercera persona respectivamente. Sus vidas y caracteres van evolucionando y por desgracia para ellos, las circunstancias son muchas veces más poderosas que su voluntad, viéndose arrastrados a tomar unas decisiones que son promovidas por lo convulso de aquellos años.
La guerra forja sus destinos, pero no he hallado una gran historia de amor que, confieso, esperaba encontrar. Los hechos son narrados de una manera tan expositiva que terminan transmitiendo frialdad, en contraste con los acontecimientos que les toca vivir: intensos, peligrosos, únicos. En sus vidas ocurren pesares y alegrías, triunfos, tristezas, pesares y logros... pero al transmitirlos de dicha manera personalmente no pude involucrarme en la trama: no conseguí sentir ninguna emoción.
Por lo tanto, paulatinamente ni me interesaron Hannah ni Emil, tampoco logré concentrarme en sus historias. Casi con toda seguridad afirmaría que Emil es mejor personaje que Hannah, pero tampoco estoy convencida de ello puesto que la mayoría de veces me llegaron por igual, es decir, poco o nada. Me sorprendió mucho esto sobre todo en ciertos pasajes en los que sus vidas corren peligro o que simplemente son críticos en la novela. Teniendo en cuenta que 'Hannah y Emil' está basada en las vivencias reales de los abuelos de la autora, el hecho de que sus protagonistas no me hayan logrado contagiar sus emociones ya dice mucho.
Conclusión
El mayor fallo que observo en 'Hannah y Emil' es lo poco que transmiten sus personajes principales a través de unas voces y un estilo demasiado expositivos, que se alejan de las emociones que supuestamente tendría que experimentar como lectora a través de ellos. La novela de Belinda Castles es dura y triste pero también cargada de esperanza, y a pesar de todo el trabajo de documentación que hay detrás, y de que parte de unas vivencias reales que merecen la pena ser rescatadas e inmortalizadas para siempre en formato de novela, considero que el desarrollo lo echa todo a perder.
Hay otras novelas de corte y estructura similar cuyo resultado es mil veces mejor. Sin ir más lejos, cualquier obra de la ya mencionada Kate Morton. Dudo que vuelva a leer algo de Belinda Castles a menos que publique algo a lo que no me pueda resistir debido a reseñas extremadamente positivas. En caso contrario, prefiero centrarme en otras lecturas.
Valoración: 6/10
¿Recomendada?: No.
Una pena que sus personajes no lleguen a transmitir, porque parece una buena historia. Podría darle una oportunidad si se cruza en mi camino.
ResponderEliminarBesotes!!!
Que pena. Con la buena pinta que tenía.
ResponderEliminarLa habia visto en alguna página y me habia llamado la atención pero ahora no sé si me animaré con ella aunque se cruce en mi camino
ResponderEliminarBesos
Creía recordar mejores opiniones de este libro (aunque mi memoria no es muy de fiar). Pero si los personajes no transmiten, mal asunto. Hay libros que son de lectura lenta y, sin embargo, no te despegan de sus páginas. Parece que no es el caso.
ResponderEliminarUn abrazo
No lo conocía, pero con lo que cuentas veo que no me pierdo nada.
ResponderEliminarBesos
Pues es una pena, porque pinta fenomenal =)
ResponderEliminarBesotes
No me había fijado en ella, pero después de tu conclusión tampoco me pena
ResponderEliminarBesos