Alfaguara, 2.007 (primera edición 1.990)
Adaptación cinematográfica de Jim McBride en 1.994
Premios: ninguno.
Precio: 19,50 €
Adquisición: regalo
En total ha publicado más de veinte novelas y es miembro de la Real Academia Española desde 2.003.
Sinópsis
Julia es una joven restauradora de obras de arte de aclamada fama. Un día, recibe el encargo de estudiar y restaurar un cuadro. La obra es una tabla flamenca del siglo XV de Peter Van Huys, titulada La partida de ajedrez.
El cuadro posee ciertas peculiaridades que obligan a Julia a investigar la historia de la tabla junto con otros personajes, como Menchu, propietaria de una galería de arte, César Ortiz, anticuario, Álvaro Ortega, catedrático especializado en historia y arte, y Muñoz, un gran jugador de ajedrez.
Lo que en un primer momento parecía ser una investigación rutinaria se irá convirtiendo en una aventura trepidante en la que nadie estará a salvo.
Mi crítica
Hace años que no leo algo de Arturo Pérez-Reverte. 'La reina del sur' me gustó bastante, y al recordarla me viene a la mente, aparte de la trepidante acción que se desarrolla entre sus páginas, el buen saber hacer del escritor.
Con 'La tabla de Flandes' me alegré de volverme a encontrar una prosa mordaz, que va al grano, y con unos diálogos cargados de fino sarcasmo e ironía. El humor que acompaña a ambas obras de Arturo Pérez-Reverte es inteligente, con ciertos tintes negros.
'La tabla de Flandes' cuenta el misterio que encierra un cuadro. Un equipo de expertos trata de descubrir la verdad. Los peligros acechan por doquier, una pista lleva a la otra y todo se complica... No pude evitar que se me viniera a la cabeza el archifamoso best seller 'El código Da Vinci'. No tienen nada que ver en lo que a estilo narrativo se refiere, pero ambas guardan en común algunos elementos que hacen inevitable el hecho de relacionarlas. A veces, de refilón, 'La tabla de Flandes' me recordó a la obra de Dan Brown.
Los diálogos, como ya mencioné antes, están cargados de fina ironía y sarcasmo. El problema es que en ocasiones esa sofisticación, por llamarlo de alguna manera, se pasa de la ralla. El resultado se traduce en conversaciones que quedan poco naturales y bastante pedantes, sobre todo por parte del anticuario, César Ortiz. Vale que los protagonistas de 'La tabla de Flandes' sean intelectuales con amplia cultura, pero ese histrionismo que manifiestan algunos personajes es incongruente con la mayoría de las situaciones planteadas en esta novela.
Por este motivo principalmente no logré conectar con ninguno de los personajes. La protagonista, Julia, es quien más debería importarme. Sin embargo, no sentía por ella ni frío ni calor. Me daba igual lo que le pasara o le dejara de pasar, a ella y al resto del reparto novelístico.
Tengo la sensación de que Arturo Pérez-Reverte no puso toda la carne en el asador con esta obra. En 'La reina del sur' el autor supo transmitirme pasión por lo que contaba. En 'La tabla de Flandes' no noté nada de eso, no aparecía por ninguna parte esa vivacidad que tanto me gustó.
Existen en 'La tabla de Flandes' referencias, algunas más explícitas que otras, al universo de los detectives clásicos: personajes como Sherlock Holmes y su inseparable Watson de Arthur Conan Doyle; o alusiones a ciertas novelas de Agatha Christie o a la misma escritora. Esto me gustó, pues me hizo estar más atenta al discurso narrativo del autor con el objetivo de encontrar todos estos guiños.
También se pueden encontrar muchas referencias al mundo clásico de Grecia y Roma, y al mundo de la pintura en general.
Esta doble vertiente me ha gustado como recurso para desarrollar la trama. Sin embargo, el ajedrez no es uno de mis juegos favoritos precisamente, y tanta estrategia y tanto baile de fichas me terminó aburriendo.
