Random, 2.013 (primera edición 2.012)
Premios: ninguno.
Precio: 11,95 €
Adquisición: intercambio.
La autora
Judith Kinghorn es una autora inglesa nacida en Northmberland. Es graduada en Filología Inglesa e Historia del Arte. 'Un verano que nunca volverá' (2.012) fue su primera novela. En 2.013 salió su siguiente trabajo, aún no traducida al castellano, 'The memory of lost senses'. Sus obras han sido publicadas en uno y otro lado del Atlántico y traducidas a cuatro idiomas. Vive en Hampshire con su marido y sus dos hijos.
Sinopsis
En el verano de 1.914 la inocencia de la joven Clarissa Granville está a punto de llegar a su fin. Criada en el lujoso y confortable ambiente de la aristocracia inglesa, Clarissa ha sido bendecida con la abundancia y la felicidad. En el escenario de sus juegos de niñez, donde Clarissa ve por primera vez a Tom Cuthberth, el hijo de la ama de llaves. Apuesto, enigmático… y plebeyo, Tom es un hombre decidido a conseguir lo que quiere. Clarissa y Tom se verán arrastrados por las terribles circunstancias del momento y tratarán de mantenerse fieles a sí mismos y a un amor que nació al cálido abrigo de un verano que nunca volverá.
Mi crítica
Este es uno de esos casos en los que el libro que me disponía a leer me llamaba a atención por la sinopsis pero realmente no sabía muy bien qué esperar de él. Esto me ha ayudado a poder disfrutar de la novela aún más, eso sin duda. 'Un verano que nunca volverá' se cuela en mi lista de lo mejor que he leído a lo largo del año. Y es que no hay nada como unas expectativas... que brillan por su ausencia.
Esta es una advertencia seria: 'Un verano que nunca volverá' es una novela bastante triste en líneas generales. El hecho de que la narración corra a cargo de la protagonista en primera persona no hace sino incrementar la sensación de desazón que embarga tanto a Clarissa como al lector, ya que resulta fácil empatizar con este personaje. Cuando interrumpía la lectura de esta novela con intención de retomarla más tarde no podía evitar que me embargara esa extraña sensación provocada por los pasajes que, uno tras otro, van arruinando la vida de la protagonista.
No obstante, no dudo ni un segundo en recomendar la obra. Merece la pena a pesar de todo. Reitero que es una de las mejores lecturas del año. Considero que su lectura es digna de tener en cuenta pero sin olvidar esta circunstancia, ya que si alguien se encuentra en alguno de esos momentos lectores que no admite historias tristes, quizá no sería tan aconsejable leer 'Un verano que nunca volverá'.
El eje central de la novela es una gran historia de amor que trata de no morir pese a todos los obstáculos y adversidades que irán apareciendo por el camino. Los dos personajes principales, Clarissa y Tom, lo tendrán realmente difícil para poder ser felices por completo.
La llegada de la primera Guerra Mundial es el punto de no retorno que marcará un antes y un después muy claro en sus vidas. Trastocará sus planes y nada volverá a ser como antaño, como tenían planeado. Cada uno de los personajes parecía tener un destino claro, y sin embargo la contienda irrumpirá como un vendaval en sus vidas, llevándose por delante esperanzas y sueños.
Además, las diferencias de clase, la rigidez moral y social de la época y diversos malentendidos, harán lo imposible para separar voluntades y caminos y unir en cambio otras. Todos estos ingredientes contribuirán, en mayor o menor medida, a malograr la felicidad de casi todos los personajes que aparecen en la novela.
A mi juicio, la novela está bastante bien ambientada. Los primeros pasajes acontecen en los albores de la primera Guerra Mundial y las últimas páginas, a finales de la década de los treinta. En cuanto al ritmo narrativo, algunos lectores se han quejado aduciendo que es lento. A pesar de que para mi este hecho es muy relevante en general y suele influir negativamente en la valoración de una novela, en este caso no ha sido así. El ritmo de 'Un verano que nunca volverá' no es ágil en exceso, pero solo al comienzo de la obra me dio la sensación de que no estaba siendo el adecuado.
Judith Kinghorn se entretiene describiendo ambientes y lugares, incluso sensaciones. En ocasiones, esto se hace algo tedioso ya que en ciertos pasajes clave lo que más relevancia debería adquirir es la acción en sí misma. Sin embargo, a mi me ha gustado el estilo detallado de la autora.
En cuanto a los personajes, me ha costado comprender tanto la actitud como el comportamiento de los protagonistas en algunas ocasiones. Esto ha contribuido, bajo mi punto de vista, a mantener en vilo la tensión narrativa durante más páginas. Quizá de una manera un tanto forzada y artificial, pero opino que en líneas generales, efectiva. El final, a pesar de poder ser clasificado como agridulce, me ha parecido adecuado. Las cuestiones fundamentales que quedaban por tratar se resuelven.
Conclusión
Recomiendo 'Un verano que nunca volverá', me ha hecho sentir emociones que otros libros en los que deposité más esperanzas no han conseguido despertar. He logrado en casi todo momento empatizar con los protagonistas. En la novela de Judith Kinghorn se demuestra que la verdadera cara de cada uno aflora en los malos momentos. También esta obra enseña que los destinos de las personas pueden cambiar, que no hay nada estático, nada que prevalezca inmutable con el paso del tiempo excepto, quizá, el amor verdadero.
Valoración: 8,5/10
¿Recomendada?: Sí.
Que buena pinta, no lo conocía pero me has convencido
ResponderEliminarBesos
Me llama mucho la atención, creo que me gustaría =)
ResponderEliminarMe lo apunto, no lo conocía.
Besotes