martes, 3 de septiembre de 2013

El afinador de pianos, Daniel Mason







Salamandra, 2.003
Adaptación cinematográfica prevista en 2.010 por Werner Herzog
Premios: ninguno
Precio: 21 €
Adquisición: biblioteca







"El opio, por ejemplo. Antes de la rebelión sepoy, cuando la Compañía de las Indias Orientales administraba nuestras propiedades en Birmania, su cultivo se incentivaba incluso, porque su venta resultaba muy lucrativa. Pero siempre ha habido una tendencia a vedarlo o gravarlo con impuestos, por parte de los que objetaban que tenía "efectos corruptores".

El autor

Daniel Mason es un escritor estadounidense nacido en 1.977. Estudió Biología en la Universidad de Harvard y se licenció en Medicina en la Universidad de California con una especialización en enfermedades tropicales. Dedicó un año a investigar la malaria en la frontera entre Tailandia y Myanmar. En aquel escenario surgió la inspiración para su primera novela, 'El afinador de pianos', publicada por Salamandra, que recibió los elogios más entusiastas de la crítica, fue traducida a treinta idiomas y se convirtió en un éxito de ventas internacional. De 'El afinador de pianos' existe un proyecto para llevarla al cine, aunque al parecer está estancado. 'Un país lejano' es su segunda novela.

Sinopsis

En plena época victoriana, un experto y apacible afinador de pianos llamado Edgar Drake es requerido por el ejército colonial británico para viajar a Birmania con el fin de reparar un ejemplar. Así pues, el afinador de pianos emprende el largo periplo por los mares de Europa, el Mar Rojo y el Océano Índico hasta llegar al interior de Birmania, descubriendo en su camino paisajes gloriosos y personajes de leyenda. Cautivado por una civilización tan extraña, donde el ser humano vive y expresa sus sentimientos con una fuerza inusitada para él, Edgar Drake tendrá que enfrentarse a las raíces de su yo más profundo y, a la postre, aceptar lo que el destino le tiene reservado.

Mi crítica


Ahora, tras mi experiencia con la novela, estoy segura de una cosa: no debí escoger este libro. Por una parte me lo temía, pero por otra deseaba escapar de mi intuición, esa extraña consejera irracional que a veces acierta y a veces no, pero que con el tiempo va afinando la puntería. El argumento no pintaba mal del todo y me enfrentaba a la primera novela de Daniel Mason, un recién licenciado en botánica, estudiante de medicina, americano, menor de treinta años.
¿Qué falló? Creo que fue un cúmulo de cosas, pero resaltaría una en concreto: la inexperiencia del autor. A veces, no podemos conformarnos con el primer intento. Si uno tiene madera y talento, al final saldrá algo decente, y creo que a Daniel Mason no le falta ninguna de las dos cosas, pero sí carece de experiencia. Si sigue creando novelas seguramente logrará notoriedad, pero por el momento está tan verde como las plantas que ha estudiado a lo largo de su carrera. 

En la época victoriana, el afinador de pianos Edgar Drake es requerido por el ejército colonial británico para viajar a Birmania con el fin de reparar un ejemplar muy delicado y especial que posee un controvertido general del ejército, Carroll. Por medio de la música y la poesía, Carroll ha logrado pacificar a las tribus locales, por lo que la reparación del instrumento urge. El afinador emprende el viaje, descubriendo en su camino paisajes, personajes e historias que jamás pensó ver u oír. Pero cuando llega a Birmania se sorprenderá por lo que le aguarda allí, y cambiará su modo de vida, cuestionándose todo lo que ha conocido hasta entonces. 

El inicio del libro me pareció bastante correcto, aunque los personajes bailaban un poco. Me refiero sobre todo al protagonista y a su mujer: demasiado perfectos para resultar creíbles. He de reconocer que me sorprendió el estilo que utiliza el autor: cambia el punto de vista con una facilidad pasmosa, en cuestión de líneas. Y no sólo se limita a jugar con la perspectiva, sino que va variando el uso de los verbos y sus conjugaciones: un párrafo narrado en pasado, el siguiente en presente. Estos cambios, aunque bruscos, no suelen ser gratuitos y a lo loco, sino que tienen una razón de ser. 


Daniel Mason también me pareció bueno a la hora de describir paisajes, sensaciones y situaciones; aunque detalla en ciertas ocasiones tan minuciosamente las cosas que lograba aburrirme. Para él puede resultar fascinante la vegetación de determinada zona, mencionar sus nombres completos en latín y sus características, pero para aquellos que no hemos estudiado botánica, que no somos ni siquiera aficionados nos puede llegar a resultar un completo aburrimiento.

Creí que la mayor parte del libro se situaría en la exótica Birmania, que Daniel Mason nos relataría las excitantes aventuras del afinador de pianos en la jungla… pero me equivocaba. Llega al país asiático cuando ya hemos pasado la mitad del libro (que ronda las trescientas páginas largas). Esto resulta, cuanto menos, frustrante, porque se recrea en los momentos previos al viaje, la dolorosa separación de su fiel y amante esposa, los preparativos, las instrucciones que le mandan los funcionarios para que se vaya preparando para el acontecimiento de su vida… 

A continuación, Daniel Mason se recrea en relatarnos el viaje con pelos y señales, ya que dura treinta o cuarenta páginas. Barco, tren, percances, paisajes, personajes que le cuentan fascinantes historias -que, en mi opinión, no son nada del otro mundo-, largas epístolas que intercambia con su querida esposa (que, si bien resultan verosímiles, incluyen historias que no vienen demasiado a cuento y que no hacen sino retrasar la narración de su llegada). 