El final me ha gustado, pero no sé fue debido al hecho de que ya había llegado a las últimas páginas de la novela o porque todo queda bien atado, explicado y vuelto a explicar. Además, no es predecible, algo que agradezco siempre, independientemente del género de la novela.
Conclusión
Una cosa he sacado en claro, al menos, tras leer 'La tabla de Flandes': creo que sólo aquellos que tengan al menos ciertas nociones básicas de ajedrez podrán disfrutar de esta novela. Los que no sepan casi nada del juego, creo que lo mejor que pueden hacer es abstenerse de leer esta obra.
No van a entender gran cosa de estrategias, peones, reinas y alfiles, y van a terminar por aburrirse, como fue mi caso. Estuve a punto de abandonarla muchas veces, al final la terminé por cabezonería.
Está muy bien escrita y no reprocho nada a Arturo Pérez-Reverte en ese aspecto, pero el mayor fallo con el que me he topado ha sido la indiferencia que me inspiraba todo: desde los personajes hasta la resolución del misterio. Fría me ha dejado, y lo mismo me inspira la contemplación de la pintura flamenca. No la recomiendo salvo a los aficionados al ajedrez.
"Y tú, Julia, bellísima, ¿te has parado a pensar, cuando estás delante de nuestro famoso cuadro, en qué lugar te encuentras, si dentro o fuera de él? Sí. Estoy seguro de que sí porque te conozco, princesa. Y sé que no has encontrado una respuesta".
El autor
Arturo Pérez-Reverte nació en Cartagena en 1.951. Estudió periodismo y ejerció como corresponsal de guerra durante la friolera de veintiún años. También ha dirigido numerosos programas de radio y televisión.
En 1.994 abandona el periodismo y se centra en la literatura. La primera novela que publicó se tituló 'El húsar' (1.986) y tuvo poco éxito. Dos años después, editó 'El maestro de esgrima', cuya acción transcurre en el Madrid galdosiano. La siguieron 'El club Dumas' y 'La tabla de Flandes', gracias a las cuales comenzó a hacerse conocido. Ambas han sido adaptadas al cine.
Ya siendo un escritor de éxito, publicó en 1.996 'El capitán Alatriste', primer capítulo de una serie de novelas que son, según muchos, su mejor obra. En 2.006 también fue llevada a la gran pantalla.En total ha publicado más de veinte novelas y es miembro de la Real Academia Española desde 2.003.
Sinópsis
Julia es una joven restauradora de obras de arte de aclamada fama. Un día, recibe el encargo de estudiar y restaurar un cuadro. La obra es una tabla flamenca del siglo XV de Peter Van Huys, titulada La partida de ajedrez.
El cuadro posee ciertas peculiaridades que obligan a Julia a investigar la historia de la tabla junto con otros personajes, como Menchu, propietaria de una galería de arte, César Ortiz, anticuario, Álvaro Ortega, catedrático especializado en historia y arte, y Muñoz, un gran jugador de ajedrez.
Lo que en un primer momento parecía ser una investigación rutinaria se irá convirtiendo en una aventura trepidante en la que nadie estará a salvo.
Mi crítica
Con 'La tabla de Flandes' me alegré de volverme a encontrar una prosa mordaz, que va al grano, y con unos diálogos cargados de fino sarcasmo e ironía. El humor que acompaña a ambas obras de Arturo Pérez-Reverte es inteligente, con ciertos tintes negros.
'La tabla de Flandes' cuenta el misterio que encierra un cuadro. Un equipo de expertos trata de descubrir la verdad. Los peligros acechan por doquier, una pista lleva a la otra y todo se complica... No pude evitar que se me viniera a la cabeza el archifamoso best seller 'El código Da Vinci'. No tienen nada que ver en lo que a estilo narrativo se refiere, pero ambas guardan en común algunos elementos que hacen inevitable el hecho de relacionarlas. A veces, de refilón, 'La tabla de Flandes' me recordó a la obra de Dan Brown.
La narración se divide en capítulos muy largos. La acción no discurre a un ritmo lento, pero tampoco es ágil. Arturo Pérez-Reverte aporta extensa información sobre La partida de ajedrez y sus protagonistas que puede llegar a resultar pesada.
Los personajes están muy bien definidos. El escritor tiene un don especial para retratarlos valiéndose tan sólo de unos cuantos rasgos, y eso me gusta, pero ahí acaban mis elogios para 'La tabla de Flandes': se supone que debía sentirme absorbida entre sus páginas por el misterio que encierra el cuadro, pero la verdad es que eso no me sucede en ningún momento.
Los diálogos, como ya mencioné antes, están cargados de fina ironía y sarcasmo. El problema es que en ocasiones esa sofisticación, por llamarlo de alguna manera, se pasa de la ralla. El resultado se traduce en conversaciones que quedan poco naturales y bastante pedantes, sobre todo por parte del anticuario, César Ortiz. Vale que los protagonistas de 'La tabla de Flandes' sean intelectuales con amplia cultura, pero ese histrionismo que manifiestan algunos personajes es incongruente con la mayoría de las situaciones planteadas en esta novela.
Por este motivo principalmente no logré conectar con ninguno de los personajes. La protagonista, Julia, es quien más debería importarme. Sin embargo, no sentía por ella ni frío ni calor. Me daba igual lo que le pasara o le dejara de pasar, a ella y al resto del reparto novelístico.
Tengo la sensación de que Arturo Pérez-Reverte no puso toda la carne en el asador con esta obra. En 'La reina del sur' el autor supo transmitirme pasión por lo que contaba. En 'La tabla de Flandes' no noté nada de eso, no aparecía por ninguna parte esa vivacidad que tanto me gustó.
Existen en 'La tabla de Flandes' referencias, algunas más explícitas que otras, al universo de los detectives clásicos: personajes como Sherlock Holmes y su inseparable Watson de Arthur Conan Doyle; o alusiones a ciertas novelas de Agatha Christie o a la misma escritora. Esto me gustó, pues me hizo estar más atenta al discurso narrativo del autor con el objetivo de encontrar todos estos guiños.
También se pueden encontrar muchas referencias al mundo clásico de Grecia y Roma, y al mundo de la pintura en general.
En 'La tabla de Flandes' se desarrollan dos partidas de ajedrez simultáneas: una, la que aparece inmortalizada en el cuadro de Peter Van Huys; y la otra, fuera de él, en las vidas de los protagonistas. Los enemigos de Julia y compañía emprenden una guerra para evitar que el misterio se desvele. Cada uno de los personajes representa una pieza, y poco a poco, unos se comen a otros mientras tratan de averiguar su próximo movimiento en el tablero. Hasta el mismo final, no se sabe quién dirá jaque mate en esta partida improvisada.
Esta doble vertiente me ha gustado como recurso para desarrollar la trama. Sin embargo, el ajedrez no es uno de mis juegos favoritos precisamente, y tanta estrategia y tanto baile de fichas me terminó aburriendo.
El final me ha gustado, pero no sé fue debido al hecho de que ya había llegado a las últimas páginas de la novela o porque todo queda bien atado, explicado y vuelto a explicar. Además, no es predecible, algo que agradezco siempre, independientemente del género de la novela.
Conclusión
No van a entender gran cosa de estrategias, peones, reinas y alfiles, y van a terminar por aburrirse, como fue mi caso. Estuve a punto de abandonarla muchas veces, al final la terminé por cabezonería.
Está muy bien escrita y no reprocho nada a Arturo Pérez-Reverte en ese aspecto, pero el mayor fallo con el que me he topado ha sido la indiferencia que me inspiraba todo: desde los personajes hasta la resolución del misterio. Fría me ha dejado, y lo mismo me inspira la contemplación de la pintura flamenca. No la recomiendo salvo a los aficionados al ajedrez.
Valoración: 6,5/10
¿Recomendada?: No.