No puedo olvidar mencionar que Daniel Mason ha hecho algo bastante imperdonable: ha incluido, de alguna fuente, párrafos enteros sobre la historia de Birmania que ocupan páginas y páginas enteras. Fascinante, sí, pero no tiene nada que ver con la novela, ni con sus personajes. Una cosa es ambientar la acción, poner bajo antecedentes al lector... pero si quiero conocer datos y más datos, los buscaré en una enciclopedia, o en un libro de historia. Cuando leo una novela pretendo evadirme, pretendo entretenerme, pretendo que me cuenten una historia. No soporto que mezclen de esa forma tan brusca ficción y realidad, en la que una clara línea separa ambas partes, como si se tratara del agua y del aceite. 

De hecho, es genial saber que Daniel Mason se ha documentado tan bien para escribir 'El afinador de pianos', es más, no entendería que no lo hiciese, pero esto ya es pasarse. Un buen autor toma sus notas para poder crear una novela en condiciones, y se las guarda para sí ofreciendo a los lectores una información mascada que tenga un claro propósito en el devenir de los acontecimientos que encierra la novela. Desde luego, este no es el caso de Daniel Mason y creo que es debido a su inexperiencia.


La mitad del libro simplemente ha servido para contar que el protagonista tiene una misión y cuando por fin llega allí, el lector se puede dar perfecta cuenta de que la novela no ha contado realmente mucho. Realmente la forma en que está narrada no da ya más de sí. A aquellas alturas, pensé que pocas posibilidades había de que la cosa remontara, y no me estaba equivocando. Por motivos que no puedo desvelar a aquellos que no hayan leído 'El afinador de pianos', el argumento se deshincha como un globo, y llega a un punto en el que ya no hay por donde cogerlo. 

Ya adentrándonos en el tercio final de la novela, se siguen incorporando personajes nuevos que ayudan a que los acontecimientos se sigan retrasando. El resto de la novela, incluido su final, no los voy a comentar porque realmente no merece la pena siquiera. 


Conclusión


No lo recomiendo, por supuesto. Hay libros inmensamente mejores ambientados o no en la exótica Birmania.


¿Recomendada?: No.

14 comentarios:

  1. Una entrada contundente. Pero me gusta, es honesta y argumentas porqué no te gusta. Me parece valiente y valoro mucho este tipo de reseñas. Y además alivia mi lista, que está haciéndote reverencias ahora mismo.

    Me ha encantado esta frase: "por el momento está tan verde como las plantas que ha estudiado a lo largo de su carrera" :D

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  2. Me has quedado claro que no voy a buscar este título. Esos párrafos sobre la historia de Birmania que comentas seguro que también me aburren.

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  3. Pues no sabes lo que me has chafado con esto que comentas, porque cuando he leído el título y la descripción de la trama me apetecía mucho leerlo, la verdad. Pero luego has dicho todo lo demás y me he desinflado. Hay veces que los autores necesitan unas indicaciones y creo que ahí el papel del editor falla al no hacer que un libro sea todo lo bueno que puede llegar a ser. Yo que ya me veía en Birmania...

    Besos

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  4. No lo conocía y tampoco me llamaba XDD
    Saludos!!

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  5. No sabes las ganas que tenía de leer reseñas de este libro en blogs conocidos, porque me llamaba mucho pero leía opiniones en webs de librerias radicalmente opuestas, lo dejo pasar, claro...

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  6. Uf!! Reconozco que empezaba muy bien, yo también estaba por sacar billete de primeras pero me quedo en tus letras y en casa por esta vez. Besos

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  7. Pues muchas gracias por tu sinceridad, me apunto el autor, eso si.

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  8. Totalmente de acuerdo. Lo leí hace unos años porque una amiga no dejaba de recomendarlo con mucha insistencia y se me hizo eterno...¡qué verano me dio el libro!

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  9. Me pasó igual, además estaba yo musical y luego piqué con otro de un compositor... puff
    Ahora ya no me fío de los títulos
    Besos

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  10. Los peros que comentas me han decidido a no tenerlo en cuenta. Entre la información de libro de consulta y que cada vez se va deshinchando más, creo que paso.

    Un beso!!

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  11. Pues sí que tenía buena pinta al principio pero por lo que cuentas en la reseña no creo que me anime con ella, tiene varios puntos que no me convencerían tampoco como la parte de la historia, me gusta que incluyan datos pero en consonancia con la narración, como dices para buscar esos datos ya está la enciclopedia
    besos

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  12. Me parto con de que está más verde que las plantas que estudia :) Vade retro, eso sí, yo cuando veo que llevo más de 100 páginas de un libro y que no me acaba de enganchar, paso de él. Hay mucho bueno pendiente para perder el tiempo. Besotes!!!!

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  13. Vaya, pues una pena porque no pintaba mal...

    Besotes

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