Buena reseña =)
ResponderEliminarY a mí que este hombre me da pereza... no sabría decir por qué exactamente, pero lo dicho.
Besotes
La leí hace muchísimos años, poco después de que se publicara. Era sólo una adolescente y no sabía nada de ajedrez, únicamente mover las fichas, pero a pesar de eso me gustó muchísimo. La volví a leer un par de años después y me gustó igual que la primera vez. Para mí, lo mejor de esta novela son los personajes.
ResponderEliminarUn beso
Vaya, la verdad es que me sorprende que sin sabeer nada de ajedrez te pudiera gustar tanto la novela. A mí me resulta inconcebible llegar a apreciar bien las estrategias y los movimientos sin conocer bien el juego.
EliminarMe alegro que te gustara a pesar de todo :)
Con Reverte me pasa una cosa. Es tán camaleónico que a veces me encanta y otras lo detesto. Lo amé con el capitán ala triste y lo odie con el asedio, más que odiarle, decidí no volver a leerle hasta que volviera a encaminarse por donde antaño iba.
ResponderEliminarLo del Álvaro Ortega me ha matado, mi ex se llama así jajaja
Besos
Lupa
La lei hace bastantes años y no recuerdo demasiado de su argumento, lo que sí me quedé es con la idea de que no me había gustado y desde entonces me cuesta vover a este escritor
ResponderEliminarbesos
No la he leído pero la tengo en mi lista de pendientes. Por lo general Reverte me suele gustar pero no tengo ni idea de ajedrez y como dices que se extiende bastante con el tema me da que pensar si leerlo o no U.U
ResponderEliminarUn besote!
Pérez-Reverte me maravilló con la primera aventura del capitán Alatriste, pero aún tengo pendiente seguir con esa saga y ponerme con el resto de sus novelas. Por lo que veo, ésta no ha terminado de convencerte, así que no sé si buscar otra...
ResponderEliminarPor cierto, en mi blog tienes una sorpresa. ¡Espero que te guste! :D
Un saludito.
No he leído nada de este autor y no creo que comience por esta novela. Demasiado densa, por lo que cuentas...
ResponderEliminarBesos,
Siempre me había llamado la atención este libro, aunque hace mucho que no leo literatura de este estilo. Tu no-recomendación me ha tirado un poco para atrás en ese aspecto. No me la esperaba tan estratégica. Genial la reseña.
ResponderEliminarSaludos,
B.
Pérez-Reverte es una de mis asignaturas pendientes. No me he animado todavía porque no sé, tengo la impresión de que no me va a gustar. La tabla de Flandes no es el que más me llama de él, así que creo que empezaré con otro.
ResponderEliminarUn beso!
Leí este libro hace unos años y la sensación que tengo hoy en día es precisamente la que relatas: demasiada pedantería no justificable. Por otro lado, Pérez-Reverte escribe muy bien, no voy a negarlo, pero a veces se pasa tres pueblos en detalles tan sencillos como este ¿verdad?
ResponderEliminarUn beso.
Para mi, sin duda, "La reina del sur" es lo mejor de Reverte, lástima de la pésima serie de televisión que hicieron que no le hacía ninguna justifica. La novela es magnífica. Otros no me han gustado nada y otros regular, tengo pendiente "La piel del tambor", algún dia me pondre con ella. besos
ResponderEliminarFue el segundo libro que leí de Reverte y, sin duda, el que más me ha gustado de todos. Y eso que sólo tengo unas nociones muy básicas de ajedres!
ResponderEliminarBesos
Me lo apunto, un saludo, nos leemos!
ResponderEliminarjajaja, pues no es que sepa demasiado de ajedrez, así que la voy a dejar pasar...
ResponderEliminarLas comparaciones siempre fueron odiosas pero... yo prefiero El ocho.
ResponderEliminarBesos
No acabo de animarme a leerlo, por ahora.
ResponderEliminarBesos
Excelente novela, sobria narración muy bien hilvanada ,no veo la necesidad de saber mucho de ajedrez para seguir la trama.
